Novela Bl Estrella Roja Vol.2 Cap 2

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Capítulo 2


Un Duro Despertar


- Hey... ¿Aún vives?- Alguien me preguntó dando toquecitos en mi hombro.


- ¡¿Qué?!, ¡¿Cómo?!, ¡¿ Donde?!- Estaba desconcertado. La luz del día entraba fuertemente por la ventana e intenté pararme de un brinco pero fue imposible pues la gravedad me llamó y caí nuevamente a la cama de espaldas, incapaz de poder abrir los ojos.


- Jo, jo... te veías tan divertido durmiendo. Tienes baba saliendo de tu boca.


- ¿Qué demo...?- Hice un esfuerzo sobrehumano para poder abrir un ojo ya que estaban pegados como con cemento y vi a alguien recostado a mi lado. No sabía quién era pero cabello rubio ondulado y enmarañado era lo que más me llamó la atención.


- Por favor reacciona- me suplico- Llevo horas intentando levantarte pero era imposible, estaba preocupado y yo... bueno... No puedo moverme.


- Pero...- abrí los ojos de inmediato. El chico de cabello rubio tenía un brazo y una pierna amarrada a la cama completamente desnudo, su cuerpo estaba pegajoso y cubierto por heridas, mordidas, moretones y de algo blanco... mi cerebro aún no procesaba todo y flashazos de imágenes empezaron a invadirme violentamente pero era imposible... no podía recordar exactamente lo que había pasado. Solo un camino, una puerta, gorilas, una mesa, besos, piernas, brazos, cuarto, tipos... mi cabeza iba a explotar...


- Tómalo con calma si no puedes recordar, fue tu primera vez y...- Me abalance sobre su cuello cuando me di cuenta que estaba sin camisa y también con marcas en el pecho.


- ¡¿Qué mierda pasó anoche hijo de puta?!- pregunté lleno de ira apretando su cuello con ambas manos.


Él solo me miró asustado casi sin poder respirar poniendo inútilmente su mano libre sobre mis manos que lo apretaban cada vez más fuerte, a un cuello blanco y delgado pero luego me miró tiernamente y soltó su mano y cerró los ojos- A ti nada, puedes estar tranquilo.


Cuando cerró sus ojos, una lágrima cayó por su mejilla, su cara estaba poniéndose roja y sus labios morados y su cuerpo empezó a sacudirse ligeramente. Yo mismo estaba fuera de mí, sacado de mi realidad, no era consciente de lo que estaba pasando, si era un sueño o si era real, hasta que de pronto abrió los ojos violentamente y me miró con unos ojos sin vida y lo solté y me lancé de la cama. Su mirada no tenía vida, era como si su alma se hubiera escapado. ¿Era por mi culpa?. No, a mi memoria llegó la mirada que me puso cuando me vio por primera vez y pensé que era una mirada de desprecio, altruista pero solo era una mirada vacía y fue entonces que las cosas a mi alrededor empezaron a cobrar vida, a sentirse reales... El frio del invierno, el sonido de la rama de un árbol chocando contra la ventana, el viento que sonaba como una película de terror, ropa tirada en el suelo, condones, el dolor en mi cuerpo y bullicio proveniente de afuera y una muy leve respiración agitada que provenía del muchacho de cabello dorado que estaba amarrado en la cama.


De pronto empezó a toser y me paré del suelo pero me quedé paralizado cuando con los ojos casi desorbitados intentaba tomar aire y con su mano libre se arañaba el cuello violentamente empezando a sangrar. No sabía qué hacer, el muchacho estaba empezando a ponerse aún más pálido y sus labios más morados, así que corrí hacía él y empecé a darle respiración boca a boca.- Bolsa, bolsa...- me dijo apuntando a la mesa de noche. Sus manos temblaban, todo su ser temblaba mientras le daba la bolsa de papel y lo desamarraba pero él no tenía fuerzas ni para sostener la bolsa y empezó a cerrar los ojos mientras su respiración se hacía más lenta.


- ¡No!, ¡No mueras!- Le supliqué con lágrimas cayendo de mis ojos. No por que tuviera miedo de ser acusado por su muerte, sino porque sus ojos sin vida me habían trastornado la existencia, fue tan poderoso su impacto en mí que yo mismo temblaba.


- No voy a morir... no tengo tanta suerte- apenas susurró como con un viento travieso que te envuelve y se va.


Le puse nuevamente la bolsa entre la nariz y los labios y me quedé muy quieto a su lado hasta que con el pasar del tiempo empezó a respirar normalmente.


El muchacho de cabello rubio quería dormir pero no se lo permitía, pasaba mi mano por su rostro y él daba un respingo cada vez que hacía eso, era como si estuviera asustado e incluso casi al borde de la inconciencia y pensé... que tal vez en el fondo, eso era lo que sentía todo el tiempo.


No me hablaba, solo miraba al lado opuesto a mí aferrándose a las sabanas sucias con la poca fuerza que le quedaba. Ahora tenía todo el tiempo del mundo para mirarlo cuanto quisiera; su cuerpo blanco casi traslucido estaba cubierto de marcas y cicatrices nuevas y antiguas, alrededor de su cuello se empezaba a poner morado con la forma de mis manos, cubriendo las mordidas con sangre seca alrededor de su cuello pero no los arañazos que se dio por no poder respirar. Su cuello, sus hombros, su pecho, sus pezones... podía seguir describiendo todos los lugares o mejor dicho ¿Había un solo lugar que no estaba marcado ya?, ¿Profundamente?, ¿Visiblemente?, ¿Descaradamente marcado? Y fue un impulso extraño el que me obligó a acercarme lentamente a él y besarlo en la frente tiernamente.


Cuando me alejé, el chico de cabello dorado tenía los ojos abiertos como platos, no me miraba y su respiración empezó a agitarse levemente; se tomó ambas manos aferrándolas a su pecho y empezó a temblar mientras sin poder evitarlo rompió a llorar desgarradoramente, como alguien que había perdido algo realmente preciado y ya no existiera forma de recuperarlo. Nuevamente no sabía qué hacer, nuevamente era inútil ante las decisiones rápidas y mis propios impulsos, así que no me explico exactamente como pero terminé aferrándolo a mis brazos y aunque hizo una expresión de dolor, eso solo le provocó más llanto desgarrador, hasta que de tanto llorar se quedó dormido entre mis brazos, indefenso, temblando y completamente aferrado a mí, aunque sin habernos dicho ni una sola palabra.

Estrella Roja Vol 2Where stories live. Discover now