capitulo 18

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Camila se encontraba en una reunión de personal cuando sintió que el teléfono vibraba en su bolsillo. No quería sacarlo, porque podía llamar la atención. Shawn estaba soltando una perorata, y Camila sabía que su ex odiaba que la gente se levantase en mitad de sus discursos, así que fingió un ataque de tos, leve al principio y, luego, más vigoroso. Bebió un sorbo de agua y dedicó una sonrisa de disculpa a los que la miraban. Segundos después, volvió a toser con verdadero gusto. Contuvo el aliento, arrugó el rostro hasta que se puso colorada y consiguió expulsar un poco de saliva. Los más próximos a ella se apartaron, molestos. Por último, levantó la mano para reclamar la atención de Shawn, señaló primero su garganta y luego la puerta. Se puso un pañuelo delante de la boca, cogió el bolígrafo y el bloc de notas, en el que había garabateado unos preciosos gatitos, y salió disparada. Siguió tosiendo mientras se dirigía al ascensor y se alejaba de la sala de reuniones, pero la tos se convirtió en risa cuando llegó al piso de abajo. Corrió al cuarto de baño, que solía estar desierto porque había muy pocas mujeres en aquella planta. «¡Cuando le cuente a Lauren cómo me escabullí de la reunión!» Rebuscó el teléfono en el bolsillo. La sonrisa desapareció de su rostro cuando leyó el mensaje.

Dios mío._ Le temblaban las manos mientras sonaba el teléfono. Una vez. Dos.

Jáuregui.

—¿Lauren? ¿Te encuentras bien? ¿Qué ha ocurrido? —Sujetaba el pequeño teléfono con tanta fuerza que tuvo que aflojar la mano para no romperlo.

Estoy bien. Necesito que me hagas un favor. —Lauren parecía estresada y muy ocupada.«¿Qué diablos

Claro. ¿Qué tengo que hacer? —Empezaba a preguntarse que entendía Lauren por el código 911 de urgencias. Sus negros pensamientos dejaron paso a algo mucho peor al escuchar la frase siguiente.

Han localizado parte de la información del programa que instalaste._ Camila se dejó caer en el asiento del inodoro. —Todo apunta a una célula terrorista con vínculos en Oriente Medio.

—¡Me tomas el pelo! ¿Cómo es posible?._ dijo Camila.

Ha ocurrido antes y volverá a ocurrir. Lo más importante es que salgas de ahí. Inmediatamente.

—¿No haré sonar las alarmas?._ pregunto Camila.

—Yo... tal vez. Pero no se puede saber cuándo se enterarán de que los seguimos. Se trata de una operación a gran escala, y Shawn y sus amigos son sólo una pequeña parte del tinglado. No se arriesgarán._ Camila estaba anonadada. ¿Cómo podía suceder algo así?—¿Camila?

Estoy pensando.

—Sal de ahí. Déjalo ahora mismo. Ya hablaremos, ¿de acuerdo?_ Camila seguía atónita. —Hazlo por mí, por favor._ rogo Lauren.

De acuerdo. He fingido que estaba enferma, así que me puedo marchar por hoy._ Camila oyó el suspiro de alivio al otro lado de la línea.

—¿Camila? Gracias. Hablaremos más tarde._ Camila iba a responder, pero se dio cuenta de que la comunicación se había interrumpido. Dobló el teléfono, lo guardó en el bolsillo y se dirigió a las escaleras.

Cuando Lauren desconectó, Allyson sacudió la cabeza.

Lauren.

—¿Qué?

—Camila tiene que seguir allí hasta que estemos preparados para movernos. Son órdenes. Puede ser la mayor redada que hemos tenido en muchos años y aféela directamente a la seguridad nacional. No hay otra opción.

Primer Impulso (CAMREN) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora