"Todas las noches recuerdo la pesadilla en la que estoy envuelto, una pesadilla que tú y yo sabemos, una pesadilla que quisiera hacer desaparecer de la misma manera que una gota de agua desvanece al golpear en el suelo. Porque créeme, Bizzle continú...
"no more playing games, no more arguing asking me where I'm gonna be, such a waste of time... there's no need to fight, i want to spend that time laughing out loud."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El caos, la lucha entre lo que estaba bien y lo que estaba mal. Estar al límite cada día de mi vida me había servido para darme cuenta de una cosa. No podía estar sin ti. Todo esto me atormentaba y me llevaba a los más oscuros pensamientos.
Todo estaba terminado. No quería continuar jugando a este tira y afloja, pero la inseguridad era la primera en ganar la batalla en nuestra relación. Esa inseguridad que me hacía pelear por conseguir tu amor y querer mantenerlo a mi lado. Aunque pareciera lo contrario.
Siempre estuve dispuesto a todo.
Por ti.
Porque tu cuerpo era ese país dónde podían derrotarme. Tu mirada, era la única que penetraba en mi madrugada, la que me iluminaba en mis peores momentos. La que lograba encontrarme. Tu presencia siempre había sido mi refugio y tú, solo tú, llegaste a conquistarme. Me dejaste sin respiración. Solo tú y tu locura. Conseguías que quisiera parar el tiempo para escuchar tu risa en cada momento.
A tu lado, cada momento era digno de ser recordado, tu brillo acaparaba mi presencia, me iluminaba las noches y las mañanas. Espantabas a mis peores monstruos y devolvías la calma a mi vida; todo giraba en torno al juego del amor. Y yo no quería seguir jugando contigo a estar mal. Porque seguir de esta forma, solo consumía las horas del reloj y agotaba nuestras posibilidades.
...
Lo primero que sentí al abrir los ojos, fue un dolor de cabeza aterrador. Era tan fuerte, que me empecé a arrepentir de haber ido a esa fiesta con Maddie por la resaca que ahora padecía. O mejor dicho, me arrepentía de haber bebido.
Puse los pies en el suelo y sostuve mi frente con la mano, el dolor apenas me dejaba abrir los ojos. Entré al baño y lavé mi cara para poder despejar un poco todo lo que estaba experimentando. Parecía que todo me daba vueltas. Miré el reloj y casi era mediodía, al regresar a la habitación, me di cuenta de que Justin no estaba ahí.
Todas las imágenes de la fiesta se agolparon en mi mente dejándome en trance. Me senté en el borde de la cama asimilando lo que viví, por un lado, la chica esa que iba junto a él -y que había olvidado su nombre- y por otro lado, Justin volviendo a fumar marihuana.
Lamí mis labios y decidí bajar a beber agua porque creía que iba a deshidratarme en cualquier momento. Había un silencio bastante incómodo en casa, Justin no había dormido conmigo, ¿dónde estaría? ¿Se habría ido con aquella chica que le acompañaba? Formularme la pregunta hizo que un dolor se agolpara en mi pecho, me sentía mal. Porque sabía que no estaba bien, no podía seguir con ese ritmo que había llevado hasta ahora y mucho menos, si le acompañaban las drogas.
