Novela Bl Estrella Roja Vol.2 Cap 7

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Capítulo 7


Nos quedamos juntos sin separarnos ni un centímetro


Lunes por la mañana y ya quiero que sea viernes por la tarde. Realmente todos los que fueron a la fiesta están en estado lamentable al igual que yo mismo y el chico de cabellos dorados.


Cuando llegamos al colegio y apenas lo vi fui tras él, aunque Julia me arrastró con ella y me preguntó mil veces que en donde me había metido y no era por nada pero lo único que tenía en mi cabeza era al chico de cabellos dorados que caminaba aferrado a sus libros y prácticamente con los ojos cerrados, aún no me explico como puede ser posible que no se golpeara pero antes que llegara a su lado, uno de los tres tíos de la fiesta apreció y se paró frente a él.


- Hola princesa. ¿No dormiste bien anoche?- preguntó con una gran sonrisa sarcástica.


- De hecho si... dormí tan bien que no quería despertar.


- ¿Es por lo satisfecho que te dejamos el sábado?.


- No... de hecho esa parte fue la menos placentera- dijo con una sonrisa tierna.


- Princesa no me provoques... que soy capaz de robarte y hacerte el amor ahora mismo... aún recuerdo tu cuerpo contra el mío intensamente.


- ¿Amor?. Já... tú nunca me has hecho el amor, solo me haz follado como todos los demás, así que...


El tipo grande empezaba a molestarse, su cara se puso roja y frunció el ceño y dio un paso más cerca al chico de cabellos dorados pero no pude quedarme parado por más tiempo. No más...


- Hola... recuerda que me dijiste que me terminarías de mostrar el colegio.


- Hey... pero si es el chico que dijo que no utilizaría a nuestra princesa como baño público.


- Hola- le dije con mi mayor sonrisa burocrática.


- ¿Y vas a ser nuestra nueva princesa?, ¿Por eso te juntas con nuestra princesa?.


- Ni tuya ni de nadie- dijo el chico de cabellos dorados.


- Bueno... eres la princesa de nadie... Igual no suena mal- dijo el tipo sobre desarrollado riéndose fuertemente.


- Vamos a clase- le dije al chico de cabellos dorados tomándole de la mano y arrastrándolo tras de mi.


En ningún momento el levantó la mirada, estaba completamente sonrojado, pasmado diría yo, mientras miraba nuestras manos unidas y al darse cuenta de cómo todos los que estaban alrededor se nos quedaban mirando... Sabía que esto pasaría, sabía que mi decisión de tomarlo para mi generaría polémica pero sinceramente no me importaba en lo absoluto, así que de la mano me lo llevé a los baños y lo metí en el más lejano y lo abrasé fuertemente; él temblaba mientras se aferraba a mi fuertemente. Le levanté el rostro y vi su mirada desesperada, la forma en cómo se mordía los labios para no emitir sonido alguno y sus lágrimas cayendo por sus sonrojadas mejillas.


Le besé la frente y sus lágrimas, él se me quedó mirando fijamente asustado, el color se había escapado de su rostro y se puso pálido. Le besé la punta de la nariz y lo volví a abrasar, acomodando su cabeza en mi pecho. Él siguió lloriqueando unos minutos más, aún teníamos unos quince minutos antes de que empezaran las clases pero la mayoría ya estaba en los salones copiándose las tareas que definitivamente no fueron ni miradas el fin de semana.Así que aferrándolo a mí pecho hasta que se calmara y solo por el simple placer de sentir su calor, recordaba el final de aquel domingo irreal...


Cuando salíamos de la ducha, el chico de cabellos dorados temblaba por que la ventana del cuarto aún estaba abierta congelándolo todo. Quise ponerme mis pantalones sucios pero el chico de cabellos dorados abrió un closet con ropa y sabanas limpias.


Me miró por un momento y me pasó un juego de buzo que constaba en pantalón, camiseta y chaqueta; él también se puso otro y me pasó un juego de sabanas completa y entre los dos cambiamos las sabanas, él estaba con una mirada mortificada en el rostro... era lógico que aún se pudieran distinguir las evidencias físicas de la noche anterior.


Hice la cama lo más pronto posible, porque las manos del chico de cabellos dorados temblaban, así que tomé las sabanas sucias y las deje en el baño, me recosté en la cama y lo invité a entrar, él no sabía qué hacer y se quedó paralizado pero le besé la mano y mirándolo a los ojos tiernamente y sonriéndole lo acomodé a mi lado, lo acurruqué en mi pecho y nos tapé con el cobertor grueso que era tan confortable y caliente y fue así que poco a poco sus temblores fueron pasando y el latir de mi corazón disminuyendo, hasta que natural y tranquilamente nos quedamos placenteramente dormidos.


Cuando nos despertamos era muy oscuro afuera, no había ningún ruido alrededor y al parecer todas las personas ya se habían ido; de hecho no tenía ni la más remota idea de que hora era, solo quería volver a dormir al calor de su cuerpo pero mi estomagó empezó a gruñir.El chico de cabellos dorados me miró intensamente en un silencio inquietante y empezó a reír a carcajadas. Era tan hermoso mientras reía que mi corazón se retorció y una lágrima que no fue vista por la oscuridad se me escapo.


Esa era su verdadera naturaleza, no la que le habían obligado a aferrarse y eso era doloroso, así que lo jalé nuevamente hasta mí y le llené el rostro de besos. Fue entonces que su respiración se aceleró pero sabía que no era de placer, su cuerpo reaccionaba automáticamente así, con miedo pero sobre todo conmigo.


- Tranquilo- le susurré muy bajito y le volví a besar la frente, lo abrasé a mí por un momento más y me paré y prendí la luz. Como había decidido que sería solo mío, me lo llevaría a casa. Mis padres viajarían hoy a recoger a mi hermana de la casa de mis abuelos y hasta la mañana siguiente que tuvo que volver a su casa a cambiarse de ropa y recoger sus libros y fue así, que nos quedamos juntos sin separarnos ni un centímetro.

Estrella Roja Vol 2Where stories live. Discover now