Capítulo 15- Indescritible

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Capítulo editado y revisado, pero puede que haya dejado escapar alguna que otra cosa, así que, de antemano, disculpen cualquier error.

Disclaimer: La saga Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer, yo solamente me divierto con sus personajes, ya que me enamoré de ellos. Esta historia o versión de la historia original es una idea mía y ahora la comparto con ustedes.

Capítulo XV— Indescriptible

Bella "POV"

Después de un viaje de muchas horas llegamos en Río de Janeiro, creía que fuéramos a quedarnos en algún hotel de la ciudad, pero Edward me sorprendió llevándonos a un muelle, donde tomamos una lancha hasta llegar en una isla privada, la isla de Esme, un regalo de Carlisle, no era de extrañar que Edward fuera dado a gran exageraciones cuando se trataba de hacer regalos, tenía un buen ejemplo en la familia. En el centro de la isla había una gran casa playera cercada por una extensa vegetación tropical. Cuando llegamos Edward hizo un recorrido por la casa llevándome en brazos por todos los lados, la casa era hermosa en tonos de blancos y pasteles, y con una mezcla de vidrio y madera, la marca Cullen de decoración estaba allí.

La última pieza que adentramos era nuestra habitación, Edward me dejó sola allí para ir recoger nuestros equipajes, me entretuve mirando el mar a través de la gran ventana de vidrio, fueron tantos los acontecimientos que nos condujeron para este momento, quién iba a imaginar que la hija clase media del jefe Swan iba a conquistar al muchacho rico deseado por todas las mujeres de la ciudad, me reí internamente. Me gané un gran regalo sin ni siquiera haberlo deseado, y daba gracias a Dios por haberlo puesto en mi camino.

Volví mi cuerpo y mi mirada se posó sobre la inmensa cama de madera cubierta por un cubre cama blanco, desde el dosel caía un tejido blanco diáfano, rápidamente me volví hacia la ventana nuevamente y suspiré. Finalmente hoy sucedería lo que venía anhelado desde algún tiempo, me sentía tan nerviosa, distinta de las otras veces que había deseado seguir adelante; cuando estaba envuelta en el calor provocado por mis hormonas enloquecidas no pensaba en nada, solamente en el deseo que sentía por Edward, pero ahora que tenía tiempo y estaba pensando en perspectiva toda la cosa me daba un poco de miedo, no miedo de Edward, pero miedo del desconocido, creo que todas las chicas tienen esos momentos de dudas en estas situaciones, es algo de mujeres, crecemos oyendo tantas cosas sobre la primera vez y por más que intentemos olvidar de algunas de estas informaciones, que sabemos que son tontería en gran parte, en momentos como éste todo nos viene encima.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que pegué un brinco cuando sentí los fríos labios de Edward en mi nuca.

— Lo siento, no quería asustarte, pero estabas tan absorta que no resistí — se disculpó.

— Eres incorregible.

Sonreí.

— Está un poco caliente, ¿no? — Asentí. — Pensé que podríamos nadar un poco, la temperatura del agua te gustará — sugirió.

— Vale...

— Entonces te espero en el mar, creo que después de un viaje tan largo necesitas de tu tiempo humano — me dijo.

— Sí... — concordé un poco turbada.

Él me acarició la mejilla y me plantó un beso en la frente.

— No te tardes, señora Cullen — dijo mirándome a los ojos antes de abrir las puertas de vidrio y caminar hacia el mar. Vi cuando él se quitó la ropa mientras caminaba en la arena, suspiré pensando en lo que estaba a punto de suceder; me dirigí hacia el baño, necesitaba refrescarme un poco.

Mi cielo estrelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora