Capítulo 9 "Mi aliento y mis fuerzas"

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POV. CHRISTIAN

Observo como pasa las horas en el maldito reloj de mierda que cuelga de la pared blanca de mi oficina, mientras me bebo la tercera taza del asqueroso café que me ha traído la inepta de Olivia, ¿no sabe hacer un maldito café bien?, por lo visto no..., joder con la chica esta, dejo de lado la taza como las dos anteriores, respiro profundo y me dirijo hacia el ventanal donde se ve la tarde caer y Seattle bajo mis pies que luce tan diminuta, el cielo azul me hace recordar sus ojos, sus hermosos ojos azules, un pequeño suspiro se escapa de mí, ¿Por qué no viniste Anastasia?, ¿Por qué te resistes a esto?, y se demonios sé que no me merezco un ser tan puro y extraordinario como ella, pero joder no puedo siquiera dejarla de lado, ella es ese soplo de vida que necesito, se ha convertido en mi necesidad pero no le puedo ofrecer nada, porque no tengo nada que ofrecerle salvo dinero y eso rotundamente a una mujer como ella la ofendería y es más al pensar eso me estremezco porque están mezquino, frívolo y banal y malditamente sé que ella no es cualquiera, ella no es una chica interesada, pero me aterra de igual manera la necesidad que se está creando en mi ser oscuro por ella.

Llevo una semana, una maldita semana que he tratado de mantenerme alejado de ella, al saber que me evita siempre que estoy cerca suyo solo huye de mi como si le incomodara mi sola presencia y eso de alguna forma no me agrada para nada... joder me molesta hasta la mierda el hecho que ella no quiera saber de mí, ahora me siento en un maldito y jodido punto muerto, es como si solo se hubiese querido deshacer de su muy preciado y hermoso himen y después de haberlo logrado no existo más.

Joder me siento utilizado, quien lo iba a decir.

Un golpe en la puerta llama mi atención.

-Pase – digo volviéndome hacia la gran vista.

-Señor Grey, la secretaria del doctor Flynn me confirmo su cita para el día de mañana en la tarde – Andrea me avisa, asiento – también han llegados las estadísticas del astillero de Taiwán – me las entrega en físico y en pen Drive hace una pausa y antes que comience hablar la interrumpo.

-Comunícame con Ross y con el señor Swan – ella asiente – también tráeme café... esto – señalo la porquería de café que me ha traído Olivia – no se le puede llamar café.

-Si señor – me mira manteniendo siempre su pose profesional – señor Grey su madre me ha pedido que le recuerde el compromiso que usted tiene el día de hoy – mierda, se me había olvidado y aunque no quiera y menos me agrade visitar el hospital ya que los odio, debo hacerlo por ella ya que le debo mucho a Grace.

-Gracias Andrea puedes retirarte – me centro o trato de hacerlo en los archivos que muestran las estadísticas del astillero de Taiwán, demonios creo que tendré que ir, no me agrada la idea pero debo ir a arreglar los asuntos que veo inconclusos.

Dos horas después del almuerzo me encuentro haciendo un análisis exhaustivo a las nuevas notas que me han enviado y joder, esto se está complicando.

-¿Viste ya los nuevos reportes? – Ross llama mi atención.

-Si, según esto los trabajadores están renuentes a continuar sus labores – susurro frustrado pasándome una de mis manos por el pelo.

TÚ MI CURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora