CAPITULO 1

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Cuando Harry volvió a ver el ministerio se sintió extraño, no podía creer que estuviera de regreso en Londres después de irse por casi cinco años y ahora le resultaba tan raro, debido a que estaba ya acostumbrado a los Estados Unidos y sus diferentes reglas, un poco más exageradas que aquí en Londres y a rendirle cuentas a una presidenta como Auror en vez de a un ministro que lo había conocido y luchado juntos en la batalla contra Voldemort.

Lo que Harry Potter también había olvidado era los reporteros como Rita Skeeter y la fama que su nombre conllevaba. En E.U sí lo consideraban alguien importante, pero no era lo mismo a Londres, quienes vivieron en directo la guerra.

--- Señor Potter, señor Potter --- le llamaba Skeeter desde la primera fila con su vela pluma en el aire y un fotógrafo a su mano derecha --- señor Potter, ¿Cómo es posible que haya vencido a un mago tan tenebroso como ya sabe quien y no pueda atrapar a ese que se hace llamar el titiritero?

Harry suspiro, eso fue lo que lo hizo regresar a Londres. En Estados Unidos había un hombre que se dedicaba a controlar a personas inocentes y dar mensajes, usarlas como bombas, para ocasionar el caos, su lema: “Los débiles como muñecos” y es que sus víctimas parecían muñecos de trapo que eran jalados con hilos. Su equipo y él estuvieron a punto de atraparlo dos veces, pero la segunda vez que fue más exitosa que la primera, el titiritero dejo Nueva York y hace dos semanas se reportaron ya dos casos iguales en Londres, por ese motivo Harry había pedido permiso a la presidenta Frenighan regresar a Londres y traer a su equipo, para terminar de una buena vez el trabajo.

--- Estoy consiente de lo que se habla de mi --- dijo Harry, pero no podía concentrarse por la chica morena que miraba la estatua de él desde muchos ángulos --- Mía, ¿Qué haces?.

Todos voltearon a la dichosa Mía, una chica alta de cabello negro lacio y corto, sus ojos grises brillaban con micha curiosidad y tenía una sonrisa deslumbrante en su rostro.

--- Veo el fraude de esta estatua --- le dijo ella fuertemente y sacándole la lengua --- no tienes el trasero tan respingado y grande.

Hubo muchas veces que Harry quiso maldecir a Mía y unas pocas en querer matarla, como cuando lo beso ebria en un bar de Londres hace cinco años causándole grandes problemas. Ahora mismo quería volver a matarla.

--- Mia seriedad, seriedad --- le dijo en un murmullo Harry, mientras ella le volvía a sacar la lengua para ponerse a su lado. Él tuvo que volver a los reporteros --- les prometo que hare todo lo posible para atrapar a ese bastardo y llevarlo a juicio.

--- Ya nos debe varias --- dijo Mía cruzándose de brazos.

--- Señor Potter, nos podría decir porque se fue de Londres de la noche a la mañana --- volvió a insistir Skeeter con maldad --- ¿fue por una chica?, mis informes dicen eso mismo, que fue siguiendo a una joven…

--- Se equivoca --- le dijo rápidamente Harry, molesto  --- fui buscando nuevas enseñanzas y cultura, quise abrir mis… caminos como Auror y debo decir que Estados Unidos me ofreció grandes oportunidades --- les dijo orgulloso, diciendo las palabras exactas que su ahora madre adoptiva Galadriell le dijo, para quitar mirones--- fueron experiencias gratas, ver la otra cara de la moneda y aprovechar mi estadía en Nueva York para conocer otros métodos de aprendizajes, como algunos cursos de Defensa en la escuela de Ilvermorny.

Las fotos y comentarios no pudieron faltar y las preguntas inquisidoras de Rita Skeeter donde claramente daba a entender que el famoso mago de Londres prefería Ilvermorny a Hogwarts.

--- Es suficiente --- dijo Kingsley, ministro de magia --- el señor Potter debe ir al cuartel de Aurores y empezar con su trabajo lo antes posible.

--- Gracias, Kingsley --- le dijo Harry cuando ambos y Mía se alejaron de toda la multitud, para dirigirse a los elevadores.

Pero las cosas no se relajaron en los ascensores porque subiendo con ellos iban Arthur y Percy Weasley, quienes no tenían ya de bien visto a Harry por “el incidente” del beso con Mía. Aunque ninguno de los dos la conocían veían con odio puro a ambos, sobretodo porque ella se aferraba del brazo de Harry y él la acariciaba lentamente.

Mía sufría de claustrofobia desde muy chica y el elevador la aterraba tanto, como los lugares cerrados y la única manera de parecer normal a lo Mía era… bueno era aferrarse a la primera persona que viera y en este caso eta Harry.

--- Todo esta bien torbellino --- le dijo él en el oído muy despacio, para que ninguno escuchara --- todo esta bien.

--- Hola Arthur --- le saludo al señor Weasley Kingsley al percatarse de la incomodidad de todos --- ¿Cómo sigue Molly?

--- Muy bien gracias señor ministro, ya sabe feliz con todos sus nietos --- le dijo orgulloso, mientras Harry escuchaba, quería que hablaran de cierta pelirroja que seguía rondando todas las noches en su cabeza.

--- Veo que Harry Potter regreso a Londres --- dijo Percy, su voz parecía molesta --- ¿Cuándo regreso?

--- Apenas ayer, ¿verdad Harry? --- dijo Kingsley orgulloso --- ya hacía falta que regresara, le dije que se tomara un tiempo en Estados Unidos, no toda una vida.

Harry recordó que cuando los Weasley le cerraron las puertas y otra vez (como antes de entrar a Hogwarts) no tenía a nadie, fue Kingsley quien le aconsejo irse un tiempo y dar espacio, para reorganizar su vida, fue también quien hablo con la presidenta Frenighan para que entrara a unos cursos. La idea principal era irse dos semanas, pero simplemente después ya no pudo. Conoció personas que le impidieron regresar a un lugar repleto de malos recuerdos y sin nadie a su lado.

--- En cuanto termine esta misión, regreso a Nueva York --- dijo Harry seguro de si mismo --- solo unos meses.

--- Llevamos tres años con este caso, no se Potter no nos lo va a poner fácil --- le dijo Mía --- hasta mamá y Reg vinieron y sabes que ella odia Londres desde las muertes de ya sabes quien.

--- Sí, pero ahora contamos con algo a nuestro favor --- le dijo Harry, Mía lo miro desorientada --- sabemos sus rostro.

--- Harry pudo usar poción multijugos --- le dijo ella rodeando los ojos, mientras él se encogía de hombros --- como quieras.

El señor Weasley se bajo junto con Percy un piso antes, y aunque su hijo paso de largo sin ver a nadie, solo despidiéndose del ministro, su padre miro a Harry un momento, acordándose de todo lo que el muchacho los había ayudado y esos momentos con él para sonreírle.

--- Que bueno que regresaras a Londres Harry --- le dijo sinceramente antes de salir del elevador.

--- Gracias señor Weasley --- al decirlo se hico para atrás, llevándose con él a Mía.

--- Espero que tu equipo sea excelente Harry, casi tan bueno como el de esos tres chiquillos que se adentraron solos a una búsqueda --- le dijo Kingsley, mirando a Mía.

--- Mi equipo es el mejor --- le dijo Harry --- aquí mis ojos es una excelencia en hechizos no verbales y en el combate cuerpo a cuerpo. Además gracias a Merlín contamos con el mejor Sanador de todo Estados Unidos y puedo apostar que de Londres…

Al abrirse las puertas del elevador en  el cuartel de Aurores, había un gran revuelvo y papeles revueltos por todo el piso, mientras unos hombres tenían agarrados a un hombre rubio y de cara alargara, que parecía desesperado, mientras otro hombre pelirrojo lo miraba con odio.

--- ¿Qué esta pasando aquí? --- pregunto el ministro, mientras todos veían a Harry.

--- Un mortifagos señor --- dijo el pelirrojo quien era Ron Weasley --- quería venir a espiarnos.

--- Por favor Weasley, ya madura, yo no vengo a espiar a nadie --- le dijo el hombre rodeando los ojos --- solo quiero empezar con  mi trabajo, soy sanador con permiso de Auror.

--- ¿Quién mierdas te dio ese ridículo permiso? --- pregunto otro Auror riéndose, era Smith un Hufflepuf irritante que estuvo con Harry.

--- Yo --- les dijo Harry molesto y mirando a todos --- suéltenlo, él viene conmigo.

--- ¡POTTER! --- le grito y todos pensaron que iban a pelear como en el colegio --- llegas tarde.

--- Me retuvieron, pero me da gusto que vinieras --- le dijo mientras se daban la mano y un abrazo fraternal --- Malfoy.

No me pidas Olvidarte (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora