Pares Impares Hank McCoy / OC

Dudas

Ya había pasado una semana desde la llamada de mi hermano y hoy me iba, mi vuelo salía a las 7 p.m. directo hacía Munich, directo hacía mi familia.
Estaba nerviosa, y preocupada.
Los chicos se habían tomado muy bien el hecho de que me iba, les pregunté si querían venir conmigo, como una oportunidad de distraerse, y pasarla bien, pero Charles enseguida rechazo mi oferta, y Hank, él no dijo nada más.
Estaba preocupada por el Profesor, era un drogadicto muy dependiente de nosotros, de mi y de Hank.
Aún siendo que sus piernas eran totalmente funcionales su depresión lo tenía tan confinado que para todo dependía de nosotros.
No me preocupaba demasiado por Hank, él era un hombre muy responsable e inteligente, el sabría muy bien que hacer en cualquier momento, a Hank podía confiarle mundo, que sabía que lo cuidaría y lo mantendría a salvo.

Mis maletas estaban hechas desde temprano, también unas horas antes fui de compras al supermercado, y traje muchas cosas, en exceso, para asegurarme de que no les faltaría nada, Hank me seguía por atrás tratando de tranquilizarme,

—Max estaremos bien, ya deja de ordenar tanto—no podía evitarlo, no lo controlaba yo.
—Lo siento Hank, estoy nerviosa— puse mi mano en mi cabeza y suspiré. Sería un viaje largo.Diez horas en un avión no ponen tranquilo a nadie.
—Cálmate ya pronto será la hora, y si estás nerviosa te vas a enfermar en pleno vuelo—
—Lo sé. Hank promete que llamarás, podrás controlar toda la casa tu solo?—mis preocupaciones aumentaban,
—Claro que sí Max, tu no te preocupes por eso, tu vé y pásala bien con tu familia, se que los extrañas mucho, deja de pensar en nosotros y disfruta con tu familia—
—Me llamarás? Por favor Hank, no me quedaré tranquila si no lo haces.— era cierto, no me iba a quedar tranquila si en toda la semana me llamaba —cuida del profesor , trata que no tome tanto..—suspiré.
Hank suspiró.—trataré—

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Ya era hora de irme, hora de despedirme.
Ahí estaban los dos hombres que eran de mi vida ahora, mirándome con una sonrisa, yo solo los miraba acusadora.
—Charles ,prométeme, por lo que más quieras que te cuidarás.. — él solo sonreía,
—No te preocupes por mi Maxi, mándale mis saludos a Jhon y a tus hermanos, que otra vez será,..—
—Charles Francis Xavier prométeme que estarás bien, si no ,no me voy—

—Lo prometo cariño, estaré bien, en todo caso tengo a Hank, él me  ayudará si pasa algo, no te preocupes bonita— diciendo esto vino y me abrazó muy fuerte, —diviértete— soltarme pude ver por un instante aquel héroe que algún día fue Charles, en esa sonrisa pude ver al viejo Charles, mis ojos ardían, y las lágrimas amenazaban por salir.

—Hank cuida de los dos, prometiste que me llamarías, llámame, hazlo—
Advertí mientras secaba aquellas lágrimas que no salieron.
Hank me abrazó y dijo, —lo haré, lo prometo, vamos, te acompañaré al aeropuerto—
Llamamos un taxi que en diez minutos ya estaba en la puerta de la mansión, volví a abrazar a Charles y le dije mi último —cuídate—el sólo rió y me despidió.
Con Hank subimos al taxi y luego de 15 minutos estábamos en el aeropuerto, Hank le dijo al taxista que lo esperara.

Bajamos mi maleta de mano y mi mochila, y fuimos a esperar.
Cuando el avión estaba listo mandaron a llamar a los pasajeros, era hora de irme.
Miré a Hank, y el mantenía la cabeza baja, sin pensarlo demasíado lo abracé,
—te voy a extrañar mucho Henry— más por las noches pensé entre mí..
—Yo también te extrañaré Max, cuidate sí? Diviértete y despeja tu cabeza de nosotros, te llamaré en unas..— miró su reloj — once horas, portate bien—me dijo riéndose,
—Pórtense bien ustedes caballeros— bromee, —los amo, mucho, mucho, mucho , cuidense—dije enterrado mi cara en su pecho, lentamente me separé de él y me dispuse a irme.

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Narra Hank:
Me quedé hasta que subió al avión, estaba pensativo, aquella chica que me atormentaba todos los días y noches se ausentaria por una semana o tal vez más, me sentía extraño.
Decidí no darle más vueltas al asunto y volví al taxi, al subir, el conductor dirigió su mirada hacia mí por el espejo retrovisor y dijo:
—Entiendo tu situación hijo, es duro cuando se van..—
Confundido le pregunté de qué estaba hablando y me contesta con obviedad.
—De tu novia hijo, a donde se va? A ver a sus padres?— que locuras decía este hombre?
—Emm disculpe, ella no es mi novia señor, es sólo una amiga, y sí, va con sus padres por unas semanas..—aclaré.
—No te preocupes hijo, volverá, no tienes que ocultarmelo a mi hijo, en su momento también tuve tu edad, y créeme cuando te digo que esa mirada con la que mirabas a la jovencita es la misma mirada con la que miró a la madre de mis hijos— el hombre suspiró conmovido.
Yo estaba totalmente fuera de mi, me sonrojé furiosamente, sentía mi cuello arder,
—Señor ,creó que se confunde..— y por curiosidad pregunté—disculpe señor.. de que mirada me hablaba?—
—De cariño hijo, esa mirada que le das a una sola persona y a nadie más, es una mirada diferente, y no hablo de cariño fraternal, es diferente, llena de confidencialidad y cariño, no sabría como describirlo hijo, no soy bueno con las palabras, pero créeme que la reconocería en cualquier lado..— dicho esto, me dejó pensando, este hombre había logrado posar la confusión en mi mente.
Durante todo el viaje no hablamos más, estaba obviamente confundido.
Al llegar a casa, le pagué al hombre y este me dedicó una gran sonrisa y un saludo cordial que obviamente acepté.
Al entrar a la casa, un frío enorme me invadió, se sentía más vacía de lo habitual, se sentía más triste.
Sin dudas iba a ser unas semanas largas sin la rata hiperactiva corriendo por la casa.