V: No es lo que parece [EDITADO]

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América no quería salir de su cama, pero los insistentes golpeteos en su puerta lo obligaron a levantarse, con pereza tomo su celular, eran las 5 de la mañana, aún faltaba tres horas para que ir a la cede en donde se celebra las reuniones con los demás países.

- ¿quién demonios es a esta hora? - murmuro entre dientes.

—Ya voy— dijo para que la otra persona dejara de tocar su puerta. Al abrir la puerta no pensó ver la figura de su hermano Canadá. Su hermano lucio impecable, bien peinado con su traje negro bien arreglado, en sus brazos llevaba a aquel oso que le daba un poco, pero poco de miedo a América.

—¿Canadá? ¿Qué haces tan temprano tocando mi puerta?

El rubio de ojos violeta lo miraba con el ceño fruncido mientras entraba a la habitación de su hermano sin decir ninguna palabra. América no hizo nada y dejo que su hermano entrara mientras el cerraba la puerta.

América no entendía nada, no recordaba hacer algo para que su hermano se enojara, realmente estos últimos días no había hecho nada. Algo dudoso le pregunto — ¿sucede...mm...algo?

Canadá dejo salir un suspiro y sin titubear llama a su hermano—América, ¿sucedió algo entre Inglaterra y tú?

—...mmm...no

—¿estás seguro?

—...mmm... sí?

—me estas preguntando

—...mmm...no?

—por dios América, entonces dime ¿Por qué estaba Inglaterra llorando borracho en una banca de un parque mientras decía tu nombre?

—mmm... no se

—Inglaterra y tu volvieron a pelear, ¿verdad?

—tal vez

—América— sentencio Canadá, no era su mejor día, puesto que tuvo que consolar toda la noche a un borracho Inglaterra, quien le contaba sus penurias, el necesitaba dormir.

—BUENO, ¡sí!, peleamos, pero es que... ¡ya sabes! Inglaterra sigue insistiendo en que aun soy un niño pequeño que necesita de su ayuda y no, soy una nación y una nación poderosa— frustrado se lanzó a su cama, asiendo unas rabietas. Canadá, por su lado, se sentó en la orilla de la cama.

—siempre fuiste el consentido de Inglaterra

América volteo a ver su hermano— ¿a qué viene eso?

—Bueno, Inglaterra y tú siempre han tenido una conexión más fuerte, digo, cuando eras niño, eras el mundo de Inglaterra, el procuraba que tu tuvieras todo, que estuvieras bien, que no te sintieras solo por sus grandes periodos de ausencia. Le dolió y le sigue doliendo que el niño que el cuido con mucho amor, decidiera que ya no lo necesitaba. El piensa que aún hay algún resentimiento entre ustedes, por lo cual su relación aun no mejora del todo, que solo te acercas a él para te deje de molestar.

América no sabía que decir, era cierto que por mucho tiempo dejo de hablar con Inglaterra, que su relación se había enfriado, ya no era lo mismo y nunca seria lo mismo, es cierto que a veces solo aceptaba las invitaciones de Inglaterra para que no lo molestara, pero la mayoría de veces aceptada para estar con él. También quería a Inglaterra, fue una pieza importante en su vida, pero ya no era ese niño que necesitaba de él. Se negaba rotundamente en tener en la categoría de papá a Inglaterra, ahora solo lo veía, tal vez como un hermano o un amigo, pero solo eso.

—Hablare con él, perdón por arrastrarte en mis problemas

—...oye, sí que estas mal, nunca pensé en que me pidieras perdón por algo, nunca pides perdón

Mi eterno enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora