En minutos, Cloud Nine estaría bajo la gran lupa del juez y su séquito para determinar su inocencia o culpabilidad; y hasta el momento, no habían indicios de salir victoriosos, como pensaban, sin una ardua lucha.
Owen observaba de reojo a Gretchel, quien caminaba de manera impaciente fuera de la sala. Desde el fracaso de su cita, no se habían vuelto a dirigir la palabra, y habían hecho lo imposible para evitarse el uno al otro durante los ensayos. Owen no pensaba disculparse por algo que debía hacer para protegerla, aún cuando moría por estar cerca de ella. Sin embargo, Owen sabía que Gretchel no entendería sus verdaderas razones, por lo que era un caso perdido caer en mucho más detalle de los ya conocidos.
A parte de eso estaba ese horrible sentimiento de vulnerabilidad en cada uno de ellos. Detrás de esas puertas de madera se definiría su destino y el de la banda, y fuera el que fuera, nadie podría revertirlo; era una horrible realidad de la cual nadie podría escapar. Punto.
Su mirada volvió a caer en la chica del otro lado del pasillo, esta vez, sin tener miedo a ser descubierto. Sus ojos escanearon su vestido corto y formal azul marino, y sus sandalias de tacón café claro. Por supuesto, su corta melena pelirroja era lo que más llamaba la atención, y atraía más de una mirada.
Gretchel lo capturó en pleno escaneo, posando sus irises verdes en él con la misma intensidad. Pese al vívido tono de su cabello, su rostro se veía exhausto y drenado de energía, como si no hubiese conciliado el sueño en las últimas noches. Su tez era casi grisácea bajo la lúgubre iluminación del lugar, y su infinidad de pecas parecían casi transparentes e inexistentes en su rostro; sin duda, no estaba del todo bien.
Fue un impulso el que llevó a Owen, pausadamente, a cruzar el pasillo en su dirección. La respiración de Gretchel se había tornado irregular para cuando Owen había llegado frente a ella. Por un momento, Owen abrió sus labios para decir algo, pero los cerró al instante.
—El abogado ya llegó —Fue Marvin el que llegó hasta ellos, y rompió el silencio tenso envolviéndolos.
Ambos repararon en el mayor, como si hubiesen sido atrapados haciendo algo prohibido. No pudo evitar bajar la mirada y alejarse a donde el supuesto abogado esperaba.
Al reparar en el hombre, sus ojos se expandieron en asombro; cabello castaño y ojos azul claro fue lo que remarcaba del abogado, los cuales ya le eran familiar a Owen. Luego reparó en su atuendo, tan elegante y nítido como su apariencia. Aún su cerebro no procesaba que Theo estuviera vestido de tal forma cuando, claramente, no era su estilo.
》Taylor estará hoy asistiéndonos en el juicio —continuó mientras se apoyaba del hombro del menor—. Taylor, conoce a dos tercios de Cloud Nine, Owen y Gretchel.
Taylor rio tal como un aristócrata haría, y rascó el pequeño camino de vellos que yacía sobre su quijada.
—Ya me imagino donde estará Theo; mi hermano siempre ha sido tan escurridizo.
Owen observó por segundos a Gretchel, quien estaba a su lado. Su rostro estaba bañado con la misma expresión de confusión y desconcierto que caracterizaba el suyo.
》Veo que no hablan mucho. Espero y no sea un inconveniente allá dentro.
—Normalmente, Owen es el más dispuesto a objetar en todo lo que crea pertinente —Marvin reparó en Taylor y esbozó su usual mueca burlona—. No creo que sea un problema.
—En lo absoluto.
Owen despertó de su trance y parpadeó varias veces antes de reparar por completo en Taylor. Theo y él nunca habían sido los mejores de los amigos en secundaria; de hecho, solía haber una especie de rivalidad entre ellos. Sin embargo, ambos habían encontrado una manera de trabajar juntos por el bienestar de la banda, y a pesar de que eso no incluyera mucha confianza, le molestaba la aparición sorpresa de este hermano gemelo.
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Anhelo
Teen FictionAnhelo por su hermana la hizo amarla hasta el último aliento. Anhelo por su sueño le dio coraje para pararse en un escenario. Anhelo por su príncipe azul la hizo ofuscar la mentira en la que estaba viviendo. Anhelo por su final feliz la hizo caer en...