Estrella Roja CAP 29
Destinado a morir parte 12
No sabía que hora era. No sabía en donde estaba y de hecho no podía sentir, excepto mi respiración dificultosa y lenta pues incluso el respirar era doloroso... estaba tirado sobre la cama, desnudo, pegajoso, inútil, con lágrimas que se negaban a no seguir cayendo en silencio, suicidas, inagotables, simplemente era una cosa lamentable que se negaba a moverse.
Ahora que definitivamente ya no tenía el consuelo del alcohol en mi, estaba pasmado y mi miedo había superado cualquier grado conocido, incluso más que la vez que me habían secuestrado cuando era niño o en la adolescencia o en la otras nueve veces que intentaron secuestrarme, pero ahora... Ahora lo habían logrado y muy estúpidamente y algo que tenía que reconocer es que al fin se había cumplido el más grande temor de mi padre... después de los secuestros lo único que le interesaba era saber si me habían reventado el culo, lo demás eran sólo detalles secundarios.
A mi alrededor solo podía escuchar las olas del mar, olía a mar, gaviotas, el barco moviéndose... y al pensar en ello un ataque casi compulsivo de náuseas me invadió. Tal vez mi destinó era morir de la manera más degradada posible, sin golpes o torturas físicas, simplemente reduciendo mi orgullo a la nada misma, a la ceniza, a las palabras susurradas y nunca realmente dichas y ahora a un: Amor no correspondido.
No significaba nada.
Ni el viento, ni el tiempo.
No significaba nada.
Ni la brisa, ni el mar.
Yo estando sólo en mi dolor.
Un dolor olvidado, nauseabundo, traidor.
No significaba nada.
Yo no era su amor.
Un amor nacido en las sombras.
Revelado en las distancias,
Sepultado en los olvidos.
No esta, no estoy, no estamos.
Tu tiempo y el mío no coinciden.
Tu eres sol y yo soy luna.
Tu risas y yo inexpresion.
Tu libertad es mi opresión.
Y la mía tu agonía.
No soy un ser perfecto.
Soy un ser libre.
No eres un ser perfecto.
Eso intentó convencerme.
No significa nada.
Sólo días, tardes, noches olvidadas.
Ahogando todo el torrente de emociones encontradas, luché por moverme un milímetro de aquella cama mientras me rehusaba, simplemente me rehusaba a morir en mi propio vómito y aquella necedad casi insana me dio fuerzas insospechadas.
Cada movimiento era cruelmente doloroso y todas mis terminaciones nerviosas gritaban torturadas, más que los golpes, los huesos rotos, las cortadas, la tortura que había recibido... pero con todo ese dolor incalculable, terminé de bruces contra el suelo y me acurruqué ante este nuevo y creciente dolor, mientras me hice un ovillo en el suelo donde un nuevo ataque de náuseas se acompasaban al movimiento del barco y dolorosamente consiente de ello puse una mano sobre mi boca, mientras mi estómago se contraía y punzadas de dolor arremetían contra mis caderas y mi recto.
Hice un movimiento, agotando las pocas fuerzas que la frustración me estaba regalando juntó a más y jóvenes lágrimas, mientras mi único objetivo era la puerta y luego el mar... Aquella promesa rota de libertad que se alejaba de mi, acompasada, acorralandome, atormentándome... Moriré en el mar, me repetía desde niño y no tenía miedo. No ahora, no después de todo aquello... El mar se tornaba un lugar gratificante para morir, para olvidar, para seguir a ningún lugar, a la nada, al real olvido, a la muerte.
Me arrastré como pude hasta la puerta mientras imágenes difusas arremetían contra mi. El recuerdo del horror, del dolor, del pánico, de mi suplica ignorada. Sí... Cruelmente ignorada, mientras lágrimas seguían saliendo, era insoportable la forma en que simplemente no podía controlarlas, así que tomando una respiración profunda me apoyé a la puerta del camerino, me paré sobre mis temblorosas piernas y de mi agujero ultrajado empezaron a salir fluidos, los residuos de las tantas veces que se había corrido dentro de mi, mientras espasmos y casi convulsiones lograban que las pocas fuerzas que tenía en las rodillas me abandonarán y cayera nuevamente al suelo y fue como si hubiera pasado todos los umbrales del dolor. Todo se puso en cámara lenta y aunque estaba más consciente que nunca de todo lo que pasaba a mi alrededor, al mismo tiempo era como sí simplemente no estuviera ahí... Todo había pasado a un nivel diferente de percepción, como si de pronto hubiera entrado a una dimensión desconocida, pero hasta ese momento no me había fijado en la cama y como la misma estaba cubierta de sangre y mientras trataba de procesar todo aquello con la mirada seguía el rastro de sangre que llegaba hasta mi y mis piernas cubiertas de una escalofriante mezcla de fluidos secos. - ¿Una mezcla de sangre y semen?- me preguntaba mi propio morbo. Horrorizado di un grito ahogado tapando mi boca con la mano libre y nuevamente poniéndome en pie con una nueva suerte de energía misteriosa.
Desnudo como estaba, corrí por el pasillo y subí a cubierta y antes de que el hombre que estaba en la cabina fuera capaz de creer lo que veían sus ojos y dar crédito a ello. En un ataque de exuberante valentía me lancé al mar de aguas cristalinas para olvidar, para existir, para vivir a través de la muerte y por fin recuperar parte de mi orgullo perdido, de mi propia naturaleza, de algo que me pertenecía y que me había sido robado, como mis ganas, mis deseos,mis desiciones, mi amor no correspondido.
Ese día moriría en el mar y cumpliría al fin con mi profecía auto impuesta, al fin podría ser libre como nunca pensé que sería, como nunca me había permitido soñar y en esa fracción de segundos fui feliz, albergando tiernos sentimientos dentro de mi... pero de pronto, el golpe del agua contra mi cuerpo me llevó a un duro despertar, mientras las corrientes reclamaban mi cuerpo y el poco oxígeno que aún habían en mis pulmones y poco a poco empezó a exigir por mi vida y mi conciencia, entumeciendo mi cuerpo y mis casi nulas ganas de luchar contra ese anhelado destinó... Volviendo todo oscuridad y sombras frías.
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Estrella Roja Vol 2
SonstigesContinuación de Estrella Roja... En este vol se incorporan nuevos personajes y se van desenmarañando la vida de nuestros queridos personajes... Novela BL algo hard, algo cruda, algo desequilibrante.