Final

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¡Hola! Soy Oriana tengo veintiséis años, en unos meses voy a cumplir veintisiete, yo sufría
trastornos alimenticios, para ser mas específicos sufría de obesidad, incluso llegue a tener
obesidad mórbida. Creo que no es necesario insistir, pues me parece que he dejado por demás
establecido el hecho de que esto se sufre y se padece.
Actualmente mi peso es de 80 kilos, supongo que debería pesar 10 kilos menos, pero a decir
verdad no es algo que me sea de mayor prioridad. Puede que unos meses llegue a eso que
llaman "peso ideal", pero hasta entonces no puedo quejarme.

Últimamente estuve pensando en mi pasado, esa época cuando había caído en el peor de los
fondos, ese del que no quieres salir, cuando te rindes. Pensé que hubiera sucedido si Juana y mi
familia no hubieran insistido en sacarme, en obligarme a luchar por mí.
De verdad que estuve reflexionando acerca de los dos años pasados, en realidad acerca de mi
vida entera. Pero ante todo esos dos años.
Quizá porque inevitablemente me marcaron, no solo físicamente (como dije hay cosas que
ninguna crema o aceite pueden borrar). En cierta forma porque me sirven de recordatorio de lo
que ya no debo permitir.
Al final llegué a una conclusión, no solo de mi misma sino de la enfermedad, aunque puede
parecer incorrecto formularla solo basándome en mi experiencia.
Concluí que la obesidad es como los epiciclos de las etapas que describí (aceptación, negación,
etc.), solo que con subir, bajar, decaer y deprimirse. Saltas de una fase a otra sin parar, incluso
cuando todo parece estar estable, si cierras los ojos, si te distraes un segundo ¡perdiste! Por lo
tanto me parece correcto corregir lo que dije anteriormente.
Soy Oriana y actualmente no sufro obesidad, tengo ochenta kilos y debo mantener un régimen
alimentario, hacer ejercicios al menos dos veces a la semana. A mi beneficio ahora puedo
acceder a ropa que me agrade mas, puedo elegir, mis huesos ya no duelen como antes, puedo
caminar cuadras sin agitarme y dormir tranquila por las noches sin ahogarme. A veces siento
nostalgia pensando en mis antiguas porciones de comida, creo que el estómago nunca se
acostumbra, pero recuerdo que no vale arriesgar mi salud.
Soy Oriana y actualmente estoy bien, pero uno nunca sabe a donde puede llevarte la vida. No
puedo asegurar que jamás volveré a subir de peso, no puedo afirmar que por siempre seré
fuerte y no volveré a caer. Después de todo esta enfermedad es un infinito ciclo y si te distraes
¿Quién sabe donde puedes caer? Es una lucha diaria y un día de debilidad puede incitar a otro,
iniciando una reacción en cadena y devolviéndote en un parpadear al inicio.
Yo ahora estoy bien, y en lo posible planeo estarlo por mucho tiempo.

Trastornos alimenticiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora