"SILENCIO".

"Capítulo 8".

OCTAVO BLOG:

"Dicen que cuando escribís algo que duele es una forma de desahogo y olvido. Al menos quiero saber si alguna parte de mi se libero cuando lo escribí. Bien, empecemos...

Víspera de año nuevo, mis interiores gritaban "año nuevo, vida nueva y... amor nuevo" este día lo anhelaba desde hace unos meses atrás y al fin se estaba cumpliendo. Era la primera vez que lo conocería en persona a Mateo. Me invito a una fiesta en su casa y por ende mis amigas iban a venir conmigo. 

Los nervios me consumían, mi cuarto era testigo de ello, toda la ropa desparramada en el suelo y no encontraba el atuendo perfecto. Mi madre sabía que mi nerviosismo no era sólo por una fiesta porque mis actitudes eran distintas, en realidad, de alguien que esta enamorado. Me llevo de compras; un vestido negro y zapatos totalmente a juego. La noche se aproximaba, de los nervios yo estaba lista desde las seis de la tarde, como mínimo. Cenamos, como es la dicha tradición de la cena de el último día del año y luego de media noche me marche a lo que ahora es mi más grande tormento y un error irreversible. 

Íbamos en el auto, con la música que hacía retumbar mis oídos, el aire azotando mi cabello. Ese es el único buen recuerdo que tengo de esa noche. 

Pocos minutos después, llegamos al destino, la "Mansión Rivera", me sentía asombrada, nerviosa  y afortunada. La puerta estaba abierta de par en par, por ende, sólo pasamos. Había bastante gente pero no llegaba a ser una multitud.

Nada hasta esas alturas lograba captar mi atención;hasta que lo vi y el mundo entero colapso con él sonriendo en dirección hacía donde yo estaba. Era perfecto, lo juro, nada le faltaba pero si le sobraba. 

Hizo una presentación rápida a mis amigas, quienes en minutos no tardaron en encajar, tampoco notaron mi ausencia cuando nos fuimos al patio trasero.

- Al fin puedo conocerte preciosa-. Dijo él. 

- Yo también, Matt-. Dije sonrojada.

- Sos más linda en persona, en todos los sentidos lo digo-. Dijo inspeccionándome de arriba a abajo. 

- ¿Ah si? Pues, em, vos igual-. Dije nerviosa.

- ¡Tranquila nena! -. Dijo con una sonrisa. 

- Me gusta tu tatuaje ¿Qué significa? -. Dije cambiando rotundamente de tema. 

- ¡A mi me gustas vos! No sé la verdad, me lo hice de más chico sin pensar-. Dijo sonriendo ¿Intensa o pervertidamente?

- Vos también me gustas Matt y mucho-. Dije bajando la mirada. 

- Shh nena, no hablemos más-. Dijo y me beso. 

Luego de aquel momento me llevó con mis amigas y él se fue a no sé donde. No se fue mucho tiempo, ya que, a los minutos susurró en mi oído que lo acompañe a arriba. Pero, ese fue el error el maldito y tortuoso error.

Entramos en una habitación con iluminación demasiado tenue. No sentí desconfianza ni miedo. Comenzó a besarme de una manera no tierna sino de esas que gritan "sexo" por donde lo mires y lo veas. Al principio, se los seguía, pero después reaccione cuando quiso levantar mi vestido;

-Para, no, todavía no te conozco tanto y aparte es muy apresurado Mateo-. Dije apartándolo a escasos centímetros de mi. 

- ¡Preciosa, lo siento, pero es muy tarde, demasiado tarde! Vas a ser mía, te guste o no-. Dijo sin expresión. 

- ¿QUÉ? ¡Soltame, te lo pido por favor Mateo, hagamos las cosas bien!-. Dije comenzando a llorar y a asustarme también. 

- Mientras más pongas resistencia Luz, mayor es mi excitación hacía vos-. Dijo sonriendo con morbo.