CAPITULO 32

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Las miradas de expectativa llenaban el ambiente de tensión. Me vi tentado a confesar que yo no eliminé a Mael, pero no sé qué era peor, si el remedio o la enfermedad. Si lo admitía, cabía la posibilidad que entre todos me asesinaran por mentirles, así que, lo quiera o no, tendré que pelear.

-¿Cuáles son las reglas? -Consulto.

-Solo hay una, tienen que enfrentarse en su condición humana, sin transformaciones o usar poderes. -Refiriéndose al otro tipo. -Elegirán un arma y con ella se debatirán a muerte.

-¿Qué clase de armas?

Bruce llamó a otra mujer de cabello negro como la noche, traía unos naipes en la mano.

-Escoge uno. -Me pidió. Saqué la carta y al voltearla era una lanza.

-La lanza. -Dice la mujer volviendo a su lugar.

Dos hombres entraron a una de las tiendas, regresando con los artefactos, el palo largo decorado con una punta filosa en forma de triángulo. Nos las lanzaron, atajándola en el aire. Nos vimos rodeados del aquelarre, el hechicero retiró su camiseta dejando mostrar su fornido pecho y moldeados brazos, medía casi dos metros, me superaba en tamaño.

Bruce dibujó un círculo con una arena blanca, en el centro, mi adversario y yo. Imaginé que no podíamos salir de la línea, pero me equivoqué, la mujer de cabellos negros, recitó unas palabras y un domo nos rodeó, dejando un espacio limitado para moverse con libertad.

-Pueden empezar. -Indicó Bruce.

De inmediato el hombre se lanzó sobre mí no dándome tiempo de reaccionar; la punta de la lanza me rozó a la altura de las costillas. Al chocar con el campo de fuerza me electrocuté ¡Perfecto! Además de lidiar con un mago molesto, también debo evitar tocar el domo.

El intercambio de golpes continuó, estuve alerta a sus movimientos, primero me dediqué a esquivarlos, analicé su táctica de pelea, no lo ataqué, me limité a defenderme, giró su lanza y sosteniéndola por la mitad, la dejó ir contra mí, otro corte en el pecho, hizo que un hilillo de sangre corriera.

-No piensas atacar, te haré trizas.
-Grrrrrr. -Grita y vuelve a intentar agredirme, al final lograba mi cometido, lucia cansado. Lo golpee en una pierna haciendo que perdiera el equilibrio y cayera de cuclillas, con la parte de atrás de la lanza le pegue por la cara, cayendo de espaldas, antes que pudiera incorporarse, prensé con mi pie, la mano que sostenía el arma, haciendo que la soltara, el muy tramposo movió sus labios y quedé ciego, usó su magia, pero es imposible que los demás lograran notarlo.

Imagino que se enderezó ya que sentí un certero golpe en mi abdomen, y otro por debajo del mentón, pero me mantuve en pie, cerré los ojos y agudicé mi oído, el abuelo me enseñó esta técnica, cada vez que la lanza se balanceaba la escuchaba silbar, y mi vara recibía el impacto.

Su error ha sido impacientarse, ni sus trucos baratos han logrado derribarme. Se abalanzó sobre mí, moviéndome a tiempo, pegó contra la pared de energía, por atrás, lo sostuve de forma que no pudiera moverse, mientras que su cuerpo recibía las descargas, lo solté cuando quedó inconsciente.

-Mátalo. -Me exige Bruce. -Es la ley.

-No lo haré, no me rijo bajo ninguna ley, si quieren que sea su alfa muchas cosas cambiarán.

-¿Qué le pasa a sus ojos? -Le consulta Bruce a la bruja.

-Emerson usó un hechizo sobre él, hizo trampa.

-¿Qué destino decides para él entonces? -Inquiere Young.

-Desterrarlo, es mejor que viva con la humillación que fue vencido, matarlo es caritativo, no se lo merece.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora