Capítulo 21- Nace una constelación

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Capítulo editado y revisado, pero puede que haya dejado escapar alguna que otra cosa, así que, de antemano, disculpen cualquier error.

Disclaimer: La saga Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer, yo solamente me divierto con sus personajes, ya que me enamoré de ellos. Esta historia o versión de la historia original es una idea mía y ahora la comparto con ustedes.

Capítulo XXI — Nace una constelación

"POV" Edward

— ¿Quieres acostarte? — pregunté a Bella que respiraba jadeante tras una contracción.

— Necesito tomar una ducha.

— Vale, te ayudo.

La ayudé a entrar en el baño, abrí el grifo de la ducha esperando que el agua se calentara, mientras tanto la ayudé a librarse del camisón que había puesto en la noche anterior, ella hizo una coleta en su pelo para no mojarlo y yo la guié bajo la ducha.

— Esto es relajante — suspiró cuando el chorro de agua caliente cayó sobre su espalda.

La enjaboné rápidamente solo para quitar el agua de la fuente que había mojado sus piernas, la envolví en una toalla y la sequé, luego la tomé en brazos dejándola sobre nuestra cama, busqué una bata caliente y la ayudé a vestirla, cuando terminamos otra contracción la acometió, por mis cálculos los intervalos entre una y otra eran de 15 minutos, teníamos un poco de tiempo todavía, además las madres primerizas cuestan un poco más en dilatarse para el parto, necesitaba verificar en qué nivel de dilatación estaba Bella. Cuando la contracción pasó la ayudé a tumbarse sobre la cama.

— Amor, necesito examinarte para saber cómo va la dilatación — le expliqué. Ella me miró por algunos segundos y luego asintió. — Voy a coger un par de guantes desechables y ya vuelvo — aunque mis manos estuviesen limpias era mejor ser precavido, no quería que Bella tuviera problemas con bacterias por mi causa. Cogí la caja de guantes que había dejado días antes bajo la encimera del baño, Carlisle había insistido para que yo los tuviesen en casa, en el caso de alguna emergencia, había dicho él. En este momento agradecía a Dios por haber superado desde tiempos mi deseo por la sangre de Bella, no puedo ni siquiera imaginar lo que podría pasar si no lo hubiese superado.

Volví con mi esposa, ella me miró con preocupación.

— Hey, todo va a salir bien — la tranquilicé sentándome a su lado, acariciándole el rostro.

— ¿No crees que sea temprano para que nazca? — Preguntó con el semblante lleno de preocupación.

— No, tienes seis meses de gestación, siete si llevarnos en cuenta los primeros cálculos que hizo Carlisle por el tamaño del bebé y consideramos que su crecimiento se aceleró más que un mes en relación al tiempo real que llevas de gestación, tus niveles de HCG nos demuestran eso, y bueno, basta mirarte para saber lo avanzado que está tu embarazo — dije acariciando su vientre.

— Tengo miedo... — musitó.

— Lo sé, amor, todas las madres tienen, es normal, pero estoy contigo, no voy a dejar que nada les pase, ahora necesito examinarte antes de que tengas otra contracción — Bella asintió y flexionó las piernas, me puse entre ellas y levante su bata.

— Tengo que tocarte para saber cómo va tu dilatación, relájate, solo soy yo, ya te toqué inúmeras veces — le recordé al ver como ella tensaba sus músculos, acaricié sus muslos hasta sentir que ella se relajaba, rápidamente me puse los guantes y delicadamente deslicé dos dedos dentro de su cuerpo.

Mi cielo estrelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora