adorno de cristal

24 3 1
                                    


Juana

Las dos primeras semanas han sido muy complicadas. Creo que parte de Oriana aun no
entiende lo que esta ocurriendo. Aunque para ser honesta, mi mayor temor es que lo entienda
y le de completamente igual. Mi mayor temor es que realmente se halla rendido.
Todos los días me repito que eso no va a pasar, después de todo ella no tiene una enfermedad
terminal. Su enfermedad, porque aclaro que si es una enfermedad, es mortal, pero no terminal.
A diferencia de otras cosas esto puede curarse, y ella va a seguir luchando, porque incluso la
gente cuya enfermedad no tiene cura lo hace.
Por algún milagro ella aun no sufre ninguna enfermedad pulmonar, esa fue la "buena noticia"
de la semana. La mala, es la que es por demás obvia, sus huesos están siendo obligados a
soportar mucho mas peso de lo que puede soportar. Según la doctora, su peso promedio
debería ser de 70 kilos, con 90 ya seria sobrepeso, y ella pesa 180.
—Tu hermana lleva el peso de dos personas mas dentro de ella. Me sorprende que aun pueda
caminar—me comunicó la doctora, y tuve que sacar fuerzas de donde no tenia para no
ponerme a llorar. Me duele mucho, tal vez mas de lo que ella se imagina, verla así, sobre todo
cuando se que las cosas pudieron ser distintas.
Me pregunto si es consiente de todo lo que tuve que luchar para que no la internaran. Sé que
es mas seguro tenerla internada, en base a eso pedí hacer los estudios, estudios que
demuestran que aun puedo cuidarla. Debido a esto es que me resistí a internarla, porque aun
no es completamente necesario, y espero que nunca lo sea. Pueden pensar que soy "egoísta"
por arriesgar así su salud, o tal vez crean que tengo complejo de heroína y espero poder decir
"yo la salve y no un hospital", pero no se trata de eso. La razón es que conozco a mi hermana y
sé el riesgo que existe en internarla. Esto no se trata solo del dolor emocional que me causaría
verla así, porque es por demás obvio que dolería. Esto se trata del dolor, del daño que le
causarían a ella. Yo sé que si Oriana se viera a si misma internada y de esa manera, eso la
terminaría de deprimir, eso la mataría.
Claro que existen los casos de personas que al verse en esa situación cambian, les da
impotencia y cobran mas fuerza, luchan hasta salir y se prometen que no va a volver a pasar,
incluso muchos lo cumplen. Para muchas personas, verse en el fondo del abismo y
completamente destruidos, sin ayuda de nadie, es lo que los ayuda a salir. Supongo que después de todo con intentar ya no pierden nada. Oriana solía ser una de esas personas, solía
ser fuerte.
Sin embargo en este momento Oriana es mas frágil que esos preciados adornos de cristal que
tenia mama en su mesa de noche. Aun los recuerdo, uno de ellos era una especie de copa a la
cual le había dado la utilidad de alhajero. Mi madre tenia cierta tendencia en cuanto a
conservar los suvenires, siempre los mantenía impecables incluso tenia una repisa en el
comedor llena de ellos. Por momentos parecía una tienda, podías encontrar lo que buscaras,
desde princesas de porcelana a cajas de madera decoradas, excepto una cosa, vidrio. Adornos
de vidrio siempre fue lo único que mamá se negó a conservar. Por eso es que a pesar de no
recordar de que evento o lugar lo trajimos, sé que fue algo importante sino mamá no lo habría
conservado, como lo hizo. Era innegable el hecho de que es hermoso, pero también es
innegable el hecho de que es peligroso. Para empezar, la razón por la que a mamá le
desagradaban ese tipo de adornos era su fragilidad «muy lindos, muy lindos pero llega a venir
un viento fuerte y chau tu adorno» siempre decía.
La verdad es que los adornos de cristal son así, hermosos y llamativos por su transparencia,
pero mas frágiles de lo que uno piensa. Al romperse no solo se quiebran en mil pedazos, si no
que puede herir a todo aquel que este cerca, el mayor lastimado siempre es quien lo tenia en
sus manos, si esa persona existe.
Es tan extraño pensar que en estos momentos Oriana es igual a la preciada copa de cristal de
mamá. Completamente transparente (aunque su transparencia este marcada por su depresión
), y mas frágil de lo que parece. Sé que en cualquier momento, la mas mínima brisa podría
derribarla, ella podría romperse en pedazos, y claro como todo cristal lastimar a todos los que
tiene cerca.
Yo creo que ella lo sabe, que tal vez por eso insiste en que la deje sola. Me pregunto si nota que
llevo en mis manos el delicado adorno de cristal, si sabrá que nunca me perdonaría el dejarlo
caer.
Recuerdo que una vez de niñas, rompimos por accidente un jarrón de porcelana, y tras arduas
horas de juntar las piezas y gastar varios potes de pegamento logramos repararlo. Es obvio que
el jarrón ya no volvió a ser igual, las marcas de donde estuvo roto son algo que siempre van a
sobresalir, sobre todo las del interior, donde se puede ver en detalle cosas que no quedaron
exactamente como antes. Tal vez siempre se note con mas o menos detalle que fue un jarrón
roto, y quizá sea mas propenso a volver a romperse, pero mientras tanto aun es un jarrón.

Mi mayor temor es que Oriana no resulte ser como el caso de jarrón. Es por demás obvio que si
se "rompiera" mas de lo que ya esta no puedo simplemente repararla con pegamento, pero si
con esfuerzo y paciencia.
Mas algo dentro mío me dice que este preciado adorno de cristal ya ha tenido muchas caídas,
demasiados golpes, y que no resistirá otro. Por eso me siento una niña tonta con las manos
temblorosas al cargarlo, tal vez por eso prefiera que lo suelte...
Que puedo decir, ¿ustedes lo soltarían?
Las dos primeras semanas ha sido por demás complicadas. Oriana no se esfuerza en poner un
poco de voluntad, y no la culpo (completamente).
Después de todo ¿Quién estaría feliz con ir de doctor a doctor todo el tiempo esperando no
escuchar tantas malas noticias?
¿Qué clase de persona que acostumbre a comer mínimo tres platos repletos estaría contenta
de saber que ahora su comida es la mitad de un plato?
Yo entiendo todo lo que ella esta pasando e intento ser comprensiva. A pesar de que parte de
mi quiera despertarla a cachetazos y exigirle que luche por su vida luego recuerdo que no
puedo arriesgarme a "romper el cristal". Por tal motivo le exigí a la doctora que solo se
comunique conmigo. Soy consiente que ella no es una criatura a quien se le deba mantener
oculta las cosas, pero en estos momentos casi lo es.
Al final de la primera semana la lleve a pesarse, había aumentado 1 kilo y 700 gramos, luego de
discutir con la doctora ella me explicó que podría deberse a que Oriana estaba en su periodo y
eso aparentemente aumenta el peso. Sin embargo al notar mi descontento, ella me cambio la
dieta que venia haciendo Oriana por otra.
Recuerdo que Oriana al notar el cambio de alimentación me pregunto si tan mal iban las cosas,
y odiándome a mi misma no tuve mejor idea que decirle que había bajado 600 gramos.
Obviamente eso tampoco la alegro mucho «si bajo 600 gramos por semana a este paso no voy
a terminar nunca» me dijo ella. Aunque yo le contesté con la mejor sonrisa falsa que pude
hacer y le dije que se tenga fe.
Sé que mi acción esta mal y no se justifica.
—Ella tiene que ser consiente de su situación, de su peso—me insistió la doctora.

Trastornos alimenticiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora