Pares Impares Hank McCoy / OC

Después de la tormenta

Charles había quedado paralizado de la cintura para abajo, los chicos se habían ido, Moira también se fue, y con ella ,el corazón del profesor.
Había pasado una semana desde lo de Cuba, solo quedabamos Hank y yo.
El Profesor no salía de su habitación y se ahogába en whisky todo el día.
En una oportunidad pude encontrarme con Raven y decirle todo lo que pasaba, prometió que me escribiría ,con la única condición que Hank y Charles no se enteraran.
Hank estaba devastado, fue entonces cuando llegué a la conclusión de que se había enamorado, se había enamorado de Raven.

Charles me sugirió que me fuera a casa, yo no me iba a ir, Charles era mi amigo, Hank era mi amigo, no los dejaría solos a la deriva.
En todo momento intentaba animarlos, con simples gestos,pero lo intentaba.
Hank se había encerrado en su laboratorio, buscando compulsiva mente una cura para su problema estético; yo no lo entendía, pero estaba ahí acompañándolo en su búsqueda, yo sabía que era algo estúpido pero que saciaria su incomodidad.
Aunque a mis ojos era completamente perfecta su forma azul, él no lo entendía.
En cuanto a Charles, él no dormía ,apenas y comía, era un cuerpo que respiraba alcohol y nada más.

Yo cocinaba para los tres, limpiaba la casa, y también limpiaba la oficina y cuarto de Charles.

Todo era silencioso, ya no había vida en la casa.
Me pasaba las tardes ayudando a Hank en la vacuna, hasta que lo logramos, hacía tiempo que no veía sonreír así a Hank,me puse feliz por él.
Nos habíamos vuelto muy buenos amigos, incluso bromeabamos.
Hacíamos todo juntos, comíamos juntos, pasábamos todo el día en el laboratorio, incluso aprendió a tomar mates conmigo, mates de té.
A veces peleabamos, pero no era nada importante.
Yo le llevaba todas las comidas a Charles a su habitación y cuidaba de él, era lo menos que podía hacer.
Un día estábamos en el laboratorio con Hank y escuchamos sonoros quejidos que salían desde la habitación de Charles, había colapsado, estaba tirado en el piso retorciendose, no soportaba las voces en su cabeza.
En un intento desesperado por calmar su dolor, Hank buscó la vacuna y la clavo en la piel de Charles, sus gritos luego de unos segundos ya no se escuchaban, la tormenta había calmado,

—Qué me hiciste Hank?—preguntó tembloroso el profesor.
—Qué? Que ocurre Charles? Te sientes mal??— pregunté preocupada.
—No.no. Es que puedo sentir mis piernas, y las voces , sé esfumaron..— los tres nos quedamos sin habla.
Era de esperar que las voces sé calmaran, pero definitivamente no esperábamos que la vacuna le devolviera las piernas a Charles.
Miré fijamente a Charles para luego posar mi mirada en los azules de Hank, era impensable lo que acababa de pasar.

—Charles, tal vez debas tratar de caminar— sugerí con miedo a lo que me respondiera.

—Si Max, Hank, amigo, ayúdame a pararme—con ayuda de Hank ,ví como el Profesor Xavier volvía a ponerse de pie luego de unos largos meses.
—Sueltame Hank, lo haré solo—
—Claro..— Hank en un dudoso movimiento soltó al Profesor, quien prendiendose de la mesa y de la cama pudo volver a dar sus primeros pasos.
Ese día volví a reír con esperanza, Hank también rió, y Charles sonreía, como recordando viejos tiempos, en los que todo era feliz.