Capítulo Dieciséis: Una muerte en Eiffel

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N/a: Creo que el título ya les dice que traigan pañuelos, pero por si acaso les dejo la recomendación.

Emily Thorne en Revenge una vez había dicho que "si te conocías a vos mismo y conocías a tu enemigo, no tenías a qué temer en una batalla." Se ve que Emily Thorne no era una Elegida, porque habría negado esa afirmación tan rápido como pudiera.

El plan era simple: evitar campos magnéticos, encargarnos primero de Cerbero y no morir. Simple de decir, complicado de ejecutar.

Melinda se enfrentó con Jane Wells, volviendo a librar un clásico de las leyendas del reino. Angie tuvo que enfrentarse a su hermana, y dejamos de juego a Cerbero porque Nick se encargaba de él. Carter tenía dos minutos para terminar con Santiago y pasar a Lucas para que éste no tuviese tiempo de atacar a Nick mientras Gemma (con mi aspecto, claro) se encargaba de Vanessa. Vimos un par de caras confundidas, lo que me llevó a pensar que rompimos el plan de Jackson al ser los primeros en atacar. Me felicitaría a mí misma más tarde si se daba la ocasión de que sobreviviera.

Con la máscara puesta me dirigí hacia Jackson. Contra todo lo que puedan pensar, nuestra batalla no fue muy... Cliché. No fue un enfrentamiento súper complicado sobre un mástil intentando agarrar algo, aunque sí tuvo un elemento de aquel pirata: no fue una batalla silenciosa.

—Nos vemos de nuevo, Elegida —comentó él. Mi marca brilló ante la mención de dicha palabra, y no apagó su brillo hasta tiempo después.

—Magné —respondí yo, escaneándolo antes de que empezara la batalla. Saqué una hoja del libro de hechizos de una amiga mía, convirtiendo mi mochila en una pulsera, y chocamos nuestras espadas.

—¿Todo vale? —cuestioné.

—Todo vale —repitió él, lanzándome un ataque frontal.

—Así que, ¿hace cuánto que no venías a París? —preguntó él mientras nuestras espadas chocaban, como si fuésemos viejos amigos de clases. Claro que en ese momento no me paré a pensar en que lo eran, sin importarme que yo supiera que Jackson era el compañero mágico de mi amiga.

—Es mi primera vez —contesté, buscando su punto débil. Ahí no recordé que Gemma ya había estado en París unas tres veces, ni tampoco que Jackson sabía eso. Más despistada no podía ser.

—Claro, y tampoco recuerdas el día de Ofelia del 2011 —dijo sarcásticamente.

No me detuve a pensar en ello, lo que Jackson tomó extraño. Mientras, Nick ya había terminado con Cerbero (según él, le tiró veneno a una de las bocas. La verdad es que Melinda le dio una descarga eléctrica en cuanto una de sus patas tocó un borde de la torre) y Carter con Santiago; por lo que los dos iban a Lucas, que estaba con las flechas. Una pérdida de tiempo, dado que teníamos protecciones.

Mi pelea con Jackson se puso más dura todavía. Le hice un par de tajos en el buzo, y él a mí unos en la cara. Estoy segura de que le dio a la máscara por un momento, dado que se frenó en seco por un segundo entero. Supondrán correctamente que no lo desaproveché, pegándole con tanta fuerza a su espada que ésta voló hasta clavarse en un costado. Era hora de empezar a usar los objetos.

Jackson salió de su trance y empezó a pelear con mayor intensidad, utilizando una espada de repuesto que tenía envainada.

—Mejoraste mucho, Charpentier —comentó él, a pesar de haber visto mi verdadera identidad por un segundo. Supuse que él creía que era una estrategia de Gemma para desestabilizarlo, pero no estoy tan segura de esa teoría. Jackson no es tan tonto, y debía estar atando cabos mientras peleábamos.

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