"Todas las noches recuerdo la pesadilla en la que estoy envuelto, una pesadilla que tú y yo sabemos, una pesadilla que quisiera hacer desaparecer de la misma manera que una gota de agua desvanece al golpear en el suelo. Porque créeme, Bizzle continú...
"I know that you afraid, babe but you don't need to be saved, babe.You just need someone who understands and I think I need the same, babe.
...
Hopefully you'll give me a chance, all I want is love and romance. I wanna give it all, give it all to you. I wanna dream what you dream, go where you're going, I only have one life and I only wanna live it with you."
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"Has vuelto a fallarme."
Mi mirada en ese momento estaba perdida por el pasillo de la agencia; me había ido de la casa en cuanto puse un pie en el suelo. Justin no se había despertado de aquel sueño tan profundo que había cogido. Y cómo no, después de una noche de estudio con sus amigos y Chantel lo que menos quería era abrir los ojos para enfrentarse a la realidad. A mí realidad.
Cargaba con un café en mi mano derecha y el humo del vaso se evaporaba cada vez más deprisa debido a que se estaba enfriando su contenido. Entré a la sala de maquillaje, no había nadie allí y miré el reloj, aún era temprano.
Las personas que pasaban me saludaban con un "Buenos días" que para mí, no existía. Había perdido la cuenta de todas las veces que estuve mal junto a Justin. Verdaderamente, mi relación con él no tenía sentido.
¿Había sido así todo el tiempo? ¿Siempre era así desde que estaba con Selena? Me apoyé en mi tocador, mirándome en el espejo. El verde de mis ojos resaltaba con fuerza con aquel recogido que me había hecho; y es que apenas tenía ganas de peinarme el pelo porque lo único que quise era salir corriendo.
Miré la sudadera blanca que llevaba y los pantalones negros de pitillo, me encantaba vestir lo más cómoda y sencilla posible. Suspiré volviendo a centrarme en Justin. Mi cabeza había colapsado en esos instantes.
Me dolía que no tomara en serio lo que fuera que tuviésemos, no lo hacía y esto me lo había demostrado. Me había dejado plantada la noche de San Valentín. ¿Y si solo me quería para su propio entretenimiento y satisfacción? Cerré mis ojos con aquella pregunta que mi mente formuló, iba a llorar si iba por ese camino.
No iba a ser de nuevo el juguete de alguien, porque ya lo había sido durante mucho tiempo cuando Joe estaba a mi lado.
Moví el café con la cuchara sin prestarle la suficiente atención, di un sorbo notando el líquido templado bajar por mi garganta y respiré aliviada. Seguía esperando a que alguien llegara a la sala y nadie lo hacía, y eso invitaba a mis peores pensamientos a atormentarme en cada segundo de soledad.
Una mueca tiró de mis labios y opté por acabar el café de mi vaso. Era todo muy difícil en mi vida, no sabía por qué daba lugar a estar así, no lo sabía y me odiaba. Me odiaba a mí misma, volvía a odiarme porque todo esto era mi culpa.
