Capítulo Veinticuatro

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¡Feliz verano, mis amores!

Espero y disfruten de este par de gemelos tanto como yo lo hago.

No se olviden de votar y comentar. Realmente lo apreciaría.

—V.




'Dinos, el restaurante usual de cenas familiares, aún se mantenía en pie y en perfecto estado frente a Theo, con sus adornos rústicos en la entrada y música clásica de fondo. No podía creer que estaba a punto de tener una cena con su madre y hermano, muy por fuera de las usuales festividades. Después de tantos años excusando su ausencia, por fin había tomado agallas para gastar su tiempo valioso con su familia, tal como su madre tanto clamaba querer. Sin duda, sus profundas conversaciones en desvelo entre él y Melissa expandieron su punto de vista acerca del delicado tema de su familia, e influyeron en gran parte en su final decisión.

De inmediato, sintió una puntada en el fondo de su pecho al pensar su nombre; por más que evitaba pensar en la peliazul, el último altercado entre ellos aún seguía fresco en sus más recientes memorias, persiguiéndolo de día y de noche. Sólo esperaba que la compañía de su madre y Taylor fuera más tormentosa que el rostro de la chica.

Luego de haber preguntado por la mesa en donde su madre y hermano lo esperaban, se paseó por entre el concurrido comedor, tomándose su tiempo en admirar cada detalle que aún se erguía y caracterizaba el lugar; recuadros del negocio familiar que exponían la evolución de 'Dinos con el pasar de los años, decoraciones tan antiguas y costosas traídas exclusivamente desde Italia, y la gran fuente de agua que se mantenía de pie en el centro del lugar. Sin embargo, su atención fue atraída por el hermoso bar de madera rústica y entallada en una esquina.

En la mesa, Jocelyn, su madre, y Taylor parecían estar sumidos en una interesante conversación. Ambos no notaron la presencia de Theo hasta tomar asiento al lado de su hermano.

—Oh, Theodoro —habló su madre fingiendo estar sorprendida de verlo en persona—. Pensé que no vendrías.

—No respondistes ninguno de mis mensajes —secundó Taylor luego de beber un poco de su vino tinto.

Jocelyn también tenía una copa en su poder de la misma bebida con la cual jugaba sin cesár. Theo pensó en lo miserables y correctas que eran sus vidas; siempre llenas de burócratas como amigos y del estilo fino y refinado del siglo pasado. Cada vez que veía las antiguas y costosas joyas de su madre, o escuchaba hablar a su hermano en un perfecto inglés, se agradecía internamente por haber escapado de ese monótono estilo de vida cuando pudo.

—Siempre cambio de parecer —fue lo único que respondió, sin reparar en ninguno de los dos.

La mesa cayó en un inesperado y brusco silencio, tal como las veces anteriores. Su madre y hermano siempre se veían obligados a dejar su lado sus temas de conversación sobre Taylor y sus logros al estar en la presencia del castaño. Tampoco es que le molestara mucho lo incómodo de la situación; prefería estar en completo silencio que tener que escucharlos hablar y verse obligado a participar.

En cambio, aprovechó ese tiempo para detallar lo tan cambiada que su madre estaba. Su cabello permanecía de un oscuro rojizo amarrado en un perfecto moño francés. Su rostro seguía siendo delgado y alargado como el suyo, con sus prominentes pómulos y grandes ojos azules del mismo tono. No había cambiado mucho a excepción de su estilo de vestir, el cual era más clásico y refinado.

Theo podía notar la mirada de los clientes más cercanos sobre su mesa, o más específico, sobre él. Quizás era por ser Theo McCarther, el mujeriego y alcohólico de la banda, o por su desajustado atuendo para el lugar; camisa a cuadros, camiseta negra y jeans negros no estaban considerados dentro de la categoría elegante y clásico.

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