Capítulo treinta y cuatro. Not enough.

103 9 4
                                    

Domingo, 8 de Septiembre, Miami.

Dormir, lo que se dice dormir, anoche, más bien poco. Me levanto con un dolor de cabeza predecible, busco una pastilla y me la tomo al momento. Ashton sigue en la cama, descansando, le dejo una nota en su mesita de noche y le doy un suave beso en los labios antes de cambiarme de ropa e ir a la habitación de Liv. Cuando voy a tocar, la puerta se abre y sale Mike, en pantalón de pijama y con muy mala cara.

-Voy a estar con Calum—gruñe y se va en la dirección adecuada. Yo toco en la puerta entreabierta y termino ingresando en la habitación, Lena está en los brazos de Liv y ambas se susurran cosas en su idioma materno. No suelen hablarlo muy a menudo pero cuando se sienten tristes siempre recurren al polaco.
-¿Estás más tranquila?—pregunto y Lena me mira con ojos tristes.
-Algo así—murmura antes de sonarse.
-Vamos a desayunar, ¿nos acompañas?—pide Liv y yo asiento.
Espero pacientemente en la puerta a que ellas se vistan y salgan del baño, luego cogemos el ascensor y veo como Liv le escribe un mensaje a Cher. Cuando entramos al buffet Lena se dirige directamente a la fuente de tortitas, adjudicándose una cantidad más que desorbitante en su plato, junto a demasiada nutella y sirope de menta. Yo suspiro y me decido por algo más sano y ligero.
Cuando nos sentamos a comer, Lena ya ha dado buena cuenta de su plato.
-Lena, ¡compórtate! Has roto con tu novio, no te has muerto—Liv exclama mirándola con su ceño fruncido.
-Te acabas de parecer a la tía Natasha—responde Lena y ambas ríen. Bueno, la risa dicen que es un síntoma positivo.
A mitad de desayuno vemos aparecer a Cher con el cabello recogido en una coleta y ropa puesta a toda prisa, se sienta a mi lado y observa a Lena fijamente.
-¿Qué ha pasado?—la rubia pregunta y Lena toma aire, se mete la última tortita en la boca y se pone recta. Cuenta la verdad, lo dice todo con sorprendente tranquilidad, hasta que llega al episodio de anoche donde ya las lágrimas inundan sus ojos.
-Lo peor de todo, es que lo quiero, Cher, y por estúpida lo he perdido—Lena pronuncia con la voz entrecortada y Liv acaricia su espalda suavemente.
-Puede que queden esperanzas, Lena, no tiene porqué acabar así—Cher envuelve sus manos en las de Lena y la mira con esa paz interior que la caracteriza. Lena traga y dirige sus ojos hacia mí.
-¿Crees que hay esperanzas?—y lo veo, está ahí, latiendo, ese brillo, ese pequeño haz de luz que atraviesa la puerta, aún continua ahí.
-No lo sé, no soy Calum, Lens.—murmuro y picoteo parte de la fruta que me queda en el plato. Ella suelta un suspiro y me mira fijamente—Quizás no ahora mismo, pero si lo vuestro está destinado a pasar, ocurrirá Lens, tarde o temprano—contesto mirándola a los ojos y ella asiente antes de levantarse y volver a dirigirse al buffet.
-¿Cómo pasó la noche?—pregunta Cher robándome algunas rodajas de sandía.
-Fatal, se vino a quedar dormida a eso de las cuatro—Liv pronuncia pasando una de sus manos por su cara, como si intentase quitarse el sueño que tiene.
-¿Qué hará ahora?—cuestiono pasándole la fruta a Cher, que empieza a comerla como si fuesen gominolas.
-Todo dependerá de como se comporte Calum, si va bien, nos iremos el lunes, si va mal, nos marcharemos antes.—contesta después de terminarse el zumo.
-¿Por qué no vas a comer algo?—murmuro mirando extrañada a Cher.
-Luke va a pedir servicio de habitaciones, solo vine a intentar amainar la tormenta—ella pronuncia mirando a Lena. Camina arrastrando los pies y se está llenando el plato de chucherías, cuento tres bollos, dos cruasanes y una magdalena de cada tipo que sirven. Esto le va a pasar factura.
-La tormenta acaba de empezar—estipulo levantándome de la mesa y obligando a Lena a alimentarse correctamente, ya ha ingerido todo el azúcar necesario para el día de hoy.
Luego cada una vuelve a su habitación y las chicas se preparan para ir a la playa mientras yo me decanto por ir a entrenar al gimnasio del hotel. Si Irwin planea subirse al ring lo hará lo mejor preparado que pueda. Cuando llegamos nos encontramos a Harry haciendo algo de cardio.
-Buenos días, chicos—saluda sonriente con la respiración algo agitada, por casualidad miro los minutos que lleva en la máquina y mis ojos se abren ampliamente. Lleva una hora corriendo y está entero, yo a esa velocidad ya tendría los pulmones fuera de mi cuerpo.—¿Vais a boxear?—pregunta deteniendo la cinta y reduciendo drásticamente la velocidad.
-Sí—responde Irwin mirándome con mala cara pues estoy subida en la cinta contigua a Harry.
-¿Puedo participar?—formula el rizado y ambos asentimos. Le vendrá bien un nuevo contrincante. Tras preparar nuestros músculos no tardamos en colocarnos en la zona estipulada para boxear, Harry está apoyado en una columna observando nuestros movimientos. Ashton consigue tumbarme tres veces y yo a él dos, Harry ha resultado ser un árbitro bastante gracioso.
-¡Vamos, Nina! Ya es tuyo, a las piernas Ashton, defensa alta Nina—él va dando indicaciones como si fuese entrenador de ambos y hace que algo de la tensión que tenía acumulada se evaporase. Ashton consigue dejarme en la lona de nuevo y ya doy por finalizada mi participación en la sesión de entrenamiento.
-Vamos Styles, te toca—hablo quitándome el protector de la boca, él sonríe y se coloca en el "cuadrilátero". Yo me siento contra la columna y observo la danza mientras recupero el aliento. Siempre me ha parecido algo bello de ver, como los cuerpos se mueven casi en sincronía, evitando los movimientos del rival y golpeando al contrincante... Es un deporte bruto pero artístico. Los chicos están muy igualados, cada vez que Harry se suma una caída, Ashton logra otra en el siguiente asalto, su lucha atrae ciertas miradas pero ellos están tan concentrados que apenas se dan cuenta, le doy indicaciones a Ashton, esperando que recuerde en lo que debe mejorar para la lucha de esta noche. Ashton sale vencedor por una única caída de ventaja, pero es que el trabajador del gimnasio sugiere que liberemos el espacio para el resto de los usuarios, así que le tiendo a los chicos sus botellas de agua y espero a que cojan aliento antes de encaminarnos a los respectivos vestuarios de cada uno.
Volvemos los tres riendo cuando al abrirse las puertas del ascensor en nuestra planta nos encontramos con una batalla campal en medio del pasillo.
-¡Me mentiste, Lena! Debería echarte a patadas de aquí—Calum grita y Luke lo empuja del pecho, alejándolo de Lena.
-Sé que lo he hecho mal, ¡te he pedido perdón! ¿Qué más quieres, qué me flagele?—ella responde con un tono enfurecido. Se ve que ha estado llorando pero parece que la actitud de Calum ha cortado sus lágrimas.
-Un perdón no va a cambiar lo que siento, lo que hiciste—el moreno espeta mirándola a los ojos y se quedan en silencio, la tensión se masca en el ambiente, ambos se miran a los ojos y casi soy capaz de ver los sentimientos volando entre ellos. —No quiero verte, Lena, no ahora.—Calum habla totalmente serio.
-Tranquilo, me vuelvo a casa en tres horas—Lena aprieta su mandíbula y Calum frunce su ceño con confusión.
-Yo también me voy—Liv añade sin mirar a Mike.
-Y yo—Cher pronuncia y Luke la acerca a su cuerpo. Algo ha pasado con ella, se la ve débil y aunque a todos nos preocupa el drama de Calum y Lena, no tiene que ver con ellos. Liv y Lena me observan, esperando que diga algo, y siento que lo que diga a continuación marcará un antes y un después con los dos implicados. Ashton pasa su brazo sobre mis hombros y besa mi cabello, no puedo irme, no ahora, no con una pelea de Ashton pendiente. Suspiro y miro a Lena a los ojos.
-Yo me quedo—y Lena... Se rompe, lo veo en sus ojos, no le ha gustado, se siente decepcionada, pero da igual si le explico las razones, ella seguirá pensando que estoy eligiendo a un chico antes que nuestra amistad.
-Gracias por el apoyo—dice ella irónicamente y yo me dirijo a mi cuarto.—Eres una amiga de puta madre, Nina, de verdad, justo cuando más te necesito me dejas tirada por alguien que ni siquiera conoces la mitad del tiempo que yo, eres genial tía. Ahora entiendo porqué todos te tratan así, es lo que te mereces—pronuncia y yo me mantengo con cara de poker hasta que me encuentro en el interior del cuarto. No puedo respirar, escucho como Luke discute con ella, y como dice cosas hirientes de nuevo, yo me encuentro mareada, muy mareada, no puedo ver con claridad donde piso, me muevo como puedo hasta el baño, y vomito el contenido de mi estómago, integro.
-Estoy aquí, respira—noto un frescor agradable en la nuca y la mano de Ashton está en el centro de mi espalda, proporcionándome apoyo. —Despacio, nena, respiraciones profundas, eso es, lo estás haciendo muy bien.—él habla dulcemente mientras acaricia mi cabello.
-¿Por qué parece que estoy dando a luz?—murmuro apoyando mi frente contra la fría tapa del inodoro tras tirar de la cadena.
-Porque sabes que sería muy bueno en ese momento—Ash bromea y yo sonrío lastimeramente. Nos mantenemos en silencio unos minutos, sus dedos acariciando lentamente mi piel, transmitiéndome energía y tranquilidad, cuando me siento algo más capaz me levanto y lavo mis dientes para después acurrucarme en la cama. Ashton me aprieta contra su cuerpo y su olor me reconforta, está aquí, conmigo.
-¿A qué hora es la pelea?—pregunto.
-Doce, Harry se ofrece a llevarnos.
-Perfecto—cierro mis ojos y me pego aún más a su cuerpo.
-Gracias—susurra y yo beso su cuello. Me encuentro realmente cansada en este momento...

Unpredictable ☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora