Capítulo 21: "McDonald's"

59 4 0
                                    

Isaac

No soy sinónimo de actuar impulsivamente, pero aun así no pude controlar la rabia y la frustración invadiéndome el cuerpo cuando me han pedido que me marchara de la habitación. ¿Cómo es que se les ocurre obligarme a irme?  Sí, mi hermano ya es mayor de edad y puede ocuparse de su vida, pero eso no significa que yo no pueda saber cosas básicas, como su maldito estado de salud. ¿Por qué no quería que estuviera ahí? ¿Qué es lo que tanto oculta? Estoy convencido que Oliver solo me muestra una parte de lo que en verdad es, y sinceramente no sé qué pensar al respecto. Estuve a punto de perder los papeles de no haber sido por Olivia y sus extraños pero efectivos métodos para tranquilizarme.

Todo este asunto con Oliver me saca de mis casillas y no sé cuánto más podré soportar. Detesto no saber cosas, es un mal hábito, pero sinceramente eso no es lo que en verdad me preocupa. Para mi propia salud mental, necesito saber qué cojones le ocurre a mi hermano. ¿Acaso no ve lo mucho que me desvelo por él?  Necesito saber, necesito asegurarme de que se encuentra bien para poder respirar con tranquilidad.

Odio que Oliver me haga sentir de esta manera. Es increíble que me preocupe más por él que por mí mismo, pero no es algo que pueda controlar. Es mi hermano mellizo, mi mejor amigo y mi compañero de por vida. Hayley es mi hermana pequeña, pero el vínculo que comparto con Oliver simplemente no es el mismo al que comparto con ella.

No sé qué clase de obsesión tengo con saber todo de él; tal vez sea la constante inquietud y nerviosidad de perderlo por alguna locura que cometa. Oliver no es ningún chico tranquilo; es demasiado problemático y me pone de los nervios cualquier cosa que tenga que ver con él, y si lo pierdo, sé que también me perderé a mí mismo.

Abro el grifo del lavabo y me echo agua en la cara, con la esperanza de relajarme un poco. El agua está fría, pero no me molesta. Me refresca, me despeja. Necesito calmarme primero antes de volver allí. 

Observo mi reflejo en el espejo; mis párpados están hinchados, mis globos oculares y mis mejillas rojas, mi cabello desordenado... Parezco un completo loco.

Tengo que tranquilizarme, no puede ser muy grave. Al menos eso dijo la doctora Smith. Solo espero que no me haya mentido solo para que pudiera salir de la habitación.

Tomo aire y suspiro, relajándome. Me siento mejor, para ser sinceros. Mi mente, aun así, sigue siendo un caos. Tengo tantas preguntas, pero por ahora lo dejaré estar; gracias a Dios las heridas son solo superficiales y solo debe tomar medicamentos. Eso sí, no le quitaré el ojo de encima una vez estemos en casa.

Salgo del baño y me adentro en el pasillo que conecta con la habitación donde está Oliver. Antes de poder llegar, veo a Olivia deambulando, buscándome. Ella nota mi presencia, soltando un suspiro de alivio al verme ahí. Se acerca a mí dando grandes pasos, y envuelve sus pequeños brazos alrededor de mi cintura, apoyando su cabeza en mi pecho.

- ¿Estás bien? – pregunta con voz suave.

Sonrío y le devuelvo el abrazo, estrechándola entre mis brazos.

-Sí.

Noto que asiente, y beso la parte superior de su cabeza. Le debo tanto solo por tomarse la molestia de venir desde su casa hasta aquí nada más para no dejarme solo. Sentir su compañía me ha aliviado de una manera inexplicable, y sin ella tomando mi mano no sé cómo habría poder aguantar todo esto. Su forma de tratarme, de ayudarme, de estar ahí para mí hace que me guste cada vez más.

No puedo negar que me estoy perdiendo por esta chica, ya no puedo ocultar cómo mi corazón brinca cuando la veo o cómo me siento cuando me abraza. Esto es mucho más fuerte que lo que he sentido alguna vez, incluso cuando estuve con otras chicas, incluso cuando éramos niños y la veía por la ventana de mi habitación mientras jugaba con mi hermana en el patio. Esto es diferente, se siente diferente.

In the fallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora