"Capítulo 20".

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VEINTEAVO BLOG:

"Una noche del terror que conllevaría a una de las mejores cosas que hice en mi vida. Dormir, eso no era para mí en esos momentos. Daba vueltas y vueltas el dolor era insoportable donde ninguna postura lograba calmarlo. Sudaba a montones, sentía el corazón como si quisiera salirse de mi pecho. No entendía que me pasaba, pero alguna idea tenía. Cuando el dolor ceso, mis ganas de orinar me trajeron de nuevo a la realidad y cuando una esta embarazada sufre de una alta incontinencia cuando al baño se refiere, sino me apresuraba iba a ocurrir un accidente de esos que pasan cuando sos un niño. 

Todo iba bien hasta que; rompí bolsa y entre en pánico. Sabía que estaba en días de tenerla, pero no pensé que precisamente iba a ser hoy. Entonces grité;

-¡MAMÁ!-. Grité con todas las fuerzas que aún tenía. 

Era obvio, eran las 3am, desperté a mis padres de un hermoso encuentro con Morfeo. Pero sólo tardaron un minuto a lo que yo sentí como una eternidad;

-¿Qué sucede cielo?-. Dijo mi madre entrando a mi habitación. 

No respondí nada, sólo mire al suelo y por ende le fue suficiente respuesta. 

- ¡CARIÑO, PREPARA EL AUTO QUE GRECIA ESTA EN CAMINO!-. Dijo mi madre gritándole a mi padre. - Y vos, anda a tomar una ducha que yo preparo las cosas, rápido antes de que las contracciones vuelvan.- Dijo acariciando mi cabello. 

Entonces eso hice, sentía como si Grecia estuviese ahí cerca de la salida, tan cerca mío. Me bañé a casi velocidad de la luz, ya que las contracciones no resultaban ser nada agradables y aumentaban su frecuencia a medida que pasaba el tiempo. Salí me vestí y en eso que estaba peinando mi cabello ¡BOOM! contracciones de un nivel insoportable;

- ¡MAMÁ, POR FAVOR VAMOS AL HOSPITAL O VA A NACER AQUÍ MISMO!-. Dije llorando y hablando como el exorcista en el exorcismo final. 

- ¡Luz, estoy terminando de ordenar todo, en un minuto vamos!-. Dijo mi madre volteandome a ver.

- ¡PERO EN UN MINUTO VOY A TENER A LA BEBE EN BRAZOS SI NO TE APURAS!-. Dije enojada y ella rió. 

Fue así, no lo de tener a mi hija en brazos, sino que mi madre ya casi terminaba de ordenar todo y en ese tiempo las contracciones cesaron y yo volví a ser normal y no un demonio que interactuaba con la realidad. Bajamos las escaleras y mi padre ya estaba esperándonos en el auto con su cara de padre nervioso y abuelo baboso eso fue una de las cosas más lindas que pasaron en toda la madrugada;

- Siéntate cielo, ahora vamos en camino-. Dijo mi padre desde la ventanilla.

Mi madre abrió la puerta y una vez que estuvimos todos listos partimos para conocer a la bebe loca que le encanta estar activa en madrugadas. El camino era silencioso, mis contracciones aún eran cada quince minutos y recién llevábamos 5. Entonces comenzaron las dudas existenciales; ¿Cómo iba a ser?, ¿Se parecería a mí o a él?, ¿Sería buena madre?... Eso lo sabría dentro de poco, me comían los nervios, la ansiedad y también el sueño. Faltaban diez cuadras cuando las benditas contracciones decidieron volver;

- ¡PISA EL ACELERADOR PAPÁ, LLEVAS UNA URGENCIA ACÁ ATRÁS!-. Dije volviendo al mismo tono e igual melodrama.

- ¡Oh no! Ya va a empezar-. Dijo mi madre riendo. 

- Cariño, voy tan rápido como puedo-. Dijo mi padre mirándome por el retrovisor. 

-¡ODIO LOS BEBES! ¿Por qué no pueden ser como en las películas? Respondan-. Dije llorando. 

- ¿Y cómo son en las películas Luz?-. Dijo mi madre acariciando mi rodilla. 

- Que los trae la cigüeña, mamá-. Dije llorando.

"SILENCIO".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora