― ¿Qué?
Hanamaki suspiró y se llevó a mano la frente como si fuera una madre estresada. Y después lo llamaban dramático a Oikawa.
Matsukawa lo explicó más sencillo. Los señaló a los con cada mano y juntó sus índices en el espacio vacío que había entre los dos.
Cierto. La apuesta. Ambos lo habían olvidado por completo. Era más importante pensar en la práctica matutina que en el extraño experimento de sus dos compañeros. Pero Oikawa quería ser partícipe de la apuesta, que no le afectaba negativamente desde ningún punto de vista: dinero, cena e Iwaizumi sin agredirlo de forma alguna durante diez días. Podía aprovecharse de lo último siendo un completo imbécil sin que nadie pudiera detenerlo. Una situación bañada en oro puro que no pensaba desperdiciar.
Dio un salto y rebotó contra el cuerpo de su mejor amigo, escuchando el momento en que lo dejaba sin aire por el golpe. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello y levantó una pierna como princesa de película para probar qué tan dispuesto estaba Iwaizumi a no cortarle el cuello.
Al parecer, era su día de suerte.
― Cuando pasen los diez días, estás muerto ―lo oyó mascullar entre dientes.
Oikawa se rió. El abrazo no le pareció especialmente incómodo, porque todo no era más que un gran chiste por el cual le iban a pagar. Iwaizumi era una piedra en sus brazos, por enojo o vergüenza, o ambos. Por las dudas, lo soltó. Después de todo, ya había cumplido con su deuda de hoy.
― No cuenta si Iwaizumi no aporta ―observó Matsukawa, pero el aludido continuaba quieto y con fuego en su mirada, así que rápidamente agregó―. Uh, no tienes que hacerlo ahora. Está bien mañana.
Fácil.
Ya podía sentir el dinero en su bolsillo, las zapatillas en sus pies y la carta del restaurante fino en sus manos.
Fácil.
Luego de ese saludo, se tuvieron que sentar hombro con hombro durante el receso de clases, pero como se quedaron practicando en el gimnasio hasta tarde, nadie les dijo nada sobre el pequeño choque de puños con el cual se despidieron.
Fácil.
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Diez días
RomanceHanamaki apuesta a que si Iwaizumi y Oikawa agregan amor físico a su relación, ambos caerán enamorados en diez días. Matsukawa apuesta a favor de Hanamaki, Iwaizumi piensa que es una pésima idea y Oikawa está seguro de que será dinero fácil.