Dieta

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¿Por qué no hablar de las famosas dietas? Nuestra mejor amiga, o mayor pesadilla. Una moneda tirada al azar que puede caer del lado que más le plazca.

Dietas. Hay miles y millones de ellas, algunas funcionan, otras no, algunas son mas eficaces.

¿Cuantas he probado? Prácticamente todas las que he podido.

La dieta de las verduras. Automáticamente reencarnas en un vegetariano y tu base para sobrevivir pasan a ser las frutas y verduras. Desayunas con frutas (manzana, naranja, banana, durazno, licuados, y otros), almuerzos con verduras (salteado de verduras, tarta de acelga, de espinaca, zapallo relleno, etc.), cenas y meriendas son de la misma forma.

Incluso a veces tu media mañana llega a convertirse en un pedazo de apio u hojas de lechuga. Claro que suena extremo, pero pasa. Esto suele durar mas en verano, pero no significa que no se haga en invierno. En ocasiones falla por diversas razones, entre ellas: Te olvidas que los alimentos como la papa ( que tiene almidón) contribuyen a que engordes mas, utilizas mal las verduras. ¿Como? Sencillo, no es lo mismo un zapallo relleno de espinaca con tal vez un poco de queso, que un zapallo relleno con espinaca y tres kilos de queso o relleno con jamón y queso. Como tampoco es igual el sabor y eso no lo discuto. Así como tampoco son iguales las famosas "calorías" que tiene cada uno. Y aunque no soy fan de contarlas, prácticamente ese es el punto de las dietas. 

La dieta de los puntos. Es algo difícil de explicar, me la recomendó un nutricionista no recuerdo cuando. Pero consiste básicamente en que cada comida tiene un "punto" (valor numérico) que se diferencia según las calorías de ese alimento. Lo que engorda mas o lo que te engorda menos. Creo que yo tenia un máximo de 50 puntos para consumir en el día. Si los consumía antes del final de eso, luego ya no podría comer nada hasta el próximo día. Esa dieta me fue muy eficaz, había bajado unos cuantos kilos, hasta casi llegaba a mi peso ideal. Pero por una que otra razón se acabó. Deje de hacerla sin saber porqué, a veces sucede dejamos algo que nos hace bien, sin entender la razón simplemente lo hacemos y luego ya nada vuelve a ser igual.

La dieta de las naranjas. No importa que tan similar suene no es como la dieta de la manzana. Ni si quiera sé si esto existía o lo inventé yo. Consistía en congelar 10 o 15 naranjas en el refrigerador y se convertía en mi alimento diario. La mantuve todo el verano, no había bajado lo suficiente para usar bikini (porque en realidad jamás lo usé). Pero sí que me funcionaba bastante bien. No me fue posible mantenerla durante el invierno. Y simplemente la abandoné como abandono tantas otras dietas.

La dieta de las "raciones". Inventada por mi madre, similar a la dieta de los puntos. La hacia cuando era chica, no funcionaba (claro porque hacia trampa). Era la forma ideal de poder comer de todo pero en pequeñas cantidades. De esa manera no me sentía mal por tener que comer un menú diferente.

La dieta del liquido. Esta extremista y la hice de grande. Solo vivía a agua y sobre todo mate. Todo lo que fuera solido desapareció de mi menú. ¿Resultado? No importa, era algo completamente insalubre.

La dieta light. ¿Cómo podría faltarnos, verdad? Todo es light, cero si no, no esta en nuestro menú diario. Y ni hablar de lo feo que es intentar auto convencerte de que lo que comes es rico.

Creo que es lo que mas duele, de cualquier dieta, sea cual sea. Sentarte a comer tu comida junto a gente que come "comida normal" y tener la fuerza de voluntad suficiente para no romper tu dieta y comer lo que no debes. Esos clásicos atracones o comer comida a escondidas es lo que puede hacer que tanto esfuerzo sea en vano.

La dieta de la sopa. Tal como su nombre lo indica se realiza en invierno, generalmente. Aunque hay gente que la intenta mantener por mas tiempo, y otros que logran sobrevivir a base de eso (se que no es una carrera al desierto, pero casi que se requiere el mismo esfuerzo y la misma voluntad).

Si cierro los ojos aun puedo verme unos años atrás sentada con mi madre tomando las famosas sopitas en sobres. No se debía al frío del invierno, si no a nuestra temporal dieta. Literalmente vivíamos a base de sopa (Ya sé, ¡Demasiado extremista!). La verdad es que a mi parecer mamá no necesitaba dieta, ella no era como yo, ella no es como yo. Pero siempre decía que quería bajar esos "kilitos de mas" (que a mi entender solo ella notaba). Hoy me pregunto si en realidad era tan obsesiva, o solo buscaba una excusa. Una excusa para acompañarme, aunque además de mi padre yo era la única persona que necesitaba dieta.

Tal vez son esas pequeñas ayudas que los padres nos brindan, que la familia nos brinda (en mi caso). Porque me consta que mi madre no necesitaba dieta ni ejercicio y sin embargo lo hacia. Igual que mi hermana, Juani, quien también siguió alguno de mis métodos e intentos para adelgazar. Y no fue porque lo necesitara, si no para acompañarme. A pesar de que intente negarlo, se que es así. Porque Juani es ese tipo de persona a la que no le importa en lo mas mínimo su peso (y como jamás engordó tuvo la fortuna de no tener que preocuparse por ello). Pobre sé que siempre puso sus mejores esfuerzos por ayudarme, no podía acompañarme con todo. Era tan flaca que cuando insistía en comer la misma dieta que yo creía que iba a desaparecer. 

Al día de hoy no se han rendido, Juani sigue siendo igual de flaca y mamá ya no tiene "kilos de mas" como excusa. Pero eso no las detiene, aun quieren ayudarme, aunque yo ya no sé. Por eso repaso lo que hice, mi vida, lo que me ayudó y perjudicó, mis acciones, mis sentimientos o pensamientos. Tengo la esperanza de que tal vez dejé pasar algo por alto, algo que podría ayudarme.

Trastornos alimenticiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora