Capitulo 27

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Narrador


Los dos hermanos norteamericanos salieron de la habitación, la urgencia de encontrar al ruso era mucha, Alfred tenía miedo de que algo malo le pasara al ruso, no sabia el porque de su angustia, pero era algo que estaba sintiendo, su corazón latía mucho, tenía miedo.  

Tomaron el ascensor, era un infierno para Alfred, la música de los 80 resonaba por las cuatro pequeñas paredes, eso no le hacia bien, su respiración se aceleraba más y más rápido, esa incertidumbre no lo dejaba en paz —puedes tranquilizarte, por favor— el pobre canadiense se estaba sintiendo más nerviosismo sobre la actitud de su hermano.— ¡no me digas que me tranquilice!...me pones más nervioso—

—¡ tu eres el que me pone más nervioso!— como si fuera el canto de los ángeles, el ascensor abrió sus puertas, los dos trataran de salir al mismo tiempo, tratando de escapar de la incomoda situación, provocando que se atoraran en la puerta—sal tu primero— el canadiense dio un paso hacia atrás para que su hermano saliera antes.  

Al llegar a la recepción del hotel, un grito de horror se hizo presentes, alarmando a los dos hermanos, sin dudar un minutos los dos se acercaron al lugar donde provenía aquel grito. entraran al restaurante del hotel, donde una multitud esta alrededor de una de las mesas del lugar, ahí se dieron cuenta que era Ucrania la que había dado ere grito, que poco después se convirtió en un mar de lagrimas. la ucraniana abrazaba a su hermano, Rusia,  le preguntaba con desesperación lo que le había ocurrido, pues este tenía varios moretones y rasguños en su cara, y un rastro de sangre en su nariz.

—...Rusia— el americano esta en shock al verlo en ese estado —es mi culpa— Alfred se empezaba a culpar, era su culpa por haber desobedecido a su jefe, no, era su culpa no haber hecho nada. 

—¿Qué sucedió?— el canadiense pregunto,  estaba muy sorprendido al encontrar en ese estado al mayor, pues por su estatura y musculatura no creía que otra persona o país se pusiera a pelear  con el y provocarle esos moretones. 

—nada, solo fue un accidente... nada más — se excuso Ivan, pues no quería decir lo que realmente había pasado, no quería preocupar mas a sus dos hermanas, si quiera el sabia lo que realmente paso.—¡como que nada!, mírate, estas todo lastimado— decía en llanto y desesperación Ucrania.

Mientras con Alfred todo era igual, le dolía ver a Ivan así, las lagrimas salían de sus ojos,  sabia o tenía la idea de que era lo que había pasado.  Solo se quedo ahí estático, cerca de la entrada, llorando, sin poder acercare, trato de limpiarse sus lagrimas con la manga de su sudadera, era inútil, las lágrimas no paraban 

Por un momento los dos cruzaron miradas, Alfred aparto su mirada, para el era doloroso no poder hacer algo, era un cobarde y como un cobarde dio media vuelta y se marcho de la habitación.

—...se que no es el mejor momento, pero América quiere hablar contigo de un asunto importante— dijo con una voz serena el canadiense al ruso, sabia que su hermano no daría los primeros pasos, a si que el lo ayudaría y eso pasaría si América no se hubiera escapado repentinamente.—¿Alfred? con un demonio, ¡¿en donde te metiste?!—

En otro lugar 

El americano corría y corría por las escaleras, todo para refugiarse en su habitación, hubiera llegado mas antes, si hubiera tomado el ascensor, pero por lasa emociones repentinas, este no pensó muy bien  —¡maldición! soy un completo cobarde, un tonto, estúpido,  ¡ por favor mátenme!— lo que no se había percatado el americano es que el conserje del hotel, que era un anciano, de unos 60 años aproximadamente,  estaba en las escaleras al igual que el , escuchando todo lo que decía, no le pagaban los suficiente para escuchar las quejas de un loco, esos pensaba en anciano.  Se dio cuenta cuando el anciano había tirado unos baldes al suelo, para llamar la atención de este, América y el anciano cruzaron miradas,  el anciano lo miro de una mala manera, mientras que América  apartaba la mirada avergonzado. 

El americano tomo el primer paso y se fue corriendo otra vez << ¡Que vergüenza!>> se gritaba mentalmente. 



Rusia 

—América quiere hablar conmigo,  ¿estas seguro?— si Alfred hubiera querido hablar conmigo, el no se hubiera ido corriendo. 

— ¡Sí!...es solo que el— Canadá miraba a todos lados con desesperación, probablemente buscando a su hermano.

—sabes, no es un buen momento—

—si, pero...rayos— Canadá me tomo por el brazo, levantándome de mi asiento, todos lo miraron a Canadá sorprendidos, no creía que ese chico tuviera esa fuerza, su apariencia es muy débil, pero en realidad no lo es, me metió al ascensor, sin decirme palabra alguna. 

Después de unos minutos dentro del ascensor trate que pedir una explicación al hermano menor de Alfred —¿Me puedes decir que pasa?— pregunte, pero el canadiense nisiquiera me volteo a ver. 

El ascensor se paro en el  piso 7 del hotel, en el momento en que se abrieron las puertas Canada me saco del ascensor, casi a rastras.

Llegamos al cuarto 44 y sin tocar entro a la habitación, donde un consternado Alfred tiro un plato de palomitas.

—¡ Enserio Alfred! No puedo creer, te vas y sin decirme nada— se acerco a su hermano y lo tomo de los hombros—cuando fuiste tu el que lo estaba buscando—

Alfred parecía consternado y nervioso, no se la razón, pero me acerqué a los dos hermanos y los separe, los dos me miraron sorprendidos por mi acción repentina.

—alguien me puede dar una explicación —

—sí— el canadiense miro a su hermano —Alfred, no tienes algo que decirle—

Asintió con la cabeza —¡YO!...Yo...yo— su voz se empezaba a corta y gruesas lagrimas aparecían en sus ojos mientras decía "yo" repetidas veces, mi cuerpo se volvió a mover solo, no soportaba verlo así, aun lo amaba y mucho, me acerque a el y lo abrace.

—los dejare solos— Canadá había abandonado la habitación, dejándonos a los dos solos.

—y-o...yo ¡lo siento!— decían entre lagrimas—¡soy un cobarde! Si tan solo hubiera hecho algo— no entendía lo que estaba diciendo, había algo que me estaba ocultando, algo realmente malo, el estaba sufriendo.

—¿de que hablas Alfred? No entiendo, si no me dices...¿como quieres que te ayude?.. Alfred—

—pensé que podía solo... pensé que podría salvarte, ser tu héroe, que era lo mejor—se separa unos centímetros de mi, aun manteniendo el abrazo —pero fui un cobarde, deje que el me manipulara, que se creyera que el podía hacer cualquier cosa, me deje intimidar y mira, estoy seguro que el fue quien te hizo eso, tal vez no tengo pruebas, pero tampoco dudas —

No entendía que era lo que me estaba diciendo, acaso  alguien lo obligo a terminar conmigo —Alfred, no entiendo, ¡¿Qué pasa?!—

Suspiro repetidas veces, me miro directo a los ojos con esos ojos azules que tanto amo —mi...mi jefe me dijo que tenía que terminar contigo —

—¿Tu jefe?—

Sus lagrimas dejaron de salir, ahora estaba totalmente serio—mi jefe me a estado espiando, no se desde cuando, pero el a estado siguiendo mis pasos, él que me obligo a terminar nuestra relación, me amenazó con hacerte daño y hacerle daño a mis seres queridos  si volvía a acercarme a ti, así que me aleje, pensé que era la mejor opción—

Lo volví a acercar a mi , lo abrace con mucho cuidado y dí un gran suspiró, el estaba pasando lo mismo que yo, los dos queríamos protegernos a nosotros y a los otros.

—en realidad yo también tengo que contarte algo —de vi de haber hecho esto antes, si lo hubiera hecho, tal vez, solo tal vez los dos no estaríamos sufriendo —mi jefe hizo lo mismo—

Se separo bruscamente de mi y me miro sorprendido  —¡¿Que?!—

—mi jefe hizo lo mismo que el tuyo, me dijo que si no me alejaba de ti...le haría daño a mis hermanas y a ti —


EUA

Ivan estaba pasando lo mismo que yo, los dos estábamos tratando de protegernos , que ironía, ahora ya no tengo miedo, ya no tendré miedo de mi jefe,  podremos juntos.

—hay que hacer algo, necesitamos un plan—

Mi eterno enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora