Hoy es sábado, me siento sin ánimos de nada.
He estado encerrada en mi habitación todo el tiempo. Papá no está en casa, lo cual agradezco, al menos así mamá puede descansar.
El sonido de mi teléfono llama mi atención. Es Josh, inconscientemente sonreí.
— Hola —descolgue el celular, pude escuchar sonidos detrás de de él, como si estuviera acomodándose el teléfono.
— ¡Hola!, perdón, mi hermano no para de molestar —podría jurar que volcó los ojos, un susurro casi inaudible se escuchó de fondo "¿podrías callarte?", capté la voz de fastidio de Josh.
— Descuida —reprimi una sonrisa, —¿pasa algo?
— ¿Qué si pasa algo? —su voz suena indignada —te recuerdo que comenzaríamos con las tutorías.
Lo olvidé. Que estúpida. He traído tantas cosas en la cabeza que olvidé ese pequeño detalle.
— Lo siento, no lo recordé —dije con pena.
— Aún es temprano, son —hizo una pausa —las dos de la tarde. ¿Voy o vienes?
— ¿Qué?
— Voy a tú casa, o tu vienes a la mía, —respondió y pude notar un toque de obviedad en su voz. No me ofendo, eso no es algo raro en él.
— Yo voy, pasame tu ubicación —prefiero ir yo, a pasar la vergüenza de que él conozca a mis padres y esté en un momento inoportuno.
Escucho como chasquea su lengua, y una risa tímida sale de su boca. —Yo iré por ti, tú pasame tu ubicación.
— No pasará nada, no me perderé Josh. —contesto con una sonrisa en mis labios. Sin darme cuenta, recordé aquella vez en la que saldría con Alan y él no quiso venir por mi.
Ambos, son tan diferentes en todos los aspectos.
— Lo dudo, eres bastante distraída, así que cuelga y envíame tu ubicación. —dijo autoritariamente, sonreí y colgué.
Por consiguiente comencé a alistar todo lo que necesitaré y me di un baño.
Una vez lista, me dispuse a navegar en internet mientras lo esperaba. Miré mi libreta a un lado.
Ya no puedo verla igual.
Después de haberme quedado ayer en el baño hablando con Miranda y ella me contara por lo que ha pasado, me di cuenta que lo que yo hacia era una tontería.
Y no estoy diciendo que mis problemas eran menos, cada quien tiene los suyos, y cada persona lidia con ellos de distinta .manera.
Pero, me di cuenta que mi forma de lidiar con ellos, era estúpida.
En vez de levantarme y luchar por salir adelante, por ser mejor, por ser fuerte, me he enfocado en lo negativo de la vida.
En lo improductivo que solo me arrastra a mi propio infierno.
Y lo peor de todo, es que yo misma fui quien emprendió ese camino hacia mi perdición.
Me he amargado la vida, por cosas estúpidas. Por personas, que lograron su cometido, el cual era hacerme sentir menos, y yo, tan ingenua, lo permití.
Yo ya no quiero esa vida.
Miro esa libreta verde, a la que le he dedicado semanas y noches en vela. En la cual, escribí mis penas con lágrimas en los ojos y nudos en la garganta.
Mi única amiga y confidente, la miré por última vez.
La tomé en mis manos, y con suavidad, la deposité en el contenedor de basura.
No escribiré más ahí, porque mi manera de lidiar con mis problemas, será diferente.
El sonido de un claxon llama mi atención. Sé quien es, y con rapidez bajo hacia donde él se encuentra.
———
— Entonces, f(x) quiere decir "función de" en la cual, "x" es la incógnita y es el valor que se necesita encontrar. —Josh escribe frenéticamente operaciones, y me explica hasta lo más básico —la función, te dirá todo lo que tienes que hacer, ¿vamos bien?Asiento con mi cabeza dudosamente, no entendí del todo, pero ya es la segunda vez que me explica.
—Un ejemplo sería, f(x) en donde "x" tiene el valor de "10" —lo escribe en la libreta y anota a su vez una fórmula, —el número 10, lo colocarás en donde diga "X" en la operación.
Me entrega el lápiz para que yo lo resuelva, lo miro dudosa, sin saber como continuarlo.
— ¿Descansamos? —me mira sonriente, si que me tiene paciencia.
— Por favor. —casi suplico.
— De acuerdo, ¿qué tal te va con ese rubio engreído? —se nota que Alan no le cae bien.
— Creo que no ya no somos nada. —dije triste, pese a todo aún me duele. Él solo pensar en él, me dan ganas de ir tras Alan.
— ¡Wow! ¿En enserio? —pregunta impresionado, con una sonrisa en su rostro, al ver mi ceño fruncido, finge toser y se endereza —digo, ¿en serio? —finge voz de pena, aún que se, que lastima es lo que menos siente.
— Si de verdad, y no te hagas, se ve que te alegra. —Enchueco la boca y me hago la enojada.
— Por supuesto que me alegra, es un pen... —lo miró con los ojos completamente abiertos, y se remueve incomodo en su asiento, —pensativo, si eso es. —sonríe y se acomoda sus gafas.
Al final, termine contandole absolutamente todo, desde sus propuestas, hasta la cachetada. En esto último, se carcajeó sonoramente, y dijo que actúe de lo mejor.
— Lo peor de todo, es que me dijo que me quería. —baje la cabeza.
— Pero no te dijo para que te quería. —dijo Josh con un tono seco en voz, supongo que ahora lo detesta más que antes.
—Dejemos hablar de él —cambié el tema, no quería recordarlo más.
— Esta bien, ¿me prometes algo? —su pregunta captó mi atención, y sin dudarlo a sentí.
— Prometeme que jamás permitirás que te lastimen de nuevo. —sus ojos me miraban con un brillo tan inocente y hermoso, notaba que se preocupaba por mi, y tenía años que no encontraba esa mirada en nadie. Sonreí, una sonrisa sincera, proveniente desde mi corazón.
Esa promesa, me la acabo de proponer yo misma, y ahora también se lo prometeré a él.
Una promesa, que no pienso romper.
— Te lo prometo. —le contesté con una sonrisa en mis labios.
— Puedo, ¿puedo abrazarte? —sus cachetes tomaron un color rosado, se miraba tan tierno, no pude negarme a su petición.
Corrección: no quería negarme.
— Puedes. —acepté, con mis mejillas sonrojadas de igual modo.
Sin dudarlo, se levantó y sus brazos rodearon mi cuerpo.
Y su abrazo, me hizo sentir seguridad, y me confirmó una vez más, que aún puedo salir adelante y vivir.
Un capítulo largo8) tenía mucha inspiración, y este capitulo ya lo tenía planeado:3
Espero que les haya gustado de verdad <3
Buenas noches, y muchas gracias por su apoyo <3
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CUARENTA DÍAS.
Cerita PendekTodo tiene un fin, y el mío, llegará más pronto de lo que te imaginas. Una vez me dijeron, que era de cobardes arrancarse la vida. Pero yo no creo en eso. Cada persona que dio el paso mortal, fue porque tuvo sus motivos. Yo tengo, cuarenta motivos...