Capítulo 29 |Volverá

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(P.O.V — Christian)

Abro mis ojos de golpe con mi corazón golpeando en mis costillas de manera violenta, encontrándome en mi habitación de Escala. El sentimiento de miedo y angustia se cuela de nuevo en mi pecho, llevándose un poco de calma, quisiera dormir y dormir como he hecho durante las últimas doce horas, quisiera pensar y creer que esto solo se trata de una pesadilla, pero mi realidad es otra, no está... se la han llevado y no sabemos dónde, me siento inútil e idiota, cierro mis ojos con fuerza y hundo mi cara en las almohadas, la habitación conserva su olor, su aroma aún está intacto en las sabanas y quiero que siga de ese modo hasta que regrese y las impregne de nuevo... trato de pensar, quiero encontrar algo que me dé un indicio de su paradero, pero solo me recuerdo despierto en aquel hospital de bajo nivel y con Taylor mirándome de forma abatida, allí comprendí que todo aquello era real, y yo solo quería morirme. La magnitud de saber que aquello era real me dejo sin aire, quise morirme entonces... como lo quiero ahora, sin ella simplemente no quiero seguir viviendo en este mundo ¿Qué sentido tiene?, pero entonces el buen Taylor me obligo a salir de mi estado diciéndome que teníamos que encontrarla y que pensara en Amy... esa pequeña debía estar aún más desorientada, se sentirá perdida sin Ana como lo estaba yo.

«Y vaya que lo estaba»

La busco de nuevo con mis ojos queriendo creer y deseando que todo aquello sea una pesadilla, ruedo en la cama y aun entre mis pocas fuerzas logro ponerme de pie, el silencio es ensordecedor y hasta desquiciante... desde que ella está aquí nunca ha estado tan silencioso, la ansiedad y el pánico se adueñan de mi cuerpo de nuevo, doy tres pasos y pierdo equilibrio no tengo fuerzas para nada ¿Qué puedo hacer si ella no está?, entonces me recargo en la pared frente a mí, el dolor que siento no mengua, cada vez se expande por mi cuerpo en su totalidad dejándome helado, cierro mis ojos con fuerza y trato que mi respiración vuelva de nuevo a su estado natural, cuando siento que me he recuperado un poco abro la puerta deseando salir y embarcarme en su búsqueda «Confió en ti», ella sabe que no la dejare en manos de esos locos, respiro profundo el maldito mareo se tendrá que ir y las pocas fuerzas que tengo en el cuerpo tendrán que servir, tendrán que ser suficientes para lograr recuperarla. Antes de dar un paso fuera de la habitación algo en mi interior me empuja a dirigirme a nuestro vestidor... camino a paso a apresurado hacia este sintiendo como mi corazón brinca dentro de mi pecho, quiero tomar una de sus prendas entre mis manos, quiero sentir su olor, su aroma que me calma siempre, necesito sentirla de laguna forma, al entrar solo puedo observar mi ropa.

«¿Que mierdas pasa aquí?»

—¿Dónde está la ropa de mí Ana? — Remuevo los cajones rebusco como un puto loco de manera desesperada. El pánico de nuevo se adueña lentamente de mi cuerpo, tiro mi ropa al suelo de la habitación, pero no encuentro ni un maldito calcetín —¿Qué demonios pasa aquí? — la desesperación y el miedo se han adueñado de mi proceder, me enceguezco al no encontrar ni una sola de sus prendas de vestir, más que solo aquellas que yo le regale, pero necesito una de sus camisas... una de sus playeras para abrigarme con ella y no sentir como el frio... el horrible frio me consume y me hace tiritar, escucho como alguien entra a la habitación pero estoy en una tarea de encontrar su ropa así que ignoro a quien sea que haya entrado ... no pudo esfumarse, ni encogerse al punto de desaparecer.

«¡Maldita sea!»

—Hijo... — la voz de mi madre llega a mi cerebro, haciendo que me detenga en mi labor — ven... amor. — me habla como a un niño pequeño.

— ¿Dónde está la ropa de mí Ana?... ¿Dónde está mí Ana? — Mi voz sale en un graznido debido a que mi garganta esta lastimada, ella se lleva las manos a la boca y cierra los ojos con fuerza — ¿dime que está pasando madre? — esquiva mi mirada. —por favor.

TÚ MI CURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora