Capítulo Veintiuno

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Al golpe del martillo, la sala rompió el silencio por el que había permanecido las dos horas de sesión; dos horas llenas de acción y suspenso, según Theo. Sin embargo, Crystal y su representante, Chad, no podían decir lo mismo. Ambos habían quedado al expuesto después de haber presentado el cuaderno de Grace como evidencia, y haber proyectado, frente a todos los testigos, el famoso vídeo.

Owen había llamado a cada uno la noche anterior para contarles el gran hallazgo que había hecho. Luego de haber encontrado el cuaderno en el casillero de Roy misteriosamente, ambos habían chequeado las cintas de seguridad del local, donde se toparon con el vídeo que sentenció el caso. De inmediato, la demanda se vio inválida al mostrar a Crystal y el cuaderno en la escena. Un feliz y justo caso cerrado.

Theo y el resto se felicitaron los unos a los otros; después de todo, ninguno creyó que iba a ser posible ganar por sobre Chad y su grupo de abogados. Por sobre la cabeza de Gretchel, notó que el lugar que habían ocupado Chad y Crystal durante la sesión estaba vacío. Quizás, al ver que el plan no había salido como esperaban, ambos huyeron por las puertas traseras para evitar la avalancha de periodistas y canales de noticias que de seguro abarrotaban la entrada.

Fuera de la sala, Theo sintió que respiraba por primera vez. Era como si cadenas invisibles cedieran su agarre, y podía regocijarse en su libertad. A su lado, Gretchel y Owen se veían más vivos y coloridos que las últimas semanas, sus rostros iluminados de esperanza y fervor. Sin embargo, tener a su hermano frente suyo arruinaba todo el momento.

Desde que Theo tenía memoria, Taylor siempre había sido mejor en todo; haciendo los deberes, limpiando su habitación, y siendo el mejor hijo y hermano. Por tanto, sus padres lo premiaban y recalcaban su favoritismo, en ese entonces, que hasta el momento prevalecía. Theo era el borrón oscuro en el cuadro cuando se trataba de su hermano, y eso nunca cambiaría ni por el transcurrir del tiempo.

De la sala emergía una marea de personas que habían presenciado el caso. Theo se tuvo que arrinconar, junto con Owen y Gretchel, a un lado del pasillo. Marvin y Taylor no tardaron en acercarse a ellos.

—Hiciste un trabajo increíble, Taylor. Infinitas gracias —habló Gretchel con una espléndida sonrisa hacia su hermano.

Como Taylor nunca perdía la oportunidad de mostrarse superior a los demás, esbozó su semblante de negocios y guiñó uno de sus ojos.

—Se los dije; no podían estar en mejores manos que en las mías.

Marvin rio jubiloso y encantador, como si hubiese escuchado el chiste más gracioso del día. Theo se resistió a rodar los ojos, y sacó su celular a modo de distracción. Ya no lo usaba tanto desde que Melissa y él habían terminado lo que sea que tenían, pero era efectivo para evitar incómodas conversaciones.

Su pecho aún dolía al recordar con nostalgia los momentos especiales compartidos con ella, pero sabía que era inútil lamentarse por lo que había pasado. Marvin tenía razón al respecto; su especial relación nunca tendría más futuro que compañeros de cama. Sin embargo, algo ferviente se expandía dentro de él al recordar lo que su representante le había contado sobre Melissa, como un coraje aún almacenado muy dentro de si.

—Aún sigo sin creer que sean hermanos —le susurró Owen a su lado.

Theo chasqueó la lengua sin reparar en él. Era suficiente tener que lidiar con la presencia de su hermano, como para recalcar su asombroso papel durante el caso, o simplemente divagar sobre su persona.

—Chad si ha caído bajo; que poca clase la suya y la de su amada princesa del pop —Marvin habló en su usual tono de burla. Ahora que Cloud Nine estaba fuera del drama, Marvin había vuelto a ser el mismo de antes.

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