CAPITULO 8

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Mía camino por el callejón Diagon, nada anormal, como la vez anterior, se estaba aburriendo en verdad y lo peor de todo, su maldito teléfono acababa de morir por la batería, Harry y Regulus la iban a sentenciar por eso, siempre lo hacían. Suspiro frustrada, sabía que en el mundo mágico no había corrientes electricas como en el de los muggel, por más magia que tuvieran, los magos seguían atrapados en la era medieval.

Entre todas las tiendas, había una que resaltaba más, morada, llamativa y con grandes risas y estruendo, veía desde ayer a las personas entrar y salir de ese lugar con bolsas gigantes de cosas, sobre todo a estudiantes de Hogwarts o niños.

Curiosa y a la vista de que nada pasaba, camino a la tienda, podría encontrar algo divertido que hacer ahí a la espera de que Harry le hablara, entonces se acordó que su maldito celular había muerto.

Al entrar, lo primero que vio, fue una especie de altar, de una foto de un pelirrojo, con varias veladoras y cosas curiosas, ahí se leía "Fred Weasley 1978-1997". Al ver la fecha supo que debió haber sido alguien que estuviera  en la dichosa guerra, además de que reconoció el apellido de inmediato.

--- Eres extranjera --- le dijeron, Mía volteo de repente y vio al mismo tipo de la foto, salvo que no sonreía tanto como la foto, se espantó y el chico río un poco --- soy George, ese de ahí es mi gemelo Fred.

--- Oh, siento lo de tu perdida --- le dijo Mía agachando la cabeza --- mi hermano también estuvo en esa guerra, por suerte la de él, está bien.

--- Sí, tuvo suerte, supongo, pero no me has respondido --- le dijo mirándola bien --- por tu forma de vestir y esa cosa que cargas con enojo --- señalo su celular que seguía trayendo en la mano --- no pareces mucho de aquí.

--- Soy de Estados Unidos, aunque mis padres son británicos puros --- le dijo tronando los dedos, y guiñándole un ojo --- este lugar... es una tienda de bromas, ¿correcto?

--- Así es, la mejor de todo el país y sus alrededores, Sortilegios Weasley --- dijo señalando todo el lugar --- ¿algo que te interese?

--- La verdad, nada, solo estoy aquí disfrutando la vista --- dijo mirando a su alrededor --- la verdad estoy en guardia, revisando el callejón, pero me aburría.

--- Eres Auror entonces --- le señalo, ella asintió --- es un gusto saber que nuestros Aurores se preocupen por nuestra seguridad.

--- Es mi principal misión --- le dijo, mientras se paraba, y estiraba un poco --- debo continuar vigilando, sino me van a meter en problemas.

--- Espera... ¡No me dijiste tú nombre! --- le grito George antes que ella se volteara y lo mirada.

--- Mía, mi nombre es Mía Black --- le dijo mientras salía rápidamente de la tienda.

George se le quedo mirando, esa chica debería ser la que hablaba Ron y Ginny ayer, la nueva chica de Harry Potter. No se movio de donde estaba, hasta que la miro desaparecer por la ventana para el otro lado del callejón y simplemente no supo qué decir al respecto. Era bonita, muy hermosa a decir verdad y tenia esa chispa divertida en sus ojos, que le fascinaba.



Harry entró al despacho de la profesora McGonagall cargando a Ava y vio a la directora sentada en su escritorio, revisando unos pergaminos, así mismo miro detenidamente a los cuadros de dos directores, quienes también lo miraban fijamente, uno sonrío y el otro entrecerró los ojos.

--- Ah, señor Potter --- le llamó la profesora mirándolo y su expresión de sorpresa no faltó al ver a la niña --- es su...

--- Ahijada, es la hija de dos buenos amigos en Estados Unidos --- le aclaró Harry de inmediato, mientras la profesora asentía --- gracias por dejarme venir profesora, me interesa mucho la cuestión de hablar con el director Dumbledore.

No me pidas Olvidarte (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora