Capítulo dos. Clases de boxeo.

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Me despierto debido a unos fuertes golpes en la puerta principal, mi cabeza se siente pesada, mi boca pastosa y me siento eufórica sin razón aparente. Parpadeo varias veces e intento ubicarme, odio las pastillas esas, me dejan tonta. Intento levantarme pero mi cuerpo no responde, pruebo a hablar pero no se me entiende y mi voz es demasiado baja.

Los gritos aumentan de volumen y yo me concentro en levantarme de la cama, con suerte escucharán mi caída. Me pongo en pie tambaleante y bajo las escaleras, pero un cuerpo me para. Alzo mi mirada confundida y me encuentro con Calum.

-Tranquila, Enya-él me habla mientras mira furtivamente sobre su hombro. Yo alzo mi mirada y me encuentro con un Michael muy nervioso, entonces sigo su mirada, observo la puerta de la calle abierta por donde veo los cuerpos de Luke y Jack y, entre ellos, logro visualizar la cabellera pelirroja de mi madre y la pálida piel de Dean. Ninguno de los dos se percata de mi presencia ya que están bastante enzarzados en la discusión.

-Por aquí-me orienta Calum mientras me lleva al salón.

-¿Qué... Qué ocurre?-pregunto aún algo ida.

-Nada, Luke quiere que te acuestes un rato.-Mike me dice mientras me coloca en el sofá, pero siento que algo va mal, algo está pasando y el efecto adormecedor de la maldita pastilla no me deja pensar ni actuar con claridad. Los gritos aumentan de volumen y yo me levanto del sofá.

-Enya-Calum me pide mientras sujeta mi brazo.

-Calum tengo que ayudarles, ellos no saben cómo tratarle-le pido mientras mi desesperada mirada se queda en la suya. Veo la indecisión en sus ojos marrones, no sabe qué hacer.

-Podemos estar a su lado de apoyo, Cal.-Michael ofrece mientras pasa su brazo por mi cintura y me estabiliza, Calum cede e imita la acción de su amigo, lentamente nos movemos hacia el pasillo. Los gritos son ahora más audibles, y comienzo a temblar instintivamente.

-No tienes por qué hacerlo-me recuerda Calum parándonos en medio, a apenas unos cuantos pasos de Luke y Jack.

-Tengo que, es mi responsabilidad-hablo pesadamente y doy varios pasos. Luke se percata de mi presencia y ocupa el lugar de Michael.

-¿Qué le habéis hecho a Enya?-pregunta mi madre sin mostrar preocupación alguna por mí.

-Estoy bien-aclaro mi garganta y la miro a los ojos, buscando algún resquicio de esa madre que conocí en mi niñez, pero no queda nada, me topo con un oscuro abismo en el cual sólo hay un sentimiento claro, el de necesitar su adicción. Cuadro mis hombros y miro a Dean, él no se muestra tan seguro como otras veces. Tomo una respiración y encuentro sus ojos, negras piscinas de perdición, maldad y sed de venganza es lo que obtengo.-Diré esto sólo una vez, tú puedes olvidarte de mi existencia en lo que te queda de vida, no te acerques a mí o a mi familia-miro a mi madre y pronuncio antes de prestar mi atención de vuelta a Dean-tú no entras en esa categoría-ella parpadea y el único cambio en sus facciones es un leve fruncimiento de cejas, Dean me mira enfadado pero eso no me detiene-No tengo doce años, ni catorce, soy mayor y por fin feliz así que juro que como te vuelva a ver cerca te denunciaré y me da igual que seas la pareja de mi madre, tengo todos los informes donde se evidencian los daños que me has hecho así que olvídate de mi existencia-Luke asegura su agarre sobre mí y Jack se acerca más, haciéndome apoyar mi espalda en su pecho.

-Tú lo que eres es una puta que te has tirado a los dos y ahora crees que puedes con todo pero deja que te coja a solas furcia, no podrás moverte-Dean me amenaza rojo de furia.

-Luke-hablo mirando a Dean-llama a la policía.-pronuncio lenta pero claramente.

-No te atreverás-veo la duda surcando esos negros iris.

Unpredictable ☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora