Olivia
-No estoy entendiendo nada, Victoria. Sabes que odio la biología –le digo mirándola con cara de pocos amigos y tirando el lápiz encima del libro con fastidio. No quiero seguir estudiando.
-Déjate ayudar, Olivia, no seas terca –dice poniendo los ojos en blanco-. La biología es lo mejor del mundo, ¿cómo es que no te puede gustar? Además, es la asignatura más fácil.
-No me interesa nada que tenga que ver con eso, sabes que prefiero los números –digo mirándola a los ojos y alzando las cejas.
Tori, como suelo llamarla, voltea detrás de sus gafas de pasta azul sus marrones ojos por enésima vez y me lanza miradas asesinas. De seguro ya la tengo harta.
Llevamos lo que parece ser un año estudiando para un maldito examen sobre las células, pero no logro retener nada. ¿Cómo es que lo más básico sea lo más difícil de entender para mí? Me rindo.
-Ya me aburrí de ayudarte a estudiar, búscate a otro profesor –dice levantándose de la silla y cogiendo su bolso del piso.
-Relájate, es solo una broma.
No lo es. Odio la biología y sus estúpidas leyes.
-Llevamos más de dos horas estudiando, y ni siquiera sabes qué es la mitosis –dice con tono grosero mientras recoge sus libros de la mesa y los mete a su bolso.
-Oye oye, que sí sé –digo poniéndome a la defensiva-. A ver, es un proceso de unión de las células.
Por la que cara que pone, sé que hemos desperdiciado dos horas de vida.
-Juro por Dios que estoy a punto de asesinarte, Olivia –un color rojo se extiende por su cara mientras me mira como si quisiera clavarme un puñal en el cerebro.
Me río a carcajadas mientras ella suelta groserías y me insulta.
- ¡Cálmate, Tori! Solo estoy jugando –le digo riéndome-. Lo siento, ¿vale? Sabes que no me gusta esta clase, pero gracias por tu ayuda.
Conozco a Victoria desde que íbamos en primer grado, y siempre la he buscado cuando necesito ayuda en alguna clase que no me agrade. En este caso, la maldita biología.
-Como sea, debo irme –camina hacia la salida enfurecida, y antes de salir se voltea-. No vuelvas a buscarme por ayuda.
Y se va.
Me río hasta que me salen lágrimas y mi panza empieza a doler. Siempre que terminamos de estudiar me dice lo mismo, así que estoy más que acostumbrada a su rechazo y sus rabietas. Pero no la culpo; es demasiado difícil hacerme entender algo cuando me bloqueo, y en esta estúpida clase es cuando más lo hago.
Tal vez debería empezar a considerar que biología no es lo mío, e ir olvidándome de sacar buenas notas. No me molesta, no estudiaré nada que tenga que ver con eso, así que por mí está bien. No sé por qué me es tan difícil esta asignatura, pero bueno, ya me rendí y para ser sinceros, me importa un pimiento. Me gradúo este año y a la universidad que pienso aplicar, la USM (Universidad del Sur de Maine) no le importa si tengo buenas notas en biología; solo matemáticas y física, cosa que domino a la perfección. Dios me dio el don de ser la nerd de las matemáticas, y se lo agradezco más que cualquier otra cosa.
Miro el reloj en mi muñeca y decido que es hora de volver a casa. Tomo mis cosas y salgo del laboratorio, buscando en mi mochila mi teléfono, y al cogerlo noto que tengo varias llamadas perdidas de mis padres. Frunzo el ceño confundida.
¿Por qué me estarán llamando? Debe de ser bastante tarde en África y mis padres no es que tengan la costumbre de llamarme y menos tan seguido.
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In the fall
Jugendliteratur[...] Sabe que no los quiere en su hogar; sus propias inseguridades no le permiten darles una oportunidad, ni mucho menos a ella misma de conocer nuevas personas, pero, con el paso de los días, sus sentimientos hacia los dos chicos comienzan a cambi...