Estrella Roja Vol 2

Novela Bl Estrella Roja Vol.2 Cap 10

Capítulo 10

¿Quiénes somos? Parte 3

Llorar hasta morir

Era grato estar aquí. Hace mucho tiempo dejé de tenerle miedo a la oscuridad. Simplemente era como estar en el cine y podía ser espectador de mi propia vida, aunque siempre escogía los momentos felices... Por ejemplo como cuando era un niño pequeño y mi madre horneaba galletas de vainilla con chispas de chocolate y me preparaba chocolate caliente si mi padre no volvía a casa por varios días por su trabajo. Él seguía la larga tradición familiar de ser médico aunque siempre había admitido que eso de salvar vidas no era lo suyo y ahora que lo pienso... realmente no era algo que me sorprenda realmente pues Doménico, mi padre, siempre quiso ser doctor en psiquiatría y ahora que mis abuelos estaban muertos al igual que mi madre no existía nada que se lo impidiera pero realmente no era algo de lo cual quería recordar en este descanso de la realidad. Quería acordarme de mi madre, lo hermosa que era aunque después todo fuera más doloroso.

Con ella siempre eran risas, juegos, abrazos, siempre me miraba con una luz especial en los ojos y nunca tenía miedo cuando estaba a su lado aunque ahora que vuelvo a estar aquí, rodeado de oscuridad y observando mis recuerdos me pudo dar cuenta que a medida de que iba creciendo las risas, los juegos, los abrazos y su mirada con una luz especial se fueron apagando y de pronto... casi al final, dejó hasta de mirarme y el lugar cálido, tranquilo y feliz se desintegró en el aire como una burbuja que explota en mil pedazos para nunca más poder ser reparado.

Sinceramente siempre me he preguntado si ella sabía lo que me pasaba, aunque no me gusta pensar en ello realmente pues seria doloroso y cruel el que no me haya llevado con ella otorgándome alas rojas de sangre en la nieve.

- Madre.¿Por qué?. Siempre me preguntaba. Sálvame madre, gritaba cuando era niño. Desdela primera vez...

No recuerdo exactamente la edad que tenía cuando mi padre vino hacia mí por primera vez. Tal vez seis o siete años. Solo recuerdo que fue la vez que me cambiaron de habitación al ático remodelado; cada pieza, cada modificación había sido escogido por él y fue entonces que la luz en los ojos de mi madre empezó apagarse.

En aquella habitación todo era celeste claro con nubes y aviones. ¿Acaso era su forma cruel y sarcástica de mostrarme libertad?. Fue entonces que a partir de ese momento odie el color celeste, las nubes y los aviones.

Esa noche mi madre fue a la casa de una de sus amigas a celebrar su cumpleaños. Mi padre se quedó en casa, él había llegado temprano, ayudado a mi mamá a cambiarse y la despidió en la puerta con un beso en la mejilla.

No sé por qué, pero cuando la miré y nuestros ojos se juntaron me dio mucha pena pues su rostro estaba pálido, no sonreía y en ese segundo en el que nuestras miradas se cruzaron solo quería ir con ella, abrasarla y decirle que todo iba a estar bien pero ella agachó la mirada y ni se despidió de mi como siempre hacía cuando se iba, con un beso y un abraso.

Mi pena creció más en ese momento. ¿Tal vez me había portado mal?. ¿Tal vez había hecho algo tan grave que ni merecía una mirada?. Ni en ese momento ni ahora se la respuesta, solo sé que apenas se fue mi madre, mi padre me tomó de la mano derecha y sin decir ni una sola palabra caminamos una a una los cuarenta y cinco escalones de mi desgracia, mi muerte, mi infierno y mi purgatorio.