Capítulo cinco. Navidad dulce y calurosa navidad.

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Despierto gracias a un monstruito rubio que salta en mi cama, mientras grita "regalos, regalos, regalos", yo cojo sus piernas y hago que caiga sobre la cama, ella ríe y la acerco a mí para hacerle pedorretas.

-Vamos, tata, regalos—la pequeña me pide con sus ojos bien abiertos llenos de ilusión mientras yo me siento con la espalda en el cabecero de la cama.

-Ya voy, pequeña, ve a despertar a Luke en lo que yo me levanto—respondo besando lo alto de su cabeza, el pequeño diablillo salta de mi cama y sale de mi cuarto. Yo me vuelvo a tumbar y froto mis ojos.

-Buenos días, dulce—Ben saluda entrando y dándome un beso en la mejilla.

-Buenos días, bombón—respondo utilizando el apodo cariñoso que siempre he tenido para él.

-¿Rachel?—pregunta acariciando mi cabello delicadamente.

-¿Quién si no?—respondo sonriendo, me levanto y me pongo con rapidez un pantalón corto y una blusa de tiros azul en lo que Jack sale e intenta convencer a la pequeña de que baje, pero Rachel niega alegando que debe bajar conmigo, porque sino me quedaré durmiendo. Sonrío recordando el episodio del año anterior, me dio un ataque de migraña en pleno 25 de Diciembre y la pequeña no lo entendía, así que ha cogido como costumbre despertarme y esperarme para bajar a la primera planta.

-¡Ya estoy aquí!—digo mientras Rachel toma mi mano izquierda y la derecha de su padre para proceder a bajar las escaleras. El árbol está precioso este año, también puede ser porque lo hicimos Liz y yo, cuando normalmente se ocupan los chicos solos. Muchos regalos se agolpan bajo el árbol y la pequeña diablillo al verlos salta y corre hacia ellos.

-Rachel, no abras ninguno hasta que estemos todos ahí—su madre la regaña. Annie me saluda y nos dirigimos al salón, que es donde está el árbol. Todos están despiertos y tras los besos correspondientes dejamos que la pequeña abra sus regalos. A pesar de parecer una princesita ella quiso un militar por Navidad y ahí lo tiene, también vino su juguete de spiderman y superman. Quizás que Ben y Annie fuesen fans de las películas de Marvel influenciaba en algo la opinión de la rubia, aunque ella estaba de lo más feliz jugando con su padre. Después nos tocó a los grandes, primero Liz, luego Andrew, Ben, Annie, Jack, Luke y por último yo. Tengo seis paquetes y sé que se han pasado sin abrir ninguno. Sólo pedí una libreta donde poder escribir, pero claro, viene en los genes. Abro el de Liz y Andrew que resulta ser un precioso vestido, tienen la costumbre de regalarme vestidos para poder usar esa misma noche en la fiesta que se celebra en la playa. Después abro el de Ben que es un equipo nuevo de cuidado de mi tabla de surf, el de Annie es un precioso pareo, el de Jack un hermoso collar de cuero con una caracola y el de Luke es la libreta que pedí con un boli. Doy las gracias y pasamos a desayunar, Liz ha preparado tortitas y gofres y junto a Annie sirven todo. Me encanta este día porque en la casa hay tanto bullicio como solía haber, unido a las risas y comentarios de la nueva integrante de la familia. Luke se sienta a mi lado y se mancha el labio superior con nata, Rachel ríe y Ben la acerca al pequeño de los Hemmings para que la rubia le limpie la cara. Sonrío, creo que no puedo sonreír más, soy feliz envuelta en las emociones, sentimientos e imágenes del día de Navidad perfecto. Después de compartir un rato en familia, subimos y nos ponemos los bikinis o bañadores. Mi tabla está en el café "Sunshine" ya que es del padre de Brian y no le importa que la deje allí, Luke como es idiota la trae y lleva cada vez que queremos ir a la playa. Como es lógico, el café y la playa están a rebosar de gente y en parte me apeno porque pensé que podría pasar unos minutos con Brian, pero el pobre no da para más.

Dejamos los bártulos en la caliente arena y extendemos las toallas unas al lado de las otras ocupando bastante espacio. Tras pasar por el ritual de "ponte crema, ponme crema" corro hacia el café, saludo a los padres de Brian y a él mismo dándole un beso en la mejilla y tras coger mi tabla me uno a Luke en el agua. Esta fría pero hay unas olas buenísimas. Me pongo sobre la tabla, mis brazos comienzan a moverse, haciendo que me adentre en el mar, escucho la risa de Luke, y su grito de "No vas a lograrlo". Oh pequeño Hemming, parece que no sabes con quien estás hablando. Nado, más rápido, cuando llego a donde quiero me levanto y me muevo, consiguiendo la ola, sonrío y acaricio las paredes que el tubo de la ola ha formado a mi alrededor. Respiro y me tranquilizo, siempre, estar en este punto, me ha hecho tranquilizarme. Salgo a los pocos minutos y veo a Luke sentando en su tabla, oteando el horizonte, cuando da conmigo su ceño se desfrunce y sonríe.

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