Novela BL Estrella Roja Vol 2 Cap 31

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Cap 31


Destinado a morir parte 14


Esta es la canción de los finales.


Esta es la canción de los olvidos.


En esta canción no encontraremosconsuelo.


En esta canción no encontraras sueños niesperanzas.


Esta triste canción no habla de amor ni finalesfelices.


No habla de cuentos de hadas, bombones ycorazones.


Esta canción triste no habla...


Solo llora por los corazones destrozados.


Esta canción no habla de una historia deamor.


Esta canción no está hecha para losfelices.


Pero aún con mi alma y mi corazóndestrozados sigo adelante.


Es mi única esperanza para ti, para mí.


Para el que escuche mi canción.


Esta triste y angustiosa canción.


Se escuchaba una y otra vez mientras


Lixue era reclamado por Dominick, aún era doloroso para él pero se mordía los labios y se aferraba a las sabanas. Su cuerpo temblaba como una hoja y sabía que eso no le importaría en lo absoluto a Dominick, después de la tormenta había bajado al camerino y tomo una larga ducha, comió unos sandwich de la nevera y tomó mucho te, se tiró en la cama y durmió como una roca un par de horas. Lixue estaba nervioso, instintivamente Dominick había buscado su cuerpo y lo aferraba al suyo... fue entonces que dejó de quejarse y dormirplácidamente, mientras Lixue también se quedó dormido por cansancio y nervios.


Ambos despertaron cuando volvió a llover, Dominick que estaba completamente desnudo, se paró de un salto y fue hasta los monitores para luego volver a la cocina a tomar algo de agua cuando comprobó que solo era lluvia y no una tormenta como la que habían tenido que pasar y se sintió incomodo al darse cuenta que empezaba a pensar en plural cuando solo era ensingular, siempre en singular, fue entonces que levantó la mirada y vió a Lixue acurrucado abrazando la almohada con sus boxers y una camiseta que aunque no era grande a él si le quedaba ridículamente enorme.


Dominick sabía que estaba jodido y a cada momento se iba jodiendo aún más. No sabía en que había estado pensando cuando se lo llevó de la fiesta, no sabía que la rabia e impotencia que le había provocado su padre al informarle que sería el próximo perro del hijo maricón del líder iba a lograr que le corten el cuello o terminaría flotando en algún lugar lleno de balas o tan solo lleno de balas.


Y ahora aquel muchacho pálido, alto y delgado que trataba de no producir palabra alguna mientras su cuerpo temblaba casi compulsivamente recostado en su cama, estaba ahí... con él y eso era irrefutable. No sabía qué hacer, Dominick se sentía derrotado y devastado alrecordar como lo había dejado después de que había terminado de poseerlo por primera vez, en cómo había ignorado sus suplicas, la forma en que su cuerpo se retorcía y sus ojos lo miraba aterrorizado y llenó de lágrimas y como cada cierto tiempo iba perdiendo el conocimiento, antes y después de que el alcohol desapareciera de su sistema...


En ese momento cuando sintió que por fin toda la rabia lo había abandonado fue a tomar una ducha, todo estaba a oscuras mientras había dejado el cuerpo de aquel tío seguramente amante de algún mafioso inconsciente en la cama. Quería volver a dormir cuanto antes pero lo más probable sería que lo hiciera en otro camerino pero nada lo preparó para lo que vería al prender la luz. El chico que era blanco como la nieve estaba cubierto de sangre, era repulsivo de mirar, como la sangre y el resto de su semen se entrelazaban y manchaban todo de rojo. El tipo tenía la respiración entre cortada mientras Dominick corría a la cabina. Necesitaba calmarse y llevarlo a algún Hospital lo más pronto posible...


De pronto todo se hizo incierto... llevaba navegando un buen rato y de la nada vió cuando el chico que estaba prácticamente muerto en su cama cubierto de sangre se tiraba al mar y seguido, el sonido del agua tras su cuerpo chocar contra él, inmediatamente se formó una estela roja a su alrededor pero mientras el mar lo iba absorbiendo él muchacho dejaba de luchar e iba dejándose llevar.


Dominick vio como le entregaba su última mirada inconsciente y se abandonaba, mientras iba desesperadamente a sacarlo del agua.


- No puedes morir- se repetía una y mil veces mientras le hacía respiración boca a boca y su pulso prácticamente era un susurro de un adiós y se escondía para no dejarse ver.


Pero no había respuesta, hasta que tomando un gran sorbo de vida, el chico que estaba pálido y casi sin signos vitales en su regazo tomo un violenta bocanada de aire sacando el agua que lo estaba matando por la boca, rompiendo a llorar aún desconcertado y sin fuerzas pero con la suficiente para forcejear contra Dominick al llevarlo a la ducha, bañarlo con agua tibia, ponerle ropa nueva, secarle el pelo y llevarlo a otra cabina mientras aferraba sus uñas a su espalda y la fiebre se apoderaba de él.


Buscó en el botiquín y le dio un ibuprofeno. Todos los males de la humanidad se solucionaban con ibuprofeno, caldo de pollo y una buena siesta pero antes de poner en práctica las recomendaciones de su abuela volteó al muchacho que seguía como en estado de shock y volvía y entraba de la inconsciencia, le bajo los boxers y reviso su ano una vez más. Había tratado de sacar todo el resto de semen y sangre que aún estaba ahí pero cada vez que le chorreaba agua lloraba y se moría el labio y podía sentir como se ponía a temblar.


Esta vez sacó otro ungüento "mágico" según su abuela y se lo aplicó generosamente alrededor de su ano y hasta donde su dedo entrara. Ya no se trataba de un acto sexual y aunque lo calentara... al ver su cuerpo lleno de las evidencias de su violencia lo entristecía.


El muchacho milagrosamente no se despertó, probablemente producto de la fiebre, así que Dominick lo dejo descansar en la cama fría y fue a ordenar el caos que era su habitación en ese momento... se quitó la ropa mojada, se puso unos shorts y sacó la ropa de cama llena desangre... incluso el colchón tenía rastros de sangre, así que lo retiro y lo lavó en la proa. Lavó los pisos, las paredes del pasillo y abrió las ventanas. Cuando volvió a entrar al camerino parecía una escena de crimen y no tenía que pensarlo mucho para admitir que efectivamente había cometido un crimen y sin encontrar alguna identificación de aquel joven y pálido muchacho entre sus ropas desgarradas.


Lo cuido durante cinco días. Hasta el día de la tormenta y ahora... ahora... todo seguía casi como siempre. Hasta que caminó al reproductor de música y puso la canción más desoladora del mundo en modo repetir y fue hasta la cama donde no importaba como lo vieras, su silencio significaba una sola cosa: Una invitación.

Y así... con su triste canción lo amaría.

Estrella Roja Vol 2Where stories live. Discover now