Capítulo VIII (El silencio de la verdad)

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Aun no logro creer lo que está pasando, yo morí hace dos días, pero estoy aquí ¡Vivo!
Agarré mi celular y volví a leer el mensaje que me había llegado, y si, hay decía ¡Ethan! Si, mi nombre, no logro entender nada, tenía que ir a esa fiesta, yo tenía que descubrir que estaba pasando, me metí a la ducha y cuando salí abrí el armario y mi sorpresa fue muy grande, toda la ropa que había allí era increíblemente estupenda, obvio no era mi ropa, la ropa que yo usaba era tonta, fuera de moda.
Me puse unos jeans rasgados color negro a lo Shawn Mendes, una camiseta negra con dibujos lunares todo épico y para terminar unos tenis negros, prácticamente me fui de luto.
¿Sorprendente no? Pero no fue casualidad, no, decidí vestirme así, porque me morí y más que sea merezco un digno luto; me puse los auriculares y presione el play, al salir del cuarto, todo estaba raro, las escaleras no estaban donde siempre, la casa era diferente en todo. Bajé y al salir me topé con una señora que me dijo:

-¿Dónde vas?

Obvio me quedé super sorprendido, que un desconocido te diga ¿Dónde vas? es muy raro

-Ehh.. ¿Cómo? Disculpe, ¿Quién es usted?

-Que te pasa Dave, como quien soy, quien más voy a ser ¡Tu Madre!

Mi mente se puso en blanco en ese momento, paso una ruleta de confusiones dentro mío.

-Disculpe me tengo que ir.

Me alejé lo más rápido de ahí, meditaba mientras caminaba, y de repente allí estaba la casa, aquella casa, mi casa. Tenía unas ganas inmensas de entrar y ver que pasaba, pero se veía todo cerrado, así que pasé de largo y me dirigí a la fiesta en casa de Lalo, al llegar a la fiesta vi que había mucha gente, pero igual entré. Al entrar me recibió el mismísimo Lalo Martínez.

-¡Dave! Que bueno que llegaste.

No entendia que rayos pasaba, esa señora que decía ser mi madre tambien me llamo por el mismo nombre y Lalo también.

-¿Dave? ¿Quién es Dave?

-Pues tú ¿Quién más?

-¡No! Mi nombre es Ethan, Ethan Brukling

-¿Cómo?

-¡Si! Que pasa Lalo, ¿Por qué te sorprendes?

-¿Acaso bromeas? Ethan Brukling está muerto, es más lo están velando en este momento, se me hace muy feo que juegues con algo así Dave.

-¿Que? Lo están velando ahora, ¡Enserio!

-Si

-Haber Lalo, te voy hacer más directo, Que tienes que ver tu con mi muerte, es decir con la muerte de Ethan Brukling.

-Ehhh... Por favor, porqué hablar de eso, mejor disfrutemos de la fiesta.

-No hombre, que fiesta, y ya te lo digo, voy a descubrir que tienes que ver con la muerte de Ethan, y juro que te voy acabar. Adiós Lalo.

-¡Dave!

-Que pasó, te dignaste a declarar tu culpa.

-Estas jugando con fuego, y te puedes quemar.

-¡Y que! Me vas a matar por segunda vez o QUÉ.

-Después no digas que no te lo dije, te estás metiendo en la boca  del lobo tu sólo, y una vez dentro, ya no hay vuelta atrás.

-¿Me estás amenazando?

-Tomalo como quieras amigo mío. Tomalo como quieras.

-Adiós Lalo. Disfruta tu fiesta.

Me fui de hay, sabía que Lalo tenía mucho que ver en mi muerte. Lo que me dijo antes de morir aquel día no fue nada normal. Lalo me mató. Lo puedo asegurar.
Al regresar tuve que pasar por la que fue mi casa, y dicho y hecho, me estaban velando, lo pude saber porque vi mucha gente de negro, y aproveché que justo andaba de negro y fui haber como estaban las cosas por aya.
Al llegar no pude contener las lágrimas al ver algo que jamás creí poder ver, mis padres lloraban mi muerte, eso es algo que me partió el corazón, con lágrimas en los ojos y con la mirada de todos puesta en mi, me acerqué al Ataúd y me vi, es increíble como una caída tan grande puede destrozarte el cuerpo por completo, me seque las pocas lágrimas que se me salieron y me fui de allí.

La calle estaba muy sola ese día, la noche estaba muy oscura, más de lo común. Caminé y caminé, pero no estaba sólo, si efectivamente alguien me seguía, me voltee a ver y al parecer no había nadie, pero al fijarme bien, detrás de un gran árbol pude ver a una persona parada, vestía todo negro y un abrigo con gorro que lo tapaba, lo mire y no me  moví, pero el se empezó acercar y traía algo en la mano, como era de noche no veía bien que era. Me entró mucho miedo, sabía que me hiba a matar y ni pendejo me quedaba ahí, no.
Retrocedi y salí corriendo sin voltear hasta llegar a la que sería mi casa ahora, entré, pasé de largo sin que me vieran y supuse que era Lalo quien me seguía, después de todo lo que me dijo es muy probable que sea él.
Entré a mi habitación, cerré bien todo y me llamó la atención una nota que había hay diciendo "Lo hecho, hecho está y no hay nada que pueda enmendarlo".

Me asomé a la ventana y no había nadie.
Aquella noche no dormí. Sólo pensaba que tenía que descubrir mi muerte. ¿Quien era el culpable? No hiba a descansar hasta descubrirlo.
Tenía que romper el Silencio de la verdad.

Friwhiss [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora