Olivia
-Spencer, tengo malas noticias – digo al teléfono.
-Dios, ¿quién murió esta vez? – su voz tiembla.
Sabía que me haría esa pregunta, así que no me asombro. No puedo ni imaginar lo que siente Spence en este momento. Cada vez que le recuerdo a George o simplemente menciono algo relacionado con el tema de la muerte, sus ojos se hacen agua en instantes, y me duele verla de esa manera. Así que me apresuro a quitarle esa idea de la cabeza.
-Nadie, no te preocupes, puedes estar tranquila, Spence – le digo aparentando estar calmada, y para ser sinceros, no lo estoy.
- ¿Entonces qué es lo que pasa? No me has hablado en varias horas y me he preocupado, tanto, que le hablé a Jackson para que llegue a tu casa a ver qué ocurre.
Frunzo el ceño.
- ¿Qué? Oye, ya cálmate, no es grave. Bueno, sí lo es, pero no tan grave o bueno no lo sé – digo con prisa y omitiendo el hecho de que Jackson vendrá a casa, tal vez sea algo bueno, ¿o no?
- ¡Habla ya! – exige como solo ella sabe hacer.
- ¡Dos tipos se han mudado a mi casa! – grito al teléfono, pero trato de hacerlo como si fuera un susurro, para que ninguno de los chicos me escuche por a través de la pared, por si acaso.
- ¿Qué? ¿De qué hablas? – pregunta confundida. Ya me puedo imaginar su cara.
Empiezo a contarle todos los detalles de los recién llegados, y cuando digo todos, me refiero a todos, excepto lo que pasó hace un rato con Isaac. Bueno, no pasó nada, pero el chico prácticamente me abrazó en contra de mi voluntad, y eso no es algo normal cuando conoces a una persona. Yo no voy por ahí dándole abrazos a gente que apenas y conozco, así que su muestra de afecto me descolocó un poco. Sé que no es la gran cosa, pero por alguna razón, decido omitirlo.
Lo que sí no omito es cómo lucen los chicos. Sé que es la parte que más le interesa a Spencer, así que no me quedo corta cuando los describo, y no puedo evitar sonreír al hacerlo. La verdad es que sí están muy buenos.
Spencer me escucha atenta y suspira con cada descripción que hago. A pesar de tener novio, al cual ama a más no poder, Spence nunca desaprovecha la oportunidad de mirar a un chico lindo y analizar cada rasgo de él.
Aunque yo también lo haría, digo, los hombres son criaturas hermosas, ¿por qué no admirar tal obra de arte?
-Pero, ¿están solo buenos, o muy buenos?
Muy buenos.
Quiero decirlo, pero me quedo callada y pongo los ojos en blanco, así no pueda verme. No quiero que se enfoque en eso, porque eso no es lo realmente importante.
-Por Dios, Spencer, eso no es importante ahora. Tienes que venirte a dormir aquí, por favor. No confío en esos tipos y si me asesinan quiero que estemos juntas. Por favor – le ruego, con la esperanza de que detecte mi desespero.
No sé cómo voy a sobrevivir estos días, y la necesito a ella para que me ayude hacerlo.
-No seas dramática, no creo que tus padres te hayan dejado con dos desconocidos asesinos seriales. Tus padres te adoran.
-No lo sé, Spence. Algo no me huele bien – digo con total sinceridad. Algo no está bien en ellos y no sé qué es, y me asusta el hecho de que no los conozco, y puedan usar eso en mi contra.
-Mira, hagamos algo. Si quieres, voy a tu casa a ver una película y me quedo a dormir solo hoy, luego verás que no son malos y no te harán daño. Además, quiero conocerlos – suelta una risita y yo no puedo hacer más nada sino sonreír.
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In the fall
Dla nastolatków[...] Sabe que no los quiere en su hogar; sus propias inseguridades no le permiten darles una oportunidad, ni mucho menos a ella misma de conocer nuevas personas, pero, con el paso de los días, sus sentimientos hacia los dos chicos comienzan a cambi...