Novela Bl Estrella Roja Vol.2 Cap 5

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Capítulo 5


Lenta y Profundamente


No sé por cuánto tiempo lloró en mis brazos. Todo mi pecho se había mojado con sus lágrimas y su desdicha. Yo lo aferraba a mí en silencio, mientras su cuerpo se había acomodado perfectamente al mío y cuando sus lágrimas pararon se quedó en silencio abrasándome pero temblando, su respiración aún eran sollozos y desde donde estaba podía ver sus orejas y su cuello sonrojados.


Afuera pareciera que el mundo se fuera acabar, gritos, carcajadas, pasos apresurados y puertas cerrándose y abriéndose. Al parecer aquel lugar volvía a retomar el ritmo de la noche anterior... pero para nosotros: "El chico de cabellos dorados" y yo... todo se había detenido.


Aunque estábamos en silencio no era algo incómodo para mí y al contrario, estoy completamente seguro que de esta manera es la única forma en la que voy a poder ver su verdadera naturaleza porque sé que cuando las palabras lleguen el hechizo se romperá y cuando esa puerta se abra todo simplemente quedara atrás pero no tenía prisa, no quería que el hechizo se rompiera tan rápido y tuviera que olvidar. No entendía por qué pero simplemente no quería olvidar.


Lo abrasé, lo senté frente a mí envolviendo sus brazos en mi cuello y sus piernas en mi espalda y completamente obediente no se opuso y solo escondió su rostro en mi hombro. Sé que esperaba a que hiciera lo mismo que los demás y por lo que vi anoche o mejor dicho... por lo que empezaba a recordar, sé que han sido muchos pero aunque no soy experto en el tema, realmente no creo que haya sentido placer en ello, tan solo era como ver una porno y todo fuera una real y cruel actuación.


Me levanté de la cama con el chico de cabello dorado a cuesta y me enrumbe en lo que supuse un baño y gracias al cielo mi instinto no estaba errado. El chico de cabello dorado se aferró fuertemente a mí y me mordió el hombro cuando me paré de la cama y nuevamente empezó a temblar asustado, lo senté en el inodoro mientras prendía el agua y rezaba porqué hubiera agua caliente... El chico de cabello dorado miraba al suelo sonrojado cuando pretendía que no me había dado cuenta que cuando lo paré de la cama restos de semen empezaron a chorrear de su agujero. No tengo ni la menor idea de cuantas veces se habrán corrido dentro de él la noche anterior pero estoy completamente seguro que fueron muchas y tengo que admitir que lo que haya hecho con su vida o como la maneje o como le guste jugar no me molesta, lo que realmente me molesta es el poco respeto que le tienen y se tiene a si mismo y como eso se refleja en su mirada y aunque no lo he visto fuera de este cuarto... ¿Acaso soy el único que se ha dado cuenta de esa desolación en su mirada?. ¿De esos gritos de auxilio que se quedan atrapados dentro de él mismo?.


Me quité los pantalones y la ropa interior y fui por él, mientras él chico de cabello dorado no me miraba, solo esperaba resignado a cualquier cosa que pudiera hacer con su cuerpo, que parecía propiedad de todos menos la suya, fue entonces que lo tomé de la mano y lo miré a los ojos subiendo su mirada hasta la mía, fue entonces que me di cuenta que estaba confundido, ansioso y hasta casi aterrado cuando de un tirón lo levanté y lo volví a aferrar a mi pecho y pude sentir el rápido y nervioso latido de su corazón.


Él era pequeño, pálido, marcado y con la mirada inquieta. Yo era mucho más alto, no tanto como los tres tíos de ayer pero definitivamente más alto que el chico de cabellos dorados y ambos éramos igual de pálidos, solo que yo hacía atletismo, así que mi cuerpo no era tan suave y delgado. Quise preguntarle si podía caminar solo pero aún tenía miedo de que el hechizo se rompiera si abría la boca, así que me moví y él me siguió y con cuidado entramos a la ducha. El chico de cabellos dorados se aferró a la pared de la ducha mientras el agua caliente caía contrastando el frio del ambiente y llenando todo de vapor y estremeciendose cuando más liquido blanco caía por entre sus piernas, líquido que no le pertenecía y le provocó nuevas lagrimas que intentó ocultar refugiándose en el agua que caía, con los labios apretados y ambas manos entrelazadas aferradas a su pecho.


No pude resistirme, no estaba seguro que era lo que pasaba conmigo pero simplemente no podía alejarme de su atrayente dolor, un dolor que hacía que mi pecho se llenara de miles de agujas que lo atravesaban y lo dejaban desangrándose, también tenía efecto en mi garganta, porque el desangramiento de mi corazón subía por mi garganta y dolía, dolía mucho y aún en silencio y abrasados... ambos ocultamos nuestras lagrimas escondiéndonos cobardemente bajo el agua que corría.


Cuando cerré los ojos pedí un deseo: Que el agua se llevara su dolor, sus heridas y los pecados que no es necesario que me cuenten... sé que cometieron con él por la naturaleza de sus heridas y esta cosa extraña que me pasaba con él, que al parecer las palabras eran innecesarias y esa firme y obstinada decisión que había tomado al entender algo: Nunca más podía alejarlo de mi lado porque si tenerlo cerca dolía de esta manera, en el fondo de mi alma sé que no podría vivir lejos de él, que desde que lo conocí o que nuestros caminos se cruzaron, sería imposible poder separarlos nuevamente y yo mismo me aseguraré de que eso no pase.


No sé que pecados cometeré, no sé cuánto daño causaré y me causaran pero definitivamente haré todo y de todo y sin remordimientos. Muy en él fondo sabía que eso pasaría si no soltaba mi abraso de él pero ya era demasiado tarde, ya estaba contaminado con su enfermedad y sentía como mi cuerpo y mi mente se iban contaminando lenta y profundamente.

Estrella Roja Vol 2Where stories live. Discover now