Capítulo 23

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"Espero que no termines haciéndole el mismo daño que le hizo Selena."

El sonido de la puerta cerrarse de la habitación me alertó de que Kayla se había ido de mi cuarto, y aquí estaba yo de nuevo, solo y sin dejarme ayudar. Porque esta mierda podía conmigo y lo sorprendente era que me dejaba. Me arrastraba al peor lugar del mundo.

Pero era ese lugar en el que no se sentía nada.

Un lugar dónde todo era silencio.

Nadie me hacía nada. Podía ser yo.

Sorbí mi nariz y miré a la lámpara del cuarto de baño. Joder, nunca había visto una lámpara tan grande. O eso, o que el efecto de las drogas aún seguía en mi interior y todo me parecía como si hubiera venido de un universo paralelo al mío.

Traté de levantarme y no pude hacerlo, no tenía fuerzas. Así que me quedé en el suelo de aquel cuarto de baño, junto al retrete por si las ganas de vomitar regresaban a mí. Mi garganta ardía en estos momentos y solo quería encontrar el bienestar. Pero eso no era posible.

Un sentimiento de culpa y tristeza me golpeó, había vuelto a joderle la noche a Kayla. Le había asegurado que sería un rato lo que estaría con los chicos y terminé por quedarme junto a ellos toda la noche. Y lo peor fue que al final no compusieron ninguna canción.

Grité su nombre durante un par de veces pero fue en vano, nadie me escuchó. Nadie vino a la habitación. ¿A dónde había ido? Quité mi camiseta porque el calor invadía cada entraña de mi cuerpo y la lancé al suelo sin importarme nada; cerré los ojos por unos segundos y un ruido me volvió en sí. Ryan estaba frente a mí junto a Kayla. Ambos me miraban con lástima en sus ojos. ¿Tanta pena daba? Estaba mal, pero no necesitaba la compasión de nadie.

- Justin, levántate, joder. –Dijo mi amigo cogiéndome del brazo para ayudarme a ponerme en pie y sentí cómo toda mi cabeza daba vueltas haciendo que me tambaleara en aquel lugar.

- ¿Has llamado al médico? –La voz de mi madre me encogió el corazón porque no quería que me viera en estas circunstancias tan pésimas.

- Sí, Pattie. Ya he llamado, se encuentra muy mal desde que vino y le dije que descansara pero no quiso hacerme caso. –Dijo Kayla mirándome desde el marco de la puerta.

- Mi amor, tienes que descansar, desde que ayer te vi con mala cara te lo dije. Estás muy cansado y tienes que reponer fuerzas. –Murmuró mi madre acariciando mis mejillas con sus pulgares mientras caminaba hacia la cama con ayuda de Ryan.

- No necesito descansar, mamá. –Le dije apartando sus manos bruscamente deseando que saliera de la habitación. No quería que ellas estuvieran aquí.

- ¡Claro que lo necesitas! ¡Tiene que verte, Justin! Estás muy débil. –Dijo tajantemente y no me quedó de otra que callarme.

Me recosté en la cama con ayuda de mi madre; Ryan y Kayla me miraban desde un extremo de la habitación y cerré los ojos intentando encontrar nuevamente la paz que tanto buscaba.

- Te dejaremos solo, cariño. Descansa, ¿vale? –Mi madre agarró a Kayla de la muñeca con la intención de llevársela fuera.

- Pero... -Kayla me miró y aparté su mirada, tenía que hacerle caso.

- Tranquila Kayla, estará bien. –Aseguró mi madre-. En un rato vendremos a verlo cuando aparezca el médico...

- Sí, espero que no tarde mucho. –Contestó, su voz denotaba preocupación.

Ambas caminaron hacia la puerta con Ryan, pero mi amigo en vez de salir de allí se quedó parado en la puerta. No tardó en retroceder cruzándose de brazos frente a la cama. Sus ojos me miraban como si hubiera cometido la mayor de las infracciones, como si todo lo que hiciera estuviera mal.

Bizzle's trouble - jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora