Capítulo Veintidós

17 5 0
                                    

—Me alegro que hayan aceptado esta entrevista —habló Richard, el periodista de la revista Sentinel—. Bienvenidos de nuevo, Cloud Nine.

—El placer es de nosotros al estar de vuelta —replicó Gretchel.

Hizo el intento de esbozar una sonrisa, pero lo más que salió fue una engorrosa mueca. No era como si estuviera emocionada por estar en la revista Sentinel de nuevo; no cuando la principal razón era saber su testimonio en todo el lío del supuesto plagio.

Desde que el vídeo y la sentencia se había hecha pública, el teléfono de Marvin, y el suyo propio, no paraban de sonar con llamadas o correos. Canales y portales de prensa rosa anhelaban tener la primicia de la banda, luego de estar tanto tiempo exponiéndolos y riéndose a su costa. Gretchel no terminaba de sorprenderse de lo irónico que era el mundo del estrellato.

—Veo que han cambiado mucho desde la última vez. ¿Es ese un nuevo corte de cabello el que veo, Theo?

El aludido reparó en el periodista con una exhausta e irritada expresión. Sus ojos azulejos lanzaban dagas mortales hacia el pobre hombre. Sin duda, había vuelto a sus días oscuros sin ninguna razón aparente.

—Que poco detallista eres, Richard. Es el mismo de la vez pasada. Espero y no seas así con el resto.

Nerviosismo se adueñó de la voz del periodista a la hora de soltar un par de carcajadas. Creía que el comentario de Theo había sido modesto y divertido; cuando con tan sólo ver el rostro del guitarrista, era más que claro que era todo lo contrario. Ajustó sus lentes y procedió con la siguiente pregunta:

—Como todo el mundo sabe, se han filtrado rumores de un nuevo interés romántico entre ustedes. Owen, ¿qué dices al respecto?

Los ojos de Gretchel se expandieron considerablemente, y sus labios se entreabrieron un poco. Owen rascó su cuello, incómodo y nervioso. Richard no tenía que caer en detalles, era obvio que hablaba de ellos.

Ninguno se había atrevido a sacar a la luz su fallida cita de días atrás. Por más que Gretchel había esperado llamadas y mensajes del aludido, muy tarde cayó en cuenta de que, quizás, no había estado equivocada todo ese tiempo; Owen había dejado de verla con otros ojos que no fueran de mera amistad. Gretchel buscaba mantenerse positiva y con las esperanzas en lo más alto, pero a ese punto, era casi imposible.

El silencio se paseó entre ellos por cierto tiempo. Owen tomó una gran bocanada de aire y la dejó escapar de a poco.

—Me veo en la obligación de desmentir tal rumor; los tres mantenemos una sólida amistad que une nuestra pasión.

—Oh, vaya, es una lástima. Ya habían fans por toda la Internet que apoyaban la relación.

Mientras que el periodista anotaba la respuesta de Owen en su libreta, Gretchel lanzó un rápido vistazo en su dirección. Espero encontrarse con sus ojos grisáceos infinitos y profundos, no sus rebeldes rizos rubios. Una pequeña puntada se enterró en lo profundo de su pecho, al darse cuenta que Owen no iba a voltear en su dirección, o siquiera retractar su argumento.

》¿Y qué tal de...

—¿Vas a preguntar sobre el caso o no? —le espetó Theo en su rudo tono de voz—. Es para eso que llamaste, después de todo.

El periodista, estupefacto, observó a Theo recostado en uno de los sillones. Parecía no querer quedarse callado, pero se vio obligado a hacerlo para mantener profesionalismo. Retornó a su libreta y leyó otra de sus preguntas escritas:

—Muy bien, Theo, ¿qué opinas de la desafortunada confusión con Crystal? ¿Qué te hizo sentir?

—Histeria, frustración, enojo; lo que se supone que debes de sentir al ser juzgado injustamente. Por supuesto que tú nunca has tenido la oportunidad de sentirlo en carne propia.

AnheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora