"Capítulo 25".

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VEINTICINCOAVO BLOG:

"Querido Mateo, va, estimado Mateo, no tampoco. Simplemente Mateo. 

Me dirijo a vos en forma de despedida,en una forma sana de olvidar y a su vez de sanar. Quizás yo también como vos en un tiempo pretendí no saber de tu existencia, pero me olvidaba que el mundo era plenamente redondo y que alguna vez tu nombre tendría que dejar de retorcer mis entrañas. Quizás simplemente quería dar el último grito para que el corazón ya me pese menos, porque lo cierto es que el corazón es sumamente capaz de olvidar hasta de perdonar pero la mente lo obliga a recordar todo el tiempo  pero depende de uno no dejarse oscurecer nuevamente. 

Te amé y juro que lo hice. Pero ese fue el precio, te amé tanto que yo misma me até a un silencio que va a hacer un eco toda mi vida. Porque sí, cuando se experimenta la suma decepción, ese nombre se te tatúa en lo más profundo de tu ser. Es el Voldermort de tu vida real, a quien no vas a nombrar, no por miedo simplemente por olvidar.

Cuan agrio se volvió el amor, cuando yo me acordaba de todo lo que sentí por vos. Cuan doloroso se volvió sonreír, cuando yo me acordaba de que vos te reíste de mí.  Cuan ensordecedor se volvió el silencio, cuando me acordaba que vos me condenaste a callarme. Cuan culpable me sentía por leer todas esas mentiras y lo peor es que yo si me las creía. 

Me enamoré de tus palabras, de todo aquello que decías ser pero en realidad te faltó tanto que ser. De hombre, sólo tuviste el género, lo demás fue de sumamente marica al huir de tu propio error. 

Te diría que me arrepiento, pero lo cierto es que no; me arrepiento de vos no del después.

Finalmente, podría estar maldiciendo tu existencia o deseando que la pases mal en la vida, pero no. Podría sentir odio extremo, pero no. Podría contarle al mundo la verdad, pero no. Podría hacer todo pero sin embargo no voy a hacer nada. Porque eso es parte sanar, sentir todo lo malo del mundo pero sin embargo simplemente soltar, no por vos, no por mí, por Grecia sí. 

Te perdono por todo Mateo Rivera, y te deseo una buena vida. Y te doy las gracias, por darme el empujón para abrir los ojos.

Y como dice Gustavo Cerati; poder decir adiós, es crecer.

Hasta siempre, Luz".



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