Capítulo 30 |Ven pronto... por mí

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PRIMERO QUIERO DECIRLES A MIS AMADAS LECTORAS Y LECTORES, QUE NO SE DESESPEREN. PIDO DISCULPAS POR HABER ESTADO TAN AUSENTE, GRACIAS POR AQUELLAS PERSONITAS QUE SE PREOCUPARON POR MI SALUD Y A LAS QUE ME ACOSAN PARA SUBIR NUEVO CAP.

EL CAPITULO ES BASTANTE... FUERTE, ESPERO QUE NO ME MATEN, CONMIGO SIEMPRE ESPEREN UN BUEN FINAL Y UN FELICES PARA SIEMPRE.

(P.O.V - Anastasia)

Oscuridad, tristeza y desolación, son los sentimientos que me envuelven en este momento, desesperanza ese sentimiento quiere arraigarse en mí, pero lucho por no perder la fe. Tengo que poder mantener la cabeza fría, debo pensar y calcular mis movimientos, sé que tal vez la oportunidad sea nula, pero soy consciente que siempre hay un agujero, siempre hay una salida... espero.

¿Qué me queda ahora?, esperar. Esperar a que me maten, en el mejor de los casos o me obliguen a pertenecer a una vida de la que escape, de la que me he rehusado a vivir, de la que he aborrecido hasta la muerte, esa que me da asco. Eso es precisamente lo que temo, ahora no me da miedo la muerte, pues sé que esa no sería tan dolorosa y lenta como la condena de estar en el oscuro mundo al que pertenecen estas personas.

Cierro mis ojos y lo recuerdo, ¡Dios, Christian! Como quisiera tenerlo cerca, como quisiera que me envolviera en sus brazos protectores y me animara, un «todo estará bien» «Yo te protegeré, conmigo nada te pasara», me bastaría para disipar el pánico que siento.

«Christian, amor te necesito... ven por mí»

Muerdo mi labio inferior tratando de retener el sollozo que lucha por salir de mi garganta. El recuerdo de su cuerpo lastimado es amargo para mí, verlo en el suelo golpeado y lleno de sangre es la peor de las imágenes que he visto, quise ser yo en su lugar, cada golpe que sufría lo sentí, cada herida la sufrí y el dolor que reflejaban sus orbes grises, lo sentí yo, porque era mío y lo sigue siendo. Tomar la decisión de entregarme como un cordero fue fácil, y lo haría de nuevo sin pensarlo... sé que él lo haría, sé que daría du vida por mí, lo vi en sus ojos cuando comprendió lo que estaba sucediendo. Lo vi luchar y suplicar por mí y sé que su corazón me odio, me odio por hacerlo, me odio por apartarlo de mí, pero ver lo ultrajado me hizo sentir morir... y ahora siento morir por estar aquí, alejada de él doy y daría mi vida todas la veces que pudiera por él. Trato de sacar esa imagen de Christian de mi mente ya que solo logra atormentarme más, sé que no me perdonara que haya hecho el intercambio pero lo amo tanto que no puedo solo dejarlo a merced de estos desquiciados, prefiero pasar por este infierno yo. Él es un buen hombre, tal vez el mejor con el que me he topado en la vida después de Ray.

Sé que está bien y eso me tranquiliza, también puedo asegurar que en este momento me está buscando, lo conozco; pero eso es lo que más temo ¿y si le hacen daño de nuevo?, además me han sacado de la maldita ratonera, ojala recuerde la cadenita de Amy y su localizador, se que me pueden rastrear donde quiera que esté. Confió plenamente en él - solo que ojala lleguen a tiempo - temo por mi vida, nunca he hondado en el tema del BDSM. Respeto la práctica de ese estilo de vida, pero en lo personal me asquea todo el asunto, me parece retorcido y grotesco. Me aterra no volver a verlos, temo dejar sola a Amy y mi corazón se hace añicos con la sola idea de no volver a verlo a él, a mi amor, «¡Dios, ayúdanos», siento como la furgoneta brinca con los baches que se encuentran en la carretera, trato de agudizar el oído para hacerme a una idea, de donde estamos... aunque es una maldita estupidez, ya que solo escucho el cuchicheo y las risas de mis acompañantes, por lo tanto solo escucho el resoplido del viento, respiro profundo y muerdo la mordaza con rabia, ¿Cómo puede ser posible que mi maldita madre me haga esto? ¿Cómo puede ser tan vil?, siento la venda quemarme en los ojos, ya que se encuentra demasiado húmeda por mis propias lágrimas, ya que aunque quiera no puedo frenarlas; las salen solas sin permiso. Y últimamente he estado muy sensible e irritable, mis hormonas están haciendo estragos conmigo y para acabar de adornar el pastel estoy en esta situación, donde mi suerte está en manos de otros que ya tienen claro lo que quieren de mí, o mejor dicho de mí cuerpo.

TÚ MI CURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora