Capítulo 2

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"A veces se necesita ayuda, ayuda de esa persona que te da la mano antes de caer. Y que no nos damos cuenta cuando está ahí hasta que caemos a lo más hondo. Es ahí, cuando todo comienza a tener sentido. Todo te golpea, todo parece ir en tu contra y, es entonces cuando miramos a nuestro alrededor...

Y no hay nadie.

Nadie que te pueda ayudar.

Nadie que te salve.

Nadie que te saque de aquel pozo que no tiene salida. Ni esa persona que estuvo contigo en lo más duro.

Todos se alejan.

Todos huyen cuando les haces daño inconscientemente después de que te lo hayan advertido, una y otra vez. En ese momento, todo empieza a tener sentido..."

Pasamos la mayor parte de la tarde reunidos, jugando juntos y aprovechando el poco tiempo que quedaba antes de partir a Singapur. Mentiría si dijera que tenía ganas de seguir con mis conciertos pero, la verdad era que estaba muy cansado. Tanto física como mentalmente. Necesitaba un descanso que me ayudara a estar en forma. Sin embargo, quedaba poco, en cuatro meses terminaría la gira y estaría reunido con mis amigos y mi familia.

Encendí el portátil, lo primero que hice fue poner un poco de música y lo dejé sobre mi cama mientras elegía la ropa que iba a ponerme para la cena. Opté por unos pantalones negros junto con una camiseta blanca de manga larga y unas zapatillas del mismo color. Adorné mi cuello con un collar que llegaba por debajo de mi pecho, el oro resaltaba en mi look y me gustaba. Sonreí antes de peinar mi pelo y me eché perfume para salir de la habitación viendo a Ryan que había abierto la puerta de la casa. Allí estaban Maejor, Alfredo y Khalil esperándonos ya arreglados.

Guardé mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón y bajé las escaleras para reunirme junto a mis amigos que esperaban cerca del coche. Evert y Hugo esperaban en la puerta y los saludé antes de subirnos al coche de color negro. Les indicamos el restaurante que elegimos y pusieron rumbo al local.

Una vez allí, bajamos del coche y no había nadie. Raro para ser Los Ángeles, que siempre tenía a los paparazzis a mis espaldas. Uno de los trabajadores del restaurante nos recibió para indicarnos hacia la mesa que había reservado por la tarde. Pasé mi vista por todas las mesas del interior, el ambiente era tranquilo y todas las personas hablaban y reían en sus mesas algo que me transmitió calma. Me fijé en una de las mesas del fondo, allí estaban ellos.

Tragué fuerte al reconocerlos, vestían con un traje negro. Al igual que la noche anterior dónde Maejor nos presentó. Eran Walter, Joe y Emer. Estaban reunidos junto a cuatro personas que desconocía. Sin embargo, allí estaba ella. Mirando su teléfono aburrida mientras que Joe prestaba atención a cada movimiento que ella hacía, la estaba controlando. ¿Sería su novia? Era mucho más joven que él...

- ¿Qué te pasa, eh? -Me dijo Khalil a mi oído mientras nos sentábamos en la mesa que habíamos reservado-

- He visto a los chicos de anoche. -Contesté casi con un hilo de voz y no se enteró puesto que su facciones se arrugaron- Los amigos de Maejor... -Repetí con desesperación- ¿Crees que nos descubrirán?  -Murmuré-

- Oh, tranquilo, no van a decir nada. No te amargues la noche o se darán cuenta. -Dijo refiriéndose a Ryan y Alfredo que miraban la carta con atención ajenos a todo. Una palmada en su espalda me tranquilizó, o eso creía, no paraba de mirar a la mesa de al lado con sigilo para ver qué pasaba ahí-

No dije nada puesto que el camarero se llevó toda mi atención, habíamos pedido vino para acompañar la cena, fue rápido y no tardó en traernos la botella para llenar nuestras copas con mucho cuidado. Una vez se retiró, tomé la carta entre mis manos para ver qué plato elegir.

Bizzle's trouble - jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora