Era una temprana mañana de verano en su restaurante favorito de comida rápida. A excepción del pertinente zumbido del ventilador, el silencio era llano y vacío; y los pocos trabajadores a esa hora hacían lo imposible por mantenerlo de tal modo.
Una gran sonrisa se dibujó en sus labios al obtener su ración de panqueques, y prosiguió a buscar el asiento perfecto y adecuado, pese al local estar en completa soledad. Por desgracia, no esperaba encontrarse con cierta pelirroja con muchas ganas de hablar:
—¡Hey!
Theo reparó en ella y enmascaró la desagradable mueca en su rostro con un forzado intento de sonrisa. La amarillenta luz sobre ella hacía lucir su piel más pálida de lo que ya era, y remarcaba las ojeras debajo de sus ojos.
》¿Quieres sentarte?
Por inercia, Theo paseó los ojos por el asiento vacío frente a ella, y su expectante rostro. Tenía pensado una velada a solas con su comida para liberar su mente de todo el estrés al que estuvo expuesto los últimos días; aunque sería muy ruda de su parte declinar la invitación. Gretchel sólo buscaba relacionarse, y Theo era más que un experto en ello.
—Gracias —musitó en respuesta.
Un silencio incómodo los consumió en su totalidad; el zumbido del ventilador y el abrir y cerrar de las puertas sólo eran ecos al final de un túnel. Theo estaba dispuesto a hacer algo más que engullir su plato y pretender que Gretchel no existía, pero su mente no quería acatar la orden o, tal vez, no quería sumergirse en una conversación sin fin.
—¿Preparado para esta tarde? —terminó Gretchel por romper el silencio.
Theo dio un mordisco a su panqueque y asintió repetidas veces.
—Joe Flannigan no sabe lo que le espera.
Por fin el preciado día había llegado y en tan solo unas horas, Owen, Gretchel y Theo estarían siendo entrevistados por el magnífico Joe Flannigan. Ese siempre había sido uno de sus sueños más anhelados; ser reconocido públicamente en televisión y conmemorado por su trabajo. Lamentablemente, Theo sabía lo lejos que estaba de ser reconocido como algo más que un alcohólico desenfrenado; aun así, conservaba una pequeña semilla de esperanza.
Los ojos verdosos de Gretchel se acentuaron en su rostro y lo escanearon un par de veces. Luego cogió una servilleta y se la tendió, diciendo:
—Tienes sirope por todo...
Gretchel bajó la mirada a su plato y engulló de forma silenciosa otro mordisco de su sandwich. Theo tomó la servilleta ofrecida y limpió sus labios y quijada, llegando a rozar casi su mejilla. Gretchel soltó unos cuántos suspiros y volvió a reparar en él.
》Lo siento por haber preguntado sobre Jade la otra noche. No era mi intención tocar un tema tan... íntimo.
Theo bebió de su jugo de naranja y dejó que el silencio perdurara entre ellos por un poco más de tiempo. Gretchel lo observaba atenta a cada movimiento que hacía, de seguro, esperando su reacción al respecto.
Theo había ignorado que esa cena se había llevado a cabo y que el tema de Jade había sido a flote; aun cuando en sus noches de desvelo miles de memorias sobre ella surcaban por su mente. Era ilógico culpar a Gretchel por estar curiosa al respecto, no después de que la revista Sentinel lo hubiera mencionado. Por más que Owen y Theo quisiesen, no podían obviar el hecho de que el drama de Jade seguía latente en el mundo del espectáculo; era algo con lo que iban a tener que aprender a lidiar por el resto de sus vidas.
—Está bien. Tienes el derecho de preguntar; eres de la banda.
Los ojos de Gretchel adquirieron un particular brillo, quizás, la desbordante curiosidad dentro de ella. Theo tomó una gran bocanada de aire antes de empezar.
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Anhelo
Teen FictionAnhelo por su hermana la hizo amarla hasta el último aliento. Anhelo por su sueño le dio coraje para pararse en un escenario. Anhelo por su príncipe azul la hizo ofuscar la mentira en la que estaba viviendo. Anhelo por su final feliz la hizo caer en...