Theo esperaba impaciente en una de las mesas de Starbucks. El olor a café recién hecho abundaba en el aire; si permanecía más tiempo en ese lugar, Theo estaba seguro de que vomitaría. No obstante no se podía ir, no sin antes encontrarse con Owen como habían acordado.
Fue justo en ese momento que el susodicho atravesó las puertas de cristal. Vestía ropas similares a la de Theo; sudadera dos tallas más grandes, pantalón de pijama y sus inseparables converses. Su cabello dorado estaba cubierto por la capucha de la sudadera, y sus ojos grisáceos lo observaban por detrás de los lentes oscuros.
Cualquiera pensaría que era otro devota a despertarse temprano para empezar su día con un café; no el chico bueno de Cloud Nine que aparecía en cada canal de chismorreo de vez en cuando.
Aunque Marvin había hablado con sus contactos para evitar la propagación de los rumores, siempre había alguien que sacaba el tema de la banda a la luz; y con ello, todos los secretos oscuros que habían dejado atrás. Además, la repentina renuncia de Zhu pusó a Cloud Nine bajó un gran reflector, expuesto a cualquier tipo de crítica por la sociedad.
Theo trataba de no pensar mucho en ello pese a ser el más afectado de todos. Después de todo, los medios lo habían catalogado como el alcohólico de la banda debido a su gran afición a la bebida. No obstante, a Theo le era indiferente las tantas notificaciones en sus redes, y su nombre escrito en cada portal de la prensa rosa; con el tiempo había aprendido a lidiar con ello.
—Siempre es un placer verte por las mañanas —habló Theo con una media sonrisa en su rostro.
Owen se acercó a la mesa y tomó asiento frente a él. Su capucha oscurecía el ceño fruncido que era tan natural en él, y sus gafas oscuras lanzaban dagas mortales hacia Theo.
—No sufro de insomnio como tú —le espetó—; te recomiendo que seas rápido y conciso.
—Siempre es tan dulce escuchar tu voz.
La sonrisa en el rostro de Theo se terminó de expandir por completo. Owen gruñió algo por debajo y profundizó sus líneas de expresión. En su tan imperfecta relación, Theo siempre encontraba momentos en los que divertirse.
A lo lejos, la voz de la usual reportera de chismorreo expuso sus principales temas a hablar durante el programa; como era de esperarse, el nuevo drama de Cloud Nine no faltaba en la lista.
—Público, ¿qué opinan sobre Cloud Nine? ¿Habrán sido la razón por la que Zhu huyó de Blue Récords? ¡Compartan su opinión en nuestras redes sociales!
Cerca de sus mesas, un grupo de adolescentes se susurraban entre sí sobre las mismas imágenes que habían estado circulando sobre ellos desde días atrás. Más allá, dos chicas estaban en un candente debate sobre la credibilidad de los rumores de la banda o no.
—Parecen ser fans, ¿deberíamos saludar? —le preguntó Theo.
Owen volteó hacía las dos chicas consumidas en su intensa discusión. Luego volteó hacia Theo, claramente irritado y molesto por estar expuesto a una situación como aquella.
—¿Para qué me llamaste, Theo?
Theo tardó en responder, aún curioso por saber cómo había terminado el argumento entre las dos chicas. Al notar la severa y gélida mirada de Owen sobre él, se enderezó en su asiento y rascó su nuca.
—Necesito tu ayuda en algo.
Owen no cuestionó al respecto, y esperó a que Theo entrara en detalles. Las palabras parecían resbalarse en su lengua hacia lo profundo de su estómago, para nada dispuestas de salir de su boca. Mordió su mejilla y se debatió, una vez más, sobre la relevancia de su dilema.
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Anhelo
Teen FictionAnhelo por su hermana la hizo amarla hasta el último aliento. Anhelo por su sueño le dio coraje para pararse en un escenario. Anhelo por su príncipe azul la hizo ofuscar la mentira en la que estaba viviendo. Anhelo por su final feliz la hizo caer en...