Capítulo 2: "Viaje por el infierno"

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Olivia

-Pero, no lo entiendo. ¿No tienen más dónde quedarse? ¿Y Hayley? ¿Con quién se queda ella? ¿Por qué no se fueron a África con sus padres? –hago miles de preguntas a la loca, articulando mal las palabras.

No estoy en capacidad de digerir semejante noticia. NO QUIERO digerirla.

-Cálmate, Ollie, sólo será poco tiempo.

- ¿Poco tiempo? ¡Es un año entero! –le grito sin dar crédito a lo que oigo.

Dios mío, que sea una pesadilla.

Siento que me va a dar algo, que me voy a desmayar. ¿Unos extraños invadiendo mi hogar? ¿Cómo demonios se les ocurrió a mis padres que eso iba a saber algo bueno? Si tan solo me conocieran sabrían que yo no permito a gente que no conozco entrar a mi casa, y mucho menos vivir con ellos.

Tengo que hacer algo para detener esto.

-No es la gran cosa, Olivia. Además, solo será por unos días, mientras consiguen un apartamento –afirma mi madre tratando de tranquilizarme, cosa que no logra.

Año entero o pocos días, da lo mismo. No los quiero aquí y punto.

¿Qué voy hacer?

- ¿Podrían explicarme, por favor? Porque no estoy entendiendo nada.

-Isaac y Oliver estudian en la USM pero no tienen donde quedarse. Por eso, nos pidieron que los alojáramos aquí mientras buscaban algo. No tienen mucho dinero, pero en cuanto la señora y el señor Thompson empiecen a trabajar con nosotros ganarán lo suficiente para pagarles a sus hijos un apartamento.

Genial, y estudian en la única universidad donde yo iré el próximo año.

- ¿Y Hayley?

-Se viene con nosotros a África. Ella es algo más pequeña, es dos años menor que tú, y sus padres prefirieron estar con ella antes de tener ella que irse a la universidad, o eso fue lo que entendimos –dice mi padre.

Por un momento, me quedo en silencio, asimilando las cosas.

Una cosa es que Hayley se mude temporalmente conmigo, pero otra muy diferente es que dos chicos lo hagan. Es decir, ¿qué demonios les pasa a mis padres? Yo estoy sola las veinticuatro horas del día, salvo por las ayudantes de limpieza que solo vienen dos días a la semana, ¿y mis padres quieren dejarme sola con dos desconocidos?

Esto tiene que ser una broma.

-Es broma, ¿verdad? –pregunto al cabo de un rato con un hilo de voz.

-No, y ellos vendrán dentro de unos minutos, así que, por favor Ollie, compórtate y sé amable con ellos, aunque sé que no será problema -dice mi madre sentándose a mi lado en una de sillas en las que estaba sentada antes y agarrándome los hombros con sus manos, como una especie de abrazo reconfortante.

-Mamá, ¿están al tanto de lo que han hecho? ¡Me dejarán sola con dos tipos que no conozco de nada y que posiblemente sean unos violadores o unos asesinos! –replico con una tremenda angustia. De solo pensarlo me entran escalofríos que recorren mi cuerpo de pies a cabeza.

¡No quiero unos extraños en mi casa!

-Cielo santo, Olivia, no digas esas cosas –me regaña mamá. La miro con cara de amargura y ella me dedica una sonrisa de lado-. Los conocemos de siempre, lo que significa que sabemos que son buenos chicos. Además, -mi madre alza los hombros como restándole importancia a las cosas –solo serán unos días.

-Es cierto nena, no tienes de qué preocuparte. Puedes pedirle a Spence que se quede aquí o a Jackson.

Miro a mi padre algo extrañada. Si bien lo recuerdo, a mi padre no le gusta que traiga chicos a la casa. Aunque no puede reprocharme nada, va a meter a dos desconocidos que posiblemente me envenenen la comida. Y además está el hecho de que nunca están en casa, literalmente hablando.

In the fallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora