Capítulo Veinticuatro: Una buena distracción

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—¿Ya no podés más con qué? —Activé mi visión nocturna (esa que había usado cuando encontré la carta de Tara mi primera vez en la Academia) y apoyé mi helado en uno de los estantes contra mi espalda. Dirigí mis ojos hacia mi mano, esa que la persona frente a mí apretaba con suavidad.

—Con esto. Todo es tan complicado... Me siento traicionado, Alette. ¿Por qué no me dijiste que eras la Elegida? ¿No confiabas en mí? —Los ojos marrones de Chris me miraban con una desesperación tan profunda que me empezaron a temblar las piernas.

—No fue que no confiara en vos, Chris. Yo... No sé cómo decir esto sin arruinar nuestra amistad, Chris. Es complicado.

—¿Arruinar nuestra amistad? No creo aguantar mucho sin ser yo el culpable de eso, Alette. —Lo miré confundida y me callé por unos segundos mientras sentía que Chris agarraba con delicadeza mi otra mano.

—¿A qué te refe...? —empecé a preguntar, pero después las cosas pasaron muy rápido. De un segundo para otro, las manos de Chris pasaron de mis manos a mi cintura y sentí todo su cuerpo pegado al mío; nuestras narices a milímetros de la otra.

—¿Puedo? —preguntó con esa caballerosidad que lo caracterizaba. Sin embargo, no le respondí; solo me acerqué yo más y pegué nuestros labios.

Fue un beso corto, dulce y tranquilo. Claro, hasta que la emoción se me subió a la cabeza y llevé mis manos a su cabello. Ahí el beso se volvió un poco más... Fogoso, por decirlo de algún modo. Nuestro beso simple se transformó en un beso de lengua, que interrumpí unos minutos después con la respiración agitada.

—Eso fue intenso —comenté en cuanto pude. Chris asintió y alejó sus manos de mi cintura para juntarlas con las mías.

—Ya arruinamos nuestra amistad, así que sería encantador que me explicaras tu motivo para ocultarme información tan importante, de ser posible. —Asentí y, con las mejillas rojas de la vergüenza por lo que iba a decir, agradecí que estuviésemos en un lugar oscuro.

—No quería que te gustara la Elegida. Ay, seguro te parece una estupidez, pero yo quería que te gustara Alette, la chica detrás de la máscara. No quería que me quisieras por ser la Elegida, porque Alette contra la Elegida es un pedazo de carbón.

—Alette, no entendiste el significado de ser la Elegida. La Elegida no es otra persona, Alette. Vos sos la Elegida tanto como la Elegida sos vos. No son dos personalidades distintas, Alette. Una no es más poderosa que la otra. Son la misma persona.

Bueno, lo que hice después creo que no es lo que cualquiera hubiera hecho: me tiré el lance y lo besé. Bueno, ese término es incorrecto y las palabras poéticas o correctas saben que no son lo mío, así que hablemos con propiedad: me lo chapé (o sea que fue un beso largo, no un pico).

Enredé mis brazos en su cuello y él no tardó en pasar los suyos por mi cintura. Nuestras lenguas no peleaban por control, sino que bailaban como una perfecta representación de la comparsita. No pude evitar sonreír en cuanto esa idea me vino a la cabeza, lo que detuvo un poco el beso pero a Chris no pareció importarle

—¿No querés ir a un lugar más privado? Podrían abrir esa puerta en cualquier minuto —le comenté.

—Sí, sería una buena idea —concordó él. En lo que canta un gallo ya nos había teletransportado hasta mi habitación, a lo que Chris rió.

—Veo que todavía no desempacaste —observó.

—Es la primera vez que entro desde que terminó el trimestre pasado —confesé con una sonrisa.

—Si quieres puedo ayudarte a desempacar, mañana tengo todo el día libre.

—Me encantaría —contesté—. Eso sí, ahora creo que tengo mejores planes. —Reí y me abalancé sobre Chris, que tardó unos segundos en procesarlo antes de agarrarme de la cintura.

Pasamos lo que quedaba del día entre besos y risas, pero en cuanto Chris se fue no pude evitar pensar en que habías muerto; en que habías muerto y no podía simplemente culpar a la Elegida de eso.


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¡Se viene maratón! Perdón por desaparecer estas últimas dos semanas y cuatro días, ¡estaba llena de exámenes, entregas y eventos y ni podía escribir! Con suerte y logré sacar un capítulo de DEYC en ese tiempo (vergüenza). Pero bueno, últimamente pongo DEYC antes de PÉRDIDA, así que vengo a recompensarlos. ¿Listos? Porque estamos por llegar al final.



.Mechitas.

PÉRDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora