CAPÍTULO 14

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Londres, 12 Grimm Place.

Cuando Harry llego a la casa en la noche, después de haber esperado a que Ginny se desapareciera para aparecer en la madriguera, lo esperaban sus hermanos y su madre, quienes lo miraban como si fuera un espectáculo andante, debido a que esa sonrisa que antes parecía no existir en la cara de él, ahora parecía que se quedaría ahí por mucho tiempo.

--- Ya cuéntanos, ¿Dónde estuviste? --- le pregunto Mía creándose de brazos y entrecerrando los ojos --- no fuiste a cenar con nosotros y apareces con una inmensa sonrisa, como si hubieras encontrado un gran tesoro.

--- No te metas en mi vida --- le dijo Harry señalándola, mientras ella resoplaba --- solamente estuve haciendo unos pendientes, ¿Qué no puedo estar feliz?

--- ¿Don pienso que todo a mi alrededor está en contra mía? --- pregunto Dany, mientras se dejaba abrazar por Regulus --- no, la verdad creía que ni siquiera conocías esa palabra... feliz.

--- Dan --- la regaño Regulus, pero parecía divertido, luego se volteó a Harry --- espero que te hayas divertido demasiado está noche.

--- Sí, me la pase bien --- dijo encogiéndose de hombros, se volteó a Mia que parecía molesta --- ahora tú, mañana es primero de septiembre...

--- Tengo un calendario --- le dijo volteando su cara.

--- Que bien, necesito de todos en la estación 9 ¾ mañana a partir de las 9 --- le dijo Harry serio --- no creo que el titiritero ataque el callejón Diagon ya... o por el momento, así que podemos dejarlo a recorridos espontáneos, como en otros lados.

---- ¿Quieres decir que ya no necesito trabajar en la tienda de bromas? --- pregunto Mía asombrada y decepcionada, Harry asintió --- bien, como el capitán desee.

--- Creo que le tendré que escribir una carta a George Weasley agradeciéndole su ayuda --- dijo pensativo Harry, mientras se sentaba en el sillón.

--- ¡No! --- grito, haciendo que todos la miraran sorprendidos --- digo... es mejor que hoy vaya con él y le explique, para agradecerle en persona y así no quedar mal.

Regulus levanto la ceja, mientras Harry entrecerraba los ojos y Danny los rodeaba, obviamente porque conocían a los dos hermanos sobreprotectores y celosos que Mía debía cargar.

En el callejón Diagon, Mía entro pasada la una, porque tuvo que esperar a que el tren partiera de la estación sin ninguna complicación, los chicos que trabajaban en Sortilegios Weasley, Chloe y Rick se le quedaron mirando, una con petulancia, el otro sorprendido, pues en primera ella siempre llegaba antes que nadie y en segunda parecía una regla inquebrantable la puntualidad e incluso George Weasley respetaba los horarios establecidos, como un empleado más.

--- ¿Sabes que a tú compañera la despidió George por legar dos minutos tarde sin avisar? --- pregunto Chloe con petulancia --- lo lamento hermosa, pero vas diciendo adiós...

En eso George salió de su despacho, para ver a Mía, quien le sonrió con inocencia, él negó con la cabeza y se recordó que tenía que "se parejo" para no levantar sospechas entre los demás compañeros.

--- George, venía a darte las gracias por todo --- le dijo Mía adelantándose, mientras él la miraba sorprendida --- ya se resolvió lo "pendiente" y necesito seguir con mi trabajo --- le extendió la mano, a lo que él la estrecho --- en verdad te debemos una.

--- Cuando necesites Mía, solo dime --- dijo sonriendo de lado, los otros dos parecían confundidos --- ella es una Auror del cuartel y me pidieron que estuviera aquí, por unos asuntos del ministerio, una disculpa el secreto, pero fue bajo protesta de discreción.

No me pidas Olvidarte (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora