Capítulo nueve. I got one less problem without you.

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La semana pasa rápidamente, trato de acostumbrarme a mi nueva rutina, que se basa en pelearme con Irwin cada mañana para que levante su maldito trasero de la cama y no lleguar tarde al instituto, atender a las clases, flirtear con Brian en la salida mientras espero a que el tardón de Irwin aparezca, llegar a su apartamento, hacer la comida, encerrarme en el cuarto a estudiar hasta que Irwin toca en la puerta, ir al gimnasio, él me machaca, siempre salgo con moretones pero no menos que los que yo le hago a Irwin pues ha decido empezar los entrenamientos con una buena pelea en el ring, normalmente acabo dejando que me venza pues no quiero más "ego herido" es mejor tratar con don "ego altivo". Después de ir al gimnasio paso por casa, estoy media hora y vuelvo al apartamento, donde tras hacer la cena, charlo con Derek y me suelo quedar dormida en el sofá o en la cama sin que haya nadie a mi lado.

Seguía sin gustarme toda esa cosa de los novios entre B y yo porque el único cambio que había dado Ashton era hacer que el entrenamiento en el gimnasio fuese incluso más duro, así que no, no me gustaba.

Es sábado, y hace un muy buen día, despierto con el brazo de Irwin alrededor de mi cintura y noto su aliento en mi nuca. Sonrío y me levanto, intentando no molestarlo. No me creo que vaya a tener el baño para mí, cuando entro en el cuarto y cierro la puerta me pongo a dar pequeños saltitos. Nunca pensé que la intimidad en el baño podía echarse de menos. Así que saco de mi neceser las cuchillas y me adentro en la ducha. Tardo mis buenos quince minutos en dejar mi cuerpo sin ningún pelo que no deba estar ya que soy patosa y no quiero cortarme. Cuando termino me enjabono el cuerpo y cuando voy a darme la crema hidratante Ashton entra.

-Buenos días, Hayes-él saluda bajándose los bóxers.

-Irwin-respondo saliendo del baño, pues verlo mear no está en uno de mis deseos del día.

-¿Por qué siempre huyes cuando entro al baño?-pregunta a través de la puerta entornada.

-Porque verte desnudo no me hace ninguna gracia-respondo abriendo el armario. Él suelta una carcajada y yo bufo. ¿Por qué me tocó vivir con el tío con la autoestima y ego más grande del universo? Si es que se las trae floja que le vea desnudo, es más juraría que crea esa clase de situaciones incómodas (para mí claro está) para fastidiar un poquito. -¿Vamos a ir al gimnasio?-pregunto poniéndome la ropa interior.

-Sí-él responde saliendo y mirándome el culo descaradamente.

-¿Te gusta lo que ves, Irwin?-mascullo entre dientes cogiendo un pantalón corto de deporte y tapándole las vistas.

-Más como estabas antes pero aún así la vista es bonita-él responde sonriente, yo me giro y lo tiro en la cama, acabando sobre él mientras le doy golpes con mis puños en su pecho.

-Eres un guarro, pervertido y estás zumbado-increpo entre golpe y golpe. Él retiene mis muñecas entre sus manos y consigue hacer que acabe yo bajo su cuerpo, sus ojos y los míos se unen y me pierdo entre ese bosque verde con vetas doradas, una pequeña sonrisa se asoma entre sus labios y su cuerpo está caliente, tocando cada parte del mío.

-Seré lo que quieras pero te pongo a mil-él susurra en mi oído y yo aguanto la respiración, él lleva sus labios a mi cuello y comienza a dejar pequeños y delicados besos. No, el cuello no. Es mi punto débil.

-¡Para!-le exijo pero más bien sale como una súplica.

-No pareces nada convencida-él suelta entre risas mientras muerde mi piel, y es ahí donde despierto del atontamiento que Irwin provoca en mí.

-¡Cómo se te ocurre morderme, so inútil!-espeto sobre él de nuevo manteniendo sus manos quietas sobre su cabeza con las mías.

-Esta vista me gusta más que la otra-él murmura pues tiene mis pechos en su cara.

Unpredictable ☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora