Prologo

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El club nocturno en donde se encontraba Harry esperando a sus amigos y a su novia era agradable, tenía buena música y un ambiente algo relajado, aun con los grandes altavoces, las mesas de cristal se iluminaban de colores por el efecto de las luces y el vitropiso de plataforma se alzaba en la pista de baile donde muchos muggel jóvenes prácticamente de su edad, se divertían bailando ignorantes de que Harry ahí era diferente a ellos, era un mago.

Se le había ocurrido muchas ideas para esta noche, tal ves una cena con su novia, o un paseo por alguna playa, e incluso pudo imaginarse esté momento en un auto cinema muggel, pero no a su mejor amiga Hermione se le había ocurrido que sería una brillante idea venir los cuatro a celebrar este día aquí, pero ella no tenía la culpa, pues Harry no les había contado el segundo motivo de aceptar celebrar que ¡por fin le habían dado un puesto en el cuartel de Aurores!, así que como quería que fuera sorpresa se callo y acepto a regañadientes, cuando vio que su mejor amigo Ron y su novia Ginny se ponían emocionados de lado de Hermione.

Se trato de acomodar lo más que pudo en esas sillas altas que manejaba el club, estaba todo nervioso, se suponía que su novia salía de entrenar a las seis y que iría arreglarse a su casa, ahí se vendría con Hermione y Ron a esté lugar. Harry decidió venir antes, para tener listo todo, había hablado con un camarero para pedir una botella de su mejor champan y reservo dando una buena propina una de las mejores mesas, que estaba un poco alejada de los altavoces, pero cerca a una ventana, que daba la vista a la hermosa ciudad repleta de luces, todo tenía que salir perfecto esté día.

Sintiéndose incomodo, se volvió a cerciorar (por quinta vez) que la cajita de terciopelo roja siguiera en la bolsa de su chaqueta, con una sonrisa hoy sería el día, hoy debía ser perfecto, por fin se había medio realizado empezando otra etapa y ella ya era una cazadora titular del equipo de Quidditch al que por dos años se había dedicado en cuerpo y alma para lograrlo, por eso sabía que después de tres años de relación, ambos podían dar este paso.

Miro a su al redero, había varias chicas riéndose a su lado derecho, ya parecían muy tomadas, una de ellas que era morena, alta y de grandes ojos grises, no dejaba de mirarlo como si pensara que lo conoce, Harry tampoco pudo apartar su vista de ella, pues también sentía que algo de ella le era muy familiar. Tal ves entre tantas miradas la chica malinterpreto sus intenciones, pues mientras bailaba moviendo las caderas, se acercó a él con la sonrisa más coqueta que podía, aun cuando sus ojos parecían estar fríos y distantes. En cuanto estuvo lo bastante cerca para hacer sentir incomodo a Harry, esté se paro de un salto tratando de alejarse, pero la chica le rodeo los brazos en su cuello, riéndose tontamente, sus amigas a lo lejos se burlaban e incluso parecía que la animaban.

--- Señorita, creo que es mejor que se retire --- le dijo Harry tratando de zafarse de ella, de la forma más educada que podía, mientras miraba por encima de su hombro, esperando que sus amigos llegaran, para ayudarlo --- estoy esperando a alguien...

--- ¿De verdad? --- hipo riéndose y moviendo su cabeza --- podemos esperar juntos... mis amigas no me creen capas de estar con un desconocido... ¡pero ya no importa!, ¡nada en esta vida importa!

Entonces, sin esperar nada, tomo a Harry con una fuerza impresionante para besarlo en la boca, dejándolo desconcentrado y sin saber que hacer, trato de impedirlo poniendo sus manos en el hombro de ella, alejándola, pero la chica parecía quererse aferrar cada vez más, no se solo hasta que ambos escucharon:

--- ¡Harry como pudiste! --- era la voz de Hermione toda molesta, la chica borracha los vio, se rio burlonamente, para caminar a donde se encontraban sus amigas, quienes ya no la animaban.

La vista de Harry fue rápidamente a Ginny, no le importaba en estos momentos Hermione, luego se encargaría de ella, pero necesitaba darle una buena explicación a su novia, decirle lo que sucedió. Pero al verla, sus palabras no salieron de la boca, ella estaba ahí con su cabello rojo suelto y vestida al estilo muggel, pero tenía una expresión de desconcierto y tristeza, sus ojos que por lo general estaban secos debido a que casi no lloraba, ahora mismo se le estaban humedeciendo, mientras apretaba los puños.

No me pidas Olvidarte (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora